Camino de Santiago en el término de Almadén de la Plata
Camino de Santiago en el término de Almadén de la Plata - ABC
ALMADÉN DE LA PLATA

Una viuda alemana en tierra extraña acogida por un matrimonio que ni la entiende

Iba haciendo el Camino de Santiago con su marido de 65 años y el hombre cayó fulminado y murió

SEVILLA Actualizado: Guardar
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El auxilio es el idioma universal y eso se ha demostrado en Almadén de la Plata. El pueblo fue escenario el pasado martes de una de esas tristes historias de las que, al menos, se sacan enseñanzas.

Un peregrino alemán de 65 años que hacía el Camino de Santiago cayó fulminado en un sendero cercano a la localidad y su esposa, de la misma edad, fue a buscar ayuda con el inconveniente de un idioma ajeno para ella y para los vecinos.

El matrimonio hacía la etapa de Castilblanco de los Arroyos a Almadén de la Plata cuando, llegando al pueblo, justo en la fuente del cerro del Calvario, él se desvaneció.

Entonces la mujer salió corriendo hasta llegar al primer sitio que vio: el bar de Julio Castro y su mujer Clara Rocío Caricol.

Allí estaba Julio que la oía y escuchaba pero no la entendía aunque dedujo lo que pasaba por el nerviosismo, su cara, sus ademanes y porque días antes había ido a un pueblo cercano a hacer unas gestiones y los había visto andando por los caminos.

Julio cogió el coche, se montaron los dos, y se dirigieron al Calvario. Encontraron al peregrino cuyo nombre desconoce Castro —«porque no nos entendemos y tenemos que echar mano del traductor de Google»— sin vida ya. Nada pudieron hacer por él. El cadáver fue trasladado ese mismo día a Sevilla para que se le practicara la autopsia y sigue en la capital hasta que este fin de semana viaje a Frankfurt, la ciudad de origen del matrimonio.

La viuda regresó después a Almadén, a la casa de Julio y Clara, que tienen un albergue encima del bar «porque la mujer está sola, tenía que esperar que llegaran de Alemania los dos hijos que tienen y entre una cosa y otra, y el papeleo, como el cadáver no lo trasladan hasta el domingo no sabía qué hacer y se vino aquí», relata Julio. Dice que «se ven buenas personas pero no le puedo decir a qué se dedicaba él ni su nombre porque no nos entendemos».

«Al principio —sigue— la mujer, que tendrá 60 ó 65 años, no quería comer, solo fumaba y fumaba, y poco a poco ha ido serenándose y tomando alimento. Fue el martes a Sevilla y se vino luego aquí porque vio amparo y cariño y me parece que se va mañana sábado en un vuelo distinto al del féretro, creo».

Castro recuerda que el año pasado murió otro peregrino en la misma zona, pero en la subida al cerro no en la bajada como el que falleció el martes.

En la localidad hay mucha tristeza pero también muchas muestra de solidaridad con la viuda que además está en tierra extraña.

El Ayuntamiento de Castilblanco ha mostrado sus condolencias a la familia y ha insistido a los peregrinos en la obligatoriedad de llevar agua, bebidas isotónicas, frutas, azúcares e ir acompañado.

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