INFRAESTRUCTURAS

Comienza el desmantelamiento del tablero del puente Carranza

La obra se centra en esta primera semana de corte en el desvío de los servicios básicos y en la retirada del asfalto

Los técnicos supervisan en barco el interior de la estructura que se va a sustituir

El tráfico se ha diluido entre el segundo puente y la carretera de San Fernando sin provocar alteraciones en el interior de la capital

Las primeras capas de aslfalto del tablero ya han desaparecido ANTONIO VÁZQUEZ

JAVIER RODRÍGUEZ

CÁDIZ

La obra del puente Carranza avanza a buen ritmo casi una semana después de que se cortara al tráfico el viaducto para someterse a una importante cirugía en el tramo más próximo a Cádiz. De hecho, los trabajos se centran ahora, por un lado, en el desvío de los servicios básicos que guarda el interior de la plataforma y, por otro, en el levantamiento del tablero. Los operarios ya han desmantelado las primeras capas de asfalto, mientras que en el exterior se trabaja en la retirada de los paneles indicativos de dirección. Medio centenar de trabajadores están desplegados en la zona, que se encuentra acotada a la espera de la maquinaria pesada de la obra. Igualmente, un grupo de técnicos supervisa desde un pequeño barco los bajos del puente, concretamente del vano 30, que es el objeto de esta intervención de emergencia.

La obra consiste en la sustitución de las pilas de esta sección y en el refuerzo de los estribos. Estas estructuras se encuentran desgastadas por los efectos de la salinidad, el mar y la oxidación. El puente tiene 55 años y es tiempo más que suficiente para intervenir sobre sus vigas.

Por este puente pasan diariamente 23.000 vehículos. Esta cifra varía al alza, por ejemplo, en verano. También se abre, al menos, dos veces en semana para favorecer la entrada y salida de buques de la Armada y Navantia del Arsenal de la Carraca, en San Fernando. Sin embargo, el cierre del puente Carranza ha cambiado el hábito de movilidad en la Bahía de Cádiz. Así, el segundo puente, conocido como el de la Constitución de 1812, soportó el primer día, el pasado lunes, un exceso de tráfico, ya que la mayor parte de los conductores que a diario utilizan el puente Carranza utilizaron el segundo acceso para acceder al casco urbano de Cádiz. Esta densidad de tráfico se advirtió en las horas punta de la mañana y a media tarde. Pero esta situación se normalizó por completo a partir del martes, ya que parte de los usuarios del puente Carranza han optado por utilizar la carretera de San Fernando como arteria para acceder a Cádiz, lo que ha permitido dividir los tráficos y rebajar la intensidad sobre el segundo puente.

El puente Carranza se inauguró el 28 de octubre de 1969 y fue entonces sinónimo de modernidad, vanguardia y desarrollo. No hay que olvidar que Dragados, la empresa adjudicataria de la obra del viaducto y de su tramo levadizo, aplicó la tecnología más avanzada de la época para construir el puente en un tiempo récord: dos años y medio. Además, el diseño del ingeniero Antonio Durán, que luego fue modificado para mejorar el paso de los buques de La Carraca, se consideró un referente mundial de la ingeniería civil. Los 90 metros de luz que tiene entre sus pilas centrales y el desafío físico que provoca el tramo levadizo, han sido ejemplo para las generaciones siguientes de ingenieros de caminos.

Llegada de las grúas

Ahora el viaducto pasa por una operación de cirugía en la que se espera aún la llegada de dos potentes grúas que serán las encargadas de colocar las nuevas vigas de este vano 30. Estas vigas se fabricarán en tierra. Para su colocación será necesario eliminar más de 25 metros de tablero, lo que permitirá ver las tripas y parte del esqueleto del puente. Es una obra habitual en los viaductos. En este caso la inversión es de 3,1 millones de euros y el plazo de ejecución de cuatro meses.

Para ello, Fomento prevé el desplazamiento de una potente grúa con capacidad para mover 600 toneladas y una pluma de 78 metros. Además está prevista la llegada de una de grúa hidráulica para la gestión de los contrapesos. Las vigas que se insertarán tienen una altura de 44 metros de longitud y 120 toneladas de peso.

Una vez terminada esta fase, Fomento abordará la reconstrucción del tablero afectado por la demolición. Para ello se colocarán la prelosas, montaje de armadura y vertido de hormigón para la conformación de la plataforma que integra el tablero. Posteriormente se realizará la prueba de carga y la impermeabilización del tablero. Seguidamente se procederá a la reposición de la barandilla, la restitución de capa de rodadura y las juntas de dilatación en vano 30.

Por último, se llevará a cabo la restitución de instalaciones de iluminación y la retirada de protecciones y materiales para la ampliación de la carretera CA-36 en el estribo de Cádiz.

El puente Carranza ha tenido otras obras de calado a lo largo de su historia que se suman a la de ahora en el vano 30. Así, de especial relevancia se encuentra la rehabilitación de las pilas principales. Entre mayo de 2009 y abril de 2010. El presupuesto fue de 1,3 millones de euros. La segunda actuación fue la rehabilitación de la estructura metálica del tramo levadizo en 2016. En el verano de 2017 se actuó sobre la maquinaria que regula su tramo levadizo. La obra significó una inversión superior a los dos millones de euros. En 2007 se redacta el Proyecto de rehabilitación de las pilas del tramo móvil. La puesta en marcha del carril reversible tuvo lugar el 21 de julio de 2007. En esa fecha, la incidencia media de paso estaba en 44.556 coches al día.

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