Narcotráfico cádiz

Tiroteo y secuestro en Sanlúcar: la brutal tortura a un marroquí por una «cuenta pendiente» entre narcos

El hombre que este lunes fue metido a la fuerza en una furgoneta en plena calle en Sanlúcar aparecía horas después con cuatro tiros en las piernas, una oreja casi mutilada y las manos heridas

La Policía Nacional investiga este más que presumible «ajuste» entre narcos donde participaron entre «7 u 8 agresores»

Momento en el que la víctima es metida a la fuerza en el coche. La Voz

M. Almagro

La brutalidad del narco volvía a dejar este lunes su rastro de sangre sobre el asfalto en Sanlúcar. No es la primera vez que ocurre. No es la primera vez que los agentes tienen que acudir de repente al aviso de un hombre moribundo encontrado aturdido, malherido, dando tumbos, por la carretera. Ya van varias parecidas. En las que las cuentas que hacen entre delincuentes y los avisos que dan se marcan a base de puños, pinchazos y disparos. 

Pues este pasado lunes volvía a ocurrir. Y de nuevo en la zona de la Costa Noroeste de la provincia de Cádiz. En ese triángulo entre Chipiona, Sanlúcar, Trebujena, donde la ley del tráfico de drogas tampoco entiende de escrúpulos desde hace bastante tiempo como sucede en el Campo de Gibraltar. El hachís se mueve por la desembocadura del Guadalquivir y eso toca a clanes -los de antes y los de ahora-, y estos a bandas, y estos a locales, a extranjeros, y estos a pagos, y a cobros. Y a deudas, pistolas y fusiles.

Así que un día cualquiera, un lunes, y encima al lado de un colegio, a las doce y media de la mañana un grupo de encapuchados se presentan en la casa de la siguiente víctima. En este caso un ciudadano marroquí que lleva años afincado en Sanlúcar y, de repente, en la calle Molinillos se escuchan gritos y disparos. Los agresores meten a la fuerza a este vecino en una furgoneta y se dan a la fuga.

«Ha sido de película», decían los testigos que este lunes veían por la ventana lo que ocurría mientras seguían con sus recados de la casa. Pero no era ficción. Era una realidad. Así la Policía Nacional iniciaba una investigación para dar tanto con la víctima como con los agresores. Y realizaban sus gestiones hasta bien entrada la madrugada. El tiempo iba en contra ya que en estos casos el poder encontrar al secuestrado ya muerto es una de las primeras probabilidades que se plantean.

Sin embargo y tras gestiones realizadas por los agentes de la Brigada Judicial de Sanlúcar con el apoyo de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) de Cádiz de la Policía Nacional que están llevando el caso, la víctima era dejada con vida pasadas las doce de la noche en la carretera que une Sanlúcar y Chipiona.

Un ciudadano daba el aviso de que encontraba a este hombre de rasgos magrebíes inconsciente, muy grave tirado al lado de una rotonda. Según ha podido saber este periódico, presenta cuatro tiros en las piernas, una oreja medio mutilada y las manos heridas, entre otras lesiones, lo que lleva a concluir que pudo ser objeto de una verdadera tortura.

Además se calcula que la víctima, de 33 años, que se recupera a estas horas en el hospital, se las vio con toda una banda. Unas siete u ocho personas. Un grupo que, según las primeras pesquisas, iban buscando un dinero que la víctima podría saber donde está. De nuevo, otro caso, otra vez en Sanlúcar, que podría estar vinculado directamente con el oscuro mundo del tráfico de drogas y con los peligrosos negocios entre clanes y bandas que se dedican a ello.

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