Una pareja visita la provincia de Cádiz y se sorprende al encontrar este «pueblo fantasma» escondido en la sierra

Un poblado escondido entre vegetación que, en los años 80, se consideraba como el destino vacacional por excelencia en la comarca para aquellos que preferían huir de la costa y refugiarse, durante unas semanas, en este enclave natural muy bien conservado en el Parque Natural de la Sierra de Grazalema, entre Ubrique y Algar.

Casas abandonadas, una iglesia y hasta un colegio apuntan a que ahí hubo vida, que dista mucho de lo que alberga hoy en día, pues su actividad se limita a los visitantes y senderistas que están de paso y, curiosos, pasean por sus antiguas calles hasta tomar la cuesta hacia la presa de los Hurones. No sin antes hacer una parada en la Venta El Pantano.

Quien para en esta Venta sabe que aquí se come de maravilla. Cuenta con mesas al aire libre que favorecen la conexión con el entorno mientras uno está comiendo, y actualmente juega sin competencia, ya que no hay ningún otro espacio gastronómico abierto en el poblado. De hecho, el propietario y su familia son los únicos que viven en este «pueblo inhabitado», según relata una pareja en una de sus recientes rutas, que no pudo resistirse a probar la carne, especialidad de la casa, y las croquetas del restaurante.

El canal 'Ilusiónate por el Mundo' hizo una parada en este pequeño poblado en 2021, dejando constancia de cómo se encuentra en la actualidad. Y aunque es cierto que fue abandonado por sus familias originarias hace varios años, la presencia de coches y la afluencia en la Venta El Pantano demuestran que este rincón es una visita imprescindible entre los turistas de la zona.

La pareja se desplazó hasta el Pantano de Hurones, que como se puede ver en el vídeo, se trata de un lugar rodeado de vegetación formada principalmente por alcornoques, con una gran presa que saluda desde lo alto al pueblo de «The Walking Dead», denominado así por el autor del canal, asombrado por su estado vigente.

El origen de este pueblo, ahora «fantasma», surge con el Plan Nacional de Embalses de 1945 para acabar con los problemas de abastecimiento de agua en las ciudades de Cádiz y Jerez de la Frontera, así como de otros pueblos importantes de la provincia.

El embalse de Los Hurones fue terminado en el año 1964 en el término municipal de San José del Valle, y para solventar la distancia que había desde esta zona hasta el pueblo más cercano, se decidió construir el poblado Charco de los Hurones, que serviría como lugar de vivienda para los técnicos, operarios y los empleados de las propias instalaciones, así como de sus familias.

En su temporada de mayor esplendor se estima que vivieron una 300 personas, repartidas en 32 viviendas colocadas en hileras agrupadas en dos conjuntos iguales y separadas por la antigua casa rural y la iglesia.

Pero es que además, el poblado contaba con un albergue, garajes, una escuela, almacenes, una venta que antiguamente fue un laboratorio, un hospital, la tienda o economato, la casa del cura y una zona recreativa que estaba al aire libre con piscina, bolera, pista de tenis y futbito, entre otras instalaciones.

La capilla dedicada a la Virgen del Pilar, junto con su campanario, es una de las edificaciones que mejor se conservan en el poblado, y se llamaba así porque la empresa que construyó la presa venía de Zaragoza, en honor a la patrona de España.

Se dividía en dos partes: la zona más baja, con unos jardines muy bien cuidados; y la zona que sube hacia la Casa del Ingeniero, la que da más sensación de «pueblo abandonado».

El pueblo fue creado a imagen y semejanza del ingeniero del momento, que procedía de Galicia. Casitas blancas, todo es de piedra oscura, incluso el tipo de árboles recuerda a los pueblos del interior gallego.

Un rincón que indudablemente se ha ganado su fama, pues aunque muchos lo describen como un «pueblo fantasma», este poblado no ha dejado de tener vida en su más de 50 años, enclavado a orillas del Majaceite.