INFRAESTRUCTURAS

La obra del puente Carranza supera la fase más crítica y se encamina hacia su reapertura a primeros de julio

Las vigas del vano 30, el tramo de 44 metros más próximo a Cádiz, se han colocado con éxito y se trabaja ahora en la colocación de la prelosa del tablero

La salinidad, la corrosión y los efectos de la pleamar han obligado a esta intervención de urgencia en este tramo del viaducto

Los técnicos descartan una actuación similar en otros puntos del puente

Las vigas del vano 30 ya se han colocado y se trabaja ahora en la prelosa del tablero FRANCIS JIMÉNEZ

JAVIER RODRÍGUEZ

CÁDIZ

La obra del puente Carranza ha superado su fase más crítica. La sustitución de las seis vigas que componen el vano número 30, es decir, el tramo más próximo a la orilla de Cádiz, se ha llevado a cabo en un tiempo récord y de manera satisfactoria. El paciente evoluciona de forma favorable y todo apunta a que su reapertura al tráfico rodado será a primeros de julio. El Ministerio de Movilidad ha destacado que la actuación sobre este acceso a la capital gaditana forma parte de una obra de emergencia fruto de una inspección sobre su cimentación. Los técnicos comprobaron en 2017-2018 que el vano 30 estaba afectado por la salinidad, la corrosión y el viento.

La estructura no corría en absoluto peligro, pero era necesaria una intervención de calado. Se optó entonces por sustituir piezas en lugar de reparar. Este tramo se encuentra sin abrigo y sufre los efectos de la pleamar de una manera más contundente que el resto de vigas de la estructura. El pasado año se dio luz verde a la inversión de 3,1 millones de euros para acometer una importante actuación en el puente Carranza, que tiene 55 años, para garantizar su seguridad.

Técnicos de la Demarcación de Carreteras de Cádiz han mostrado este jueves a los medios de comunicación la evolución de los trabajos y han podio confirmar que ya se encuentra ejecutado el 70% de esta obra de emergencia. En estos momentos, la empresa constructora se encarga de colocar la prelosa sobre las seis vigas que integran el tramo en obras. Todo ello conforma el tablero.

El puente Carranza se cerró al tráfico el pasado 17 de marzo para acometer la obra, lo que ha obligado a desviar sus tráficos por el segundo puente y por la carretera de San Fernando. Estará sin actividad hasta primeros de julio.

El puente Carranza se inauguró el 28 de octubre de 1969 y fue entonces sinónimo de modernidad, vanguardia y desarrollo. No hay que olvidar que Dragados, la empresa adjudicataria de la obra del viaducto y de su tramo levadizo, aplicó la tecnología más avanzada de la época para construir el puente en un tiempo récord: dos años y medio. Además, el diseño del ingeniero Antonio Durán, que luego fue modificado para mejorar el paso de los buques de La Carraca, se consideró un referente mundial de la ingeniería civil. Los 90 metros de luz que tiene entre sus pilas centrales y el desafío físico que provoca el tramo levadizo, han sido ejemplo para las generaciones siguientes de ingenieros de caminos.

Refuerzo de los estribos

Los técnicos de la Demarcación de Carreteras en Cádiz han informado este jueves que las seis vigas que se han colocado tienen una longitud de 44 metros y un peso de 120 toneladas. El conjunto de vigas forman el vano 30 y ha sido necesario reforzar los estribos. Estas vigas, más modernas que las que han sido sustituidas, tienen una vida de cien años. Para su colocación ha sido necesaria una grúa con capacidad para mover 600 toneladas y una pluma de 78 metros.

Por este puente pasan diariamente 23.000 vehículos. Esta cifra varía al alza, por ejemplo, en verano. También se abre, al menos, dos veces por semana para favorecer la entrada y salida de buques de la Armada y Navantia del Arsenal de la Carraca, en San Fernando.

Los ingenieros han destacado que se trata de un obra compleja que comenzó antes del cierre del puente a mediados de marzo. De hecho, los trabajos previos arrancaron a principios de año con la colocación de señales y los primeros desvíos de los servicios básicos. Además se hizo también un estudio detallado del interior del tramo y de su cimentación utilizando para ellos barcos y buzos.

Los técnicos ha insistido que se trata de una obra compleja, pero que ya ha superado la fase más crítica, «que ha sido la colocación de forma transversal de las seis vigas». Ahora resta la terminación de la base del tablero, su impermeabilización, la reposición de la barandilla, la restitución de capa de rodadura y las juntas de dilatación. Al mismo tiempo, se procederá a la restitución del cableado que permite el funcionamiento de carril reversible, además de la colocación de una línea de alta tensión y una tubería de agua.

El puente Carranza ha tenido otras obras de calado a lo largo de su historia que se suman a la de ahora. Así, de especial relevancia se encuentra la rehabilitación de las pilas principales, que tuvo lugar entre mayo de 2009 y abril de 2010. El presupuesto fue de 1,3 millones de euros. La segunda actuación fue la rehabilitación de la estructura metálica del tramo levadizo en 2016. En el verano de 2017 se actuó sobre la maquinaria que regula su tramo levadizo. La obra significó una inversión superior a los dos millones de euros. En 2007 se redacta el Proyecto de rehabilitación de las pilas del tramo móvil. La puesta en marcha del carril reversible tuvo lugar el 21 de julio de 2007. En esa fecha, la incidencia media de paso estaba en 44.556 coches al día.

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