Un hotel abandonado en plena Sierra de Grazalema (Cádiz) ha servido, durante 23 años, de asilo para la única persona que se ha atrevido a vivir en él. Un antiguo proyecto de hotel de cuatro plantas, que iba a llamarse Agua Nueva, cuya inauguración estaba prevista para 1971. Aunque nunca llegó a abrir sus puertas de manera oficial.
Un edificio en ruinas que alberga decenas de leyendas y misterios, que antiguamente sirvió como fábrica de chacinas y que, como se puede apreciar tan solo viendo su fachada, convive entre la naturaleza como un hotel fantasma que no llegó a recibir huéspedes.
Este edificio en ruinas, que habría sido un lugar de retiro en la Sierra de Grazalema, lleva siendo el techo bajo el que se aloja Fernando desde hace 23 años
El proyecto, de los hermanos José y Luis Coronil, tenía previsto incluir instalaciones decoradas con lujos de la época, una piscina olímpica, parque infantil, discoteca juvenil, supermercado y otras estancias, dividido en apartamentos y habitaciones de hotel.
El canal Aventuras Entresierras ha accedido al edificio, ubicado cerca de Benaocaz, en un enclave impresionante que hubiera servido de retiro para muchos turistas en busca de paz y desconexión. No obstante, una persona lleva siendo cómplice del estado del edificio y de su conexión con el entorno desde hace más de 20 años. «Fernando vive aquí, es un tipo excelente, pero ha pedido no salir en el vídeo», según explica el autor del canal.
Se trata del Pantano de los Hurones, un poblado que estuvo habitado hace seis décadas y que ahora es un gran reclamo turístico rodeado de naturaleza
Sin embargo, no es el único que ha sido testigo del paso de los años en este emplazamiento lleno de nostalgia, pues por él han pasado senderistas, personas que se han aventurado a hacer acampada en la sierra y otros curiosos que se han acercado a conocer la faceta más tenebrosa del antiguo hotel.
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