sucesos

Incendio en Tarifa: «Sentí miedo al ver el fuego pasar la montaña»

Un joven que se encontraba en la playa narra cómo vivió los primeros momentos cuando se declaró el incendio

Incendio de Tarifa, en directo

Incendio en Tarifa: Permiten el regreso de algunos de los desalojados por un fuego que mantiene tres focos activos

Esther Macías

Tarifa

Preocupación, miedo, incertidumbre es lo que sienten la mayoría de las personas que fueron desalojadas en la tarde del lunes de sus respectivas casas, hoteles y alojamientos cuando se declaró el incendio aún activo en la Sierra de la Plata, junto a Zahara, en Tarifa en Atlanterra, en la zona de la Playa de los Alemanes. Lugares idílicos de la provincia de Cádiz y llenos de veraneantes que asisten impactados a la propagación del fuego.

En el CEIP Miguel de Cervantes se encuentran algunos de los desalojados pendientes de la evolución del incendio para saber si pueden o no regresar. Con esa inquietud algunos comentan cómo vivieron esos momentos iniciales. «Bueno, nosotros estábamos en la playa, realmente jugando era como la una de la tarde y de repente hemos visto un poco de humo por ahí y pensamos que no era nada, que simplemente era una barbacoa o algo y de repente ya hemos visto como el humo ha ido a más. Entonces me fui a un sitio a comer con mi familia y el humo seguía a más«, explica Roberto, un joven madrileño que estaba en ese momento en la playa.

De la cierta calma tensa se pasó a la preocupación. «Yo personalmente ya me empecé a preocupar cuando el fuego ya pasó a la montaña porque ahí ya he empezado a sentir un poco con más de miedo y tal mi hermana también se ha agobiado. La gente se ha empezado un poco a agobiar... Los coches han empezado a salir sin parar y ha costado un montón ir al pueblo porque había muchos coches. Entonces hemos llegado aquí, nos han dado comida, agua y bueno los que han dormido aquí han podido dormir y después algunos, no sé, nosotros por ejemplo hemos dormido en casa de un amigo y ya esperamos que podamos volver y estamos más tranquilos porque bueno parece que va bien pero ha sido un susto«.

Otro grupo de jóvenes también se encontraba en la Playa de los Alemanes y recordaba cómo empezaron a ver el humo. «Era una columna de humo, hasta que de repente nos vimos que había bajado de la montaña el fuego y salimos de ahí en coche. Ya luego pues nos fuimos moviendo más para el pueblo y todo eso, y al final acabamos en Barbate», explicaba uno.

«Nosotros nos fuimos para la playa porque vimos que el fuego se acercaba mucho y había mucho humo también y nos dijeron que no pasáramos por la playa. Hemos pasado en casa la noche un poco preocupados por si había que salir rápido o algo, pero al final no pasó nada», afirma.

Continúan relatando la experiencia: «Nos acercamos de hecho por la noche y vimos un poquito por esa zona el fuego que todavía quedaba un poco de llama estamos un poquillo preocupados, la verdad, porque estaba esa incertidumbre de no sabes si te van a desalojar a medianoche o si no, pero bueno. Por suerte no. Empezaron a bajar un poco el fuego».

Cierta tranquilidad

Otro testigo de los hechos comenta que «la gente estaba muy tranquila. Entonces la columna de humo que venía como para acá ya se pasó a esa parte de allí, ya la columna de humo venía, y dejó de molestar, digamos, todo este área. Luego ya por la noche, hubo gente, las autoridades recomendaron no dormir aquí». Además añade que «varios vecinos de ahí, del mismo portal y otros, decidimos quedarnos y estar alerta. Encendí la luz de fuera de la terraza por si venía alguien para que nos pegara una voz. Y nada, hemos dormido bien, alerta un poco. Las ventanas cerradas de ahí y la del patio interior abiertas. Y nada, nos ha despertado otra vez todo el jaleo de los helicópteros«.

En uno de los hoteles más cercanos a la playa, Ana, recepcionista con años de experiencia en temporadas estivales, recuerda cada paso de aquella tarde como si lo estuviera reviviendo. Según cuenta, la llamada de la Policía Local fue breve pero directa, con ese tono que no deja lugar a dudas: la situación podía empeorar en cuestión de minutos.

«Nos avisaron de que se podía complicar», asevera. Ana cogió el listado de huéspedes y, junto con sus compañeros, empezamos a recorrer los pasillos: «Íbamos puerta por puerta, tocando con firmeza, explicando a cada cliente que debían salir sin prisas pero sin detenerse. Algunos miraban por la ventana, sorprendidos al ver la columna de humo sobre la sierra; otros ya tenían las maletas a medio cerrar. Lo importante era que nadie se quedara atrás».

A pocos metros, en otro alojamiento turístico, Javier, cocinero, explica que fue «una jornada complicada». «Estábamos a punto de sacar los primeros platos cuando llegó la noticia de que quizá habría evacuación. No lo dudamos: apagamos fuegos, guardamos lo que pudimos, y empezamos a ayudar a las familias a recoger sus pertenencias. Entre todos formamos una cadena improvisada para bajar maletas, bolsas de playa y hasta cunas de viaje».

Arduo trabajo de bomberos y retenes forestales

El viento traía ráfagas de humo y, de vez en cuando, el sonido grave de los helicópteros cortaba el cielo. Afuera, los bomberos y retenes forestales trabajaban sin descanso, luchando contra un fuego.

Zahara ha amanecido este miércoles envuelta en un velo gris. El aire, cargado de olor a madera quemada, se colaba por las ventanas. El incendio, aunque más controlado, seguía activo, y la conversación en bares, supermercados y paradas de autobús aún sigue girando en torno a las llamas de la noche anterior.

Para algunos turistas, era el momento de volver a la playa, recuperar las tumbonas y dejar que el verano continuara. Para otros, sería el recuerdo imborrable de un agosto en el que la calma luminosa de la costa gaditana fue rota por el rugido de los helicópteros y el resplandor anaranjado que dibujaba la sierra como una herida abierta en la noche.

Carlos, ya de vuelta a su hotel, explica que todo ha sido «rápido» y agradece el gran trabajo de todos los efectivos. Hay optimismo en sus palabras y una jornada de fuego no va a emborronar sus vacaciones. Aún le quedan a su familia y a él unos días para disfrutar de Cádiz. Y lo harán. «El hotel nos ha ofrecido una noche más o devolvernos el dinero de esta noche. Nosotros ahora mismo no pensamos en las consecuencias. Es algo que ellos no han podido evitar. Son cosas que pueden pasar y ahora solo pensamos en exprimir el verano al máximo».

Comparte esta noticia por correo electrónico
Reporta un error en esta noticia