La fábrica ocupa 26.000 metros cuadrados y emplea hasta 450 trabajadores
La fábrica ocupa 26.000 metros cuadrados y emplea hasta 450 trabajadores - F.R.M.
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Los Molares contrata a 180 personas para construir un puente en Montreal

Tecade, la compañía especializada en estructuras metálicas fundada por el utrerano Antonio Camino, inicia la semana próxima el mayor encargo de su historia

LOS MOLARES Actualizado: Guardar
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El pasado mes de septiembre Tecade, empresa utrerana con sede en Los Molares, obtuvo la adjudicación del mayor contrato de su historia: un segmento de 517 metros del nuevo puente sobre el río San Lorenzo en Montreal. Aunque esta infraestructura tendrá en total una longitud de 3,4 kilómetros, «Tecade ha conseguido el tramo más relevante, ya que se trata del único sector que está sostenido por cables para dejar libre el canal navegable del río», según recalca Antonio Camino, miembro de la familia fundadora y director comercial.

El valor económico de este contrato es de 40 millones de euros y generará, como mínimo, 500.000 horas de trabajo en los próximos dos años. Esto se traducirá en la creación de 180 puestos de trabajo fijo. El inicio de las acciones en taller está previsto para la semana que viene.

Una empresa familiar

Cuando en 1986 el joven utrerano Antonio Camino abandona su cargo como jefe de obras en Proyectos y Montajes Andaluces (una empresa que se dedicaba a la reparación de barcos y a la industria azucarera y en la que estuvo destinado en Panamá durante un tiempo) y decide comenzar desde cero una aventura en solitario para poder desarrollar su acentuado espíritu emprendedor, no imaginaba que treinta años después tendría a su cargo a más de 400 trabajadores y llevaría a cabo proyectos internacionales con presupuestos de 40 millones de euros… O sí.

Porque desde un primer momento Antonio tuvo fe infinita en su capacidad, visión e idea de negocio, a lo que unía 18 años de experiencia en este campo: «Conocía a la gente, cómo era el negocio y me veía capaz de hacerlo por mí mismo. Eso te abre la primera puerta, luego ya depende de ti que no te la cierren», reconoce.

Así, comienza a trabajar en el sector agroalimentario con maquinaria algodonera y azucarera aprovechando el boom de las desmotadoras de algodón, muchas de las cuales se instalaron en esta zona del Bajo Guadalquivir: Trajano, Pinzón, El Trobal, siendo su empresa la encargada de la fabricación y montaje de todas las tuberías.

Aunque ha sufrido variaciones en el nombre y en su forma jurídica a lo largo de tres décadas hasta la vigente nomenclatura de Tecade, lo cierto es que siempre ha sido una empresa familiar. En un primer momento con una plantilla de apenas una decena de integrantes netamente emparentada, hasta hoy en la que él, junto a sus cinco hijos, se encargan de gestionar los diferentes departamentos que conforman el organigrama de esta gran empresa andaluza que cuenta con 240 trabajadores fijos y que alcanza los 450 en etapas de máxima productividad.

Desde sus inicios en una pequeña y humilde nave de 300 metros cuadrados en Utrera hasta los 26.000 de la actual espectacular planta central en Los Molares, la empresa no ha dejado de evolucionar. No obstante, también ha sufrido momentos muy delicados, especialmente en 1993 con la crisis económica que azotó al país y en la que le dejaron a deber más de cien millones de pesetas, algo que provocó el cierre pese al gran volumen de trabajo adquirido (por el ejemplo, parte del puente del Centenario de Sevilla).

Con el duro golpe asestado por la crisis Antonio Camino vio mermada su capacidad financiera, pero su ilusión se mantenía intacta. En pocos meses creó una sociedad paralela con sus hijos (Utrerana de Calderería, rebautizada posteriormente como Tecade por un tema puramente comercial), haciendo una apuesta aún más fuerte: diversifica su estrategia, iniciando tanto la línea de negocios offshore (el incipiente sector de energías renovables), como la de puentes metálicos y plataformas petroleras.

La idea era abrirse a otros mercados y no estar siempre a expensas de que una de las crisis cíclicas que padece España diese al traste con la buena gestión de muchos años. Perseverando en esta dirección, poco a poco la idea comenzó a funcionar y pasaron de fabricar tolvas y tuberías para el sector agrícola a pequeña escala a participar en proyectos de mayor envergadura como el viaducto del Nalón, el segundo puente de Cádiz y el del circuito de Fórmula 1 de Valencia.

En su afán por mejorar y aspirar a proyectos aún más importantes, en 2008 deciden trasladarse a Los Molares a unas instalaciones de 26000 metros cuadrados, y en 2013 obtienen una concesión administrativa de la autoridad portuaria y ocupan 50.000 metros cuadrados en el puerto de Sevilla bajo el nombre de Tecade Yard, dedicado exclusivamente a la ampliación de la actividad offshore (parques eólicos y parques eólicos marinos).

En pleno proceso de internacionalización y diversificación, trabajan en países como Irlanda, Escocia, Inglaterra, Francia, Alemania, Dinamarca, Venezuela, México, Singapur y Canadá, donde acaban de firmar su mayor proyecto.

Además, Tecade cuenta con una delegación en Reino Unido enfocada al sector eólico, ya que se espera que en los próximos 5 o 6 años éste crezca muchísimo, y con una sociedad al 50% con una empresa local para trabajar en plantas petroleras en el Golfo de México.

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