Coronavirus en Sevilla

Un ecijano se encuentra atrapado en un puerto pesquero de Namibia sin poder salir del barco

Adrián Martínez, de 33 años, está a la espera de poder ser repatriado desde el país africano tras decretarse allí el confinamiento por el coronavirus

El ecijano Adrián Martínez Osuna, a bordo de un barco en Namibia ABC

Martín Laínez

La experiencia que está viviendo estos días en Namibia el ecijano Adrián Martínez Osuna se asemeja a la de la sevillana Marta Guerra en Omán , o a la de los también sevillanos Álvaro Lorenzana, su pareja Amara y su hija pequeña en Filipinas , y encuentra similitudes a la de los cuatro sevillanos que trabajan en un equipo de fútbol en el epicentro de la pandemia, la ciudad china de Wuhan , Pedro Morilla, José Antonio Maldonado, Antonio Sevillano y Manuel Vela. A todos ellos, el coronavirus les pilló por sorpresa y los dejó atrapados fuera de España.

Al astigitano Adrián, de 33 años y licenciado en Ciencias del Mar por la Universidad de Cádiz, su trabajo le lleva a permanecer muchos meses embarcado en alta mar. Ahora, se encuentra atrapado en un puerto de Namibia , en el cono sur del continente africano, donde el coronavirus le impide regresar a casa.

Oceanógrafo de profesión , trabaja para la empresa Datafidhts, y se encarga de registrar tanto el peso como de la cantidad de la pesca del barco que le ha llevado hasta el puerto africano de Walvis Bay. Además, estudia el uso de «pinguers», unos aparatos que evitan la depredación de los cetáceos.

Este vecino de Écija explica a ABC que « embarqué en Namibia hace cinco meses , llegué a tierra por primera vez el pasado 24 de mazo y salí de nuevo al mar el 28. Estuvimos navegando hasta el 30 de marzo cuando hicimos un transbordo con un barco que estaba navegando y llegamos aquí el sábado 11 de abril» y desde entonces permanece atrapado en el barco «Bouso» , donde intenta gestionar su repatriación hablando con la Embajada de España y con el cónsul del país africano.

Sin poder salir

«Hay incluso dos barcos que llevaban aquí tres semanas y en lugar de estar amarrados en el puerto de Walvis Bay de Namibia , lo han fondeado mar adentro. A día de hoy, este puerto namibio está repleto de barcos que se encuentran en las mismas condiciones que el nuestro. No nos dejan salir de los mismos por el coronavirus y nos tenemos que quedar dentro», detalla este vecino astigitano que maneja dos opciones: «O volvemos al mar si abren el puerto las autoridades o nos dejan que marchemos a un hotel estas dos semanas de confinamiento hasta que podamos coger un avión para regresar a Sevilla ».

«El levantamiento de la cuarentena —comenta— estaba previsto para este jueves pasado, pero las autoridades de Namibia han decidido prorrogarlo dos semanas más, como el resto del continente», explica.

Mientras tanto, asegura que « por lo menos ahora tenemos internet en el puerto y podemos conectarnos para matar el tiempo libre que tenemos», mientras intenta hacer una «vida normal» a pesar del confinamiento.

Adrián, en otra imagen tomada en el puerto de Walvis Bay del país africano de Namibia ABC

«Afortunadamente, estoy acostumbrado a pasar largas temporadas en el mar sin pisar tierra y preparamos los víveres suficientes que son de los que nos abastecemos ahora porque no podemos bajar del barco», cuenta Adrián, quien ya piensa en lo primero que va a hacer cuando llegue a su Écija natal: «Cuando llegue no sé qué decirte en concreto, porque dependerá de la situación en la que se encuentre España con el estado de alarma. Si seguimos en cuarentena no podré ver a mi familia, que vive la mayoría en Sevilla capital, pero sí a mi tío de Écija para que, por lo menos, me dé las llaves de mi piso. Y lo primero que haré cuando se levante el confinamiento será ir a mi bar de toda la vida , el 4 Puertas, para tomarme unas cervezas». Eso sí, su familia le dice que «en el barco voy a estar mucho mejor que si estuviera en España sin poder salir a la calle».

Otros españoles

Este observador científico confirma que de Sevilla «no hay más personas en esta situación como la mía. Cuando llegué el día 24 de marzo sé que había gente de Huelva. Además, hay ciudadanos de Galicia y gente de la tripulación que no han podido ser relevados y que tendrán que realizar un segundo periodo de pesca más. Desde que volví al mar el día 28 han salido dos aviones con gente española».

Instructor de buceo, de primeros auxilios y patrón de embarcaciones de recreo, este ecijano además se siente perjudicado esta temporada del atún en el Estrecho, puesto «que por culpa de esto me he perdido el trabajo que tenía con la almadraba del atún de Conil, con los que empecé a trabajar con ellos el año pasado. Aquí, en el puerto confinado sigo trabajando para mi empresa haciendo más días de observación, pero he perdido este trabajo de la almadraba que me gusta bastante. Me da cosa perderlo y todo ha sido por una mala gestión».

Asegura que los «tiempos muertos», cuando está en alta mar, los «mata con la lectura de libros y la visión de algunas series, porque cuando estamos tan alejados de la costa no llega internet . Sólo tenemos una especie de correo electrónico del armador que algunas veces usamos para ponernos en contacto con la empresa o la familia. Así, que nada de redes sociales en alta mar. La única manera de comunicarnos con la familia es vía telefónica».

Y mientras aclara su situación personal con los agentes diplomáticos de aquel país, Adrián confía en regresar «pronto» a España, como lo hicieron en su día los otros sevillanos que quedaron atrapados en países como Omán, Filipina o la propia China.

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