El chapapote vegetal que invade las playas de Cádiz

Barbate ha sido el último municipio de la provincia que se ha visto afectado por la 'Rugulopteryx okamurae', el alga invasora de origen asiático que lleva varios años dejándose ver por el litoral gaditano

Los negocios de la zona se están viendo afectados debido a que los turistas están empezando a optar por otras playas de la zona que no presentan este problema con el alga

Desde el Ayuntamiento de Barbate piden ayuda a la Junta de Andalucía y al Gobierno, y están pendientes de una subvención de la Diputación

Una bañista en la playa de Marisucia en Los Caños, repleta de la alga invasora asiática Antonio Vázquez

Jesús Mejías

Cádiz

Elena mira su móvil, apenas hay movimiento de coches. Es una mañana calurosa del mes de julio en Los Caños, el sol aprieta, pero en la playa de Marisucia apenas hay bañistas. Un día ideal soñado para cualquier turista que elige la provincia de Cádiz para disfrutar de sus vacaciones. Sin embargo, las playas de este núcleo de población perteneciente a Barbate no están vacías, pero presentan una estampa diferente al de años atrás.

El motivo de esta situación tiene nombres y apellidos, la 'Rugulopteryx okamurae', el alga invasora de origen asiático y que ha puesto en jaque a varios municipios de la provincia de Cádiz en los últimos años, siendo Barbate el último en padecer la irrupción de esta especie.

Esta situación está afectando a los negocios de la zona. Elena, natural de Los Caños, ha vivido siempre en la zona y trabaja en un parking para vehículos junto a la playa de Marisucia. Son las doce del mediodía y apenas hay una decena de vehículos en un espacio en el que podrían entrar unos cien.

«Otros años a esta hora el parking estaba lleno, esta situación es totalmente atípica», señala. La playa, junto al faro de Trafalgar, suele estar bastante concurrida, con una gran presencia de bañistas, sobre todo turistas que son atraídos por la arena blanca y el agua cristalina. «La gente viene, no sabe que hay algas», pero «llegan a la playa y se dan la vuelta».

Muchos turistas preguntan «si a la derecha del faro ya no hay algas», pero «es que está todo lleno». «La gente no se puede bañar y se van a otros lugares», apunta.

«Yo me he criado aquí, estoy acostumbrada a las algas, pero la persona que viene de fuera no se baña como me baño yo, o no puede estar tan acostumbrado al olor como yo», afirma.

Elena dice no haber visto gran movimiento de maquinaria recogiendo las algas. «Ayer vi un tractor, pero nada más».

Caminando hacia la playa, varios vendedores empiezan a montar su puesto ambulante, aunque al ser primera hora apenas tienen clientes. Es mediodía, el sol aprieta, apetece darse un baño, aunque para poder hacerlo hay que atravesar un campo de algas. La orilla presenta la misma imagen, y solo levantando la mirada varios metros se puede observar alguna zona del mar que no esté infestada de la 'Rugulopteryx okamurae'.

Apenas hay bañistas, en casi una hora solo se observan a tres en toda la playa, y solo Carmen se digna a darse un pequeño baño. «Es complicado estar en la playa», reconoce.

Junto a la playa hay varios establecimientos, el más próximo se llama Ohana, dónde varias familias y grupos de amigos desayunan acariciando con su pie la arena. Una delicia. Uno de los camareros, Hugo, se estrena trabajando en verano, es de Barcelona, y espera el «boom» del que tanto le habían avisado sus amigos.

Ohana, uno de los establecimientos en la playa de Marisucia Antonio Vázquez

«La gente viene a la playa, se asoma, pero es que está todo negro, se te quitan las ganas de estar aquí», asegura.

Para este joven «lo peor es el olor, muchos clientes nos lo dicen, que huele mal», y además «las algas arrastran animales muertos».

El problema para los negocios de la zona es que «si un turista viene aquí y ve lo que hay se va a otra playa, hay muchas playas en Cádiz».

Las algas parece que solo huelen de día, bromea. «Por las noches con las copas esto esta lleno todos los días».

«Lo que veis hoy es lo que yo he visto desde que llegué en junio», sentencia.

Hugo señala que «un día vino un tractor, estaría como una hora y media recogiendo las algas y se fue».

El alga invasora de origen asiático no afecta únicamente a los negocios de Los Caños, también repercute en las vacaciones de multitud de turistas. Esta pedanía o núcleo de población de Barbate es muy frecuentado por viajeros provenientes de diversos rincones de la geografía española, y también por los gaditanos. Es un espacio idóneo para los iniciados en buceo, por la riqueza de flora y fauna marina y su agua cristalina.

Es la situación que están padeciendo Inma y Natalia, dos amigas cordobesas que tras terminar sus exámenes de Medicina en la universidad de Sevilla eligieron Zahora y Los Caños como sus destinos de vacaciones. «Veníamos a desconectar, pero la verdad es que las algas están siendo un mayor dolor de cabeza que Radiología Clínica (una asignatura de quinto curso de carrera», bromean.

Estas dos cordobesas se alojan en un hostal de Zahora, y aunque «habíamos visto días atrás en internet que había algas, no nos imaginábamos que estuviera así».

En Zahora «ayer no se podía estar» y «nos vinimos aquí a Los Caños...», pero «ahora vamos a bajar a la playa y si la cosa está como ayer creo que nos vamos a ir a la playa de El Palmar u otra que esté cerquita». «Aunque no haya algas en la arena, en el agua hay muchas más, y aparte huele muy mal».

Una invasión sufrida desde hace años en la provincia

Barbate no ha sido el primer municipio de la provincia de Cádiz, y probablemente no sea el último, en sufrir la invasión del alga asiática. Esta especie tiene como hábitat natural las aguas templadas de China, Filipinas, Corea y Japón, siendo detectada por primera vez en Europa en las costas francesas de Étang de Thau. En España fue avistada en Ceuta en 2015, y posteriormente en pueblos gaditanos como Tarifa, El Puerto e incluso en la playa de La Caleta de la capital gaditana.

No hay certezas sobre cómo llegó la especie al litoral gaditano, aunque existe la teoría de que podría haber sido a través del agua de lastre que traen los barcos de mercancía provenientes de Asia. El agua de lastre es una cantidad de agua que se ubica en la base del barco para darle estabilidad, y es muy probable que uno de los barcos trajera consigo a la 'Rugulopteryx okamurae'.

Juan José Vergara, catedrático de la Universidad de Cádiz y director del Instituto de Investigación Marina (INMAR), declaraba anteriormente en LA VOZ sobre esta especie que «primero suele crecer a nivel submareal donde no se aprecia, pero cuando empieza a aparecer y a verse de esta manera es una prueba evidente de su abundancia en el nivel submareal y que cada vez será mayor su presencia«.

«Esta especie tiene compuestos tóxicos que hace que las poblaciones locales vayan menguando. Por lo tanto, las comunidades locales quedarán afectadas. Tanto la flora como la fauna de La Caleta se van a ver afectadas por la colonización de esta especie invasora«, reconocía Vergara, quien señalaba que la presencia del alga asiática afectará a la pesca en la zona.

La noticia más negativa sobre este alga es que a día de hoy no hay herramienta alguna para frenar su avance.

Por lo tanto, Juan José Vergara asegura que habrá que esperar a que el alga se naturalice, ya que en la actualidad no hay herramientas para acabar con ella y parar su avance. «Ojalá tuviera la solución, pero de momento hay que esperar a que finalice su proceso de expansión, que es en el que está en este momento, ya que a partir de aquí la fuerza de la proliferación suele disminuir y no tiene esta aparición masiva que estamos viendo en estos momentos en muchas zonas de la costa española. Eso sí, este proceso que puede ser largo, suele durar entre diez y quince años», aseveraba.

Barbate pide ayuda

El turismo es uno de los principales motores económicos de Barbate, un municipio muy castigado por el desempleo, llegando a tener en el pasado una tasa de paro superior al 50%, y aunque en los últimos meses las cifras han ido mejorando, la realidad es que este municipio, como otros de la provincia, tienen en el turismo su principal fuente de ingresos.

Esta situación protagonizada por el alga invasora de origen asiático es un auténtico dolor de cabeza para el Ayuntamiento de Barbate, conocedor de que en los próximos meses hay mucho en juego.

Mario Caballero es el delegado encargado del área de Playas en el Consistorio de Barbarte. «El tema de las algas depende de las mareas, si hace viento de Levante lo normal es que cuando el agua sube, haya un mayor número de algas».

«Oí hablar de este alga hace dos años», en un paseo en barco en el que «los pescadores nos enseñaron las redes, estaban hasta arriba del alga». Una situación que está provocando una imagen atípica en el Mercado de Abastos de la ciudad, en el que afirma que no hay erizos de mar. «Este alga vive junto a las rocas, el hábitat natural de los erizos. Se los está cargando, no hay».

Caballero señala que «el primer golpe del Levante ha traído las algas, el mar con este viento lo saca todo para fuera», y «el Poniente vuelve a limpiar las playas».

Dos usuarias en la playa de Marisucia, en Los Caños Antonio Vázquez

El edil reconoce que «solo podemos limpiar de orillas para fuera con medios propios», por lo que «necesitamos ayuda externa», una ayuda, que en palabras de Mario Caballero tendrían que prestar tanto la Junta de Andalucía como el Gobierno.

«Al final el problema de esto es que nosotros podemos limpiar todos los días las playas, pero cada vez que haya un temporal fuerte de viento va a sacar todas las algas hacia fuera y el trabajo va a ser para nada», recalca.

Es un problema «que desde hace varios años viene denunciando la Federación Nacional de Pesca Artesanal de España (FENAPA)», y «nosotros aquí no pensamos en Barbate o Tarifa», sino que «pensamos en el Mediterráneo, hay un estudio que dice que esta especie puede amenazar a todo el Mediterráneo».

«Nosotros podemos paliar un poco el daño, pero si se sigue reproduciendo, los ayuntamientos no van a poder a hacer nada».

En estos momentos el Ayuntamiento de Barbate cuenta con «un par de tractores que se dedican al tema de la limpieza en las playas», intensificando durante esta semana los trabajos en las diferentes playas del municipio, aunque necesitan aún más medios.

«Estamos pendientes de contratar una empresa que saque algas con un tractor para poder siguiendo con estas labores de limpieza», pero «si el tractor pasa y deja la playa limpia y después viene una marea alta y vuelve a traer algas, es como si no hubiera pasado nada».

Desde el Consistorio están pendientes de poder acogerse a una subvención de Diputación para intentar atajar el problema que genera el 'Rugulopteryx okamurae', aunque para que sea concedida «hay que tratar muy bien el sitio dónde dejar al algas, no se pueden echar en cualquier lado».

El concejal señala que «no se pueden dejar en espacios naturales, no tengo sitio donde echar el alga», la desesperación llega al punto de tener que llamar a un particular con un finca para «ver si nos deja que dejemos allí las algas hasta que se sequen».

«Si encontraran una función para este alga... que se pudieran hacer bolsos o algo así, el propio hombre sería el que lo recogería» o «si esto fuera el Chapapote o el Prestige, el Gobierno ya habría puesto algún tipo de solución».

Por lo tanto, «ahora que hay elecciones esperemos que muestren algo de interés por este grave problema que tenemos aquí».

En definitiva, «es un problema que estar de mar hacia dentro, el Ayuntamiento no lo puede quitar sin más, los pescadores no pueden pescar, afecta al turismo, o le ponemos solución al problema o vamos a tener un grave problema».

«Lo que el Levante te da, el Poniente te lo quita», sentencia.

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