El senderismo no es solo caminar: es una aventura tranquila que invita a descubrir paisajes escondidos y a reencontrarse con la naturaleza. Cada ruta guarda sorpresas, desde un cañón que se abre de golpe hasta una poza cristalina donde el tiempo parece detenerse. Quien se adentra en el curso del río Guadiaro lo sabe bien: al final del imponente Cañón de las Buitreras, tras un sendero que mezcla roca y vegetación mediterránea, espera el Charco del Moro, una poza natural alargada y profunda que se convierte en recompensa perfecta para los que disfrutan de caminar, explorar y dejarse sorprender.
Esta poza o badina, escondida entre Cortes de la Frontera y la pedanía de El Colmenar o Estación de Gaucín, forma parte del Monumento Natural del Cañón de las Buitreras, declarado por la Junta de Andalucía en 2003.
El Charco del Moro es una poza alargada de más de 100–150 metros de longitud, con profundidades que pueden llegar a los 8 metros. Lo rodean paredes verticales de más de 100 m, fruto de miles de años de acción erosiva del río Guadiaro. La vegetación autóctona incluye alcornoques, lentiscos y otras especies mediterráneas.
Cómo llegar
El acceso recomendado se realiza desde la Central Hidroeléctrica de Las Buitreras, en El Colmenar (Cortes de la Frontera). Desde allí se toma un sendero bien señalizado que avanza junto al río hasta llegar al Charco, atravesando un puente colgante. Se trata de un trayecto de dificultad baja o media-baja, ideal para senderistas con condición física moderada, según apuntan en Rutas del Mundo y senderismosevilla.net
Entre las recomendaciones para realizar esta ruta están saber nadar y actuar con precaución en el agua porque hay zonas profundas y llevar calzado resistente y protección adecuada para lidiar con vegetación densa de zarzas y cardos.
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