Mercado Inmobiliario

Los impagos del alquiler se disparan en Cádiz

En el último año la morosidad ha aumentado un 6,07% en la provincia

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Dos hombres miran los anuncios de una inmobiliaria Nacho Frade
Jesús Mejías

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La cuesta de septiembre se siente especialmente dura en el bolsillo de las familias de Cádiz. El noveno mes del año llega tras los gastos del verano, que incluyen viajes, salidas y ocio, una serie de consumos no obligatorios, pero sí necesarios para cualquier ser humano, a los que hay que sumar otros obligatorios como el material escolar, los libros, uniformes, las matrículas de la universidad y un largo etcétera. Enero y septiembre, los dos meses más duros para la economía de la clase media.

A todos estos gastos extraordinarios hay que sumar el desembolso habitual en vivienda, transporte y alimentación, lo que genera un desequilibrio económico a apretarse el cinturón. Otras familias, sin tener el verano deseado, sin viajes y sin comidas ni cenas, también afrontan septiembre con dificultades.

La temida cuesta de septiembre no solo afecta a las familias con hijos en edad escolar; incluso los jóvenes y adultos sin cargas familiares sienten esta bofetada en sus propias carnes. Los gastos extra tras el verano, como la renovación del seguro de coche o la compra de ropa de temporada, hacen que el mes se perciba como uno de los más complicados financieramente del año.

La economía se resiente, y crecen los impagos. La Sociedad Española de Alquiler Garantizado (SEAG) alerta de que el mes de septiembre representa uno de los momentos más delicados del año para los propietarios de viviendas en alquiler debido al impago en las rentas.

Este fenómeno se repite de forma constante en los últimos años, situando a septiembre y octubre como meses fatídicos en el ratio de morosidad en España. «El contexto económico familiar en estas fechas suele estar condicionado por un descenso de la liquidez, debido a las prioridades presupuestarias del verano y los gastos asociados al inicio del curso escolar: material, libros, matrículas, uniformes y actividades extraescolares. Como resultado, muchos inquilinos retrasan o directamente incumplen el pago del alquiler» explica Pedro Bretón, CEO de SEAG.

De esta forma, desde SEAG confirman que, cada año, en septiembre se dispara el número de incidencias relacionadas con la morosidad en viviendas principales. Así lo acreditan las cifras de los últimos años. En 2022, la deuda media acumulada por cada inquilino moroso ascendía a 6.874 euros, el año siguiente ascendió a 7.608 euros y, en 2024, volvió a subir a 7.957 euros, lo que supone un incremento del 4,23% respecto al año anterior, señalan.

«Si bien estas son cifras anuales, septiembre y octubre son determinantes en la configuración de estas estadísticas» asegura el directivo.

La morosidad en la provincia de Cádiz

La morosidad media en 2024 en España ascendió a 7.957,6€, una subida del 4,23% con respecto al año anterior, lo que equivale a unos siete meses de alquiler, según el estudio «Situación de la Morosidad en el alquiler en España en 2024», del Observatorio del Alquiler.

La deuda de los inquilinos aumenta de forma continuada año tras año, así como el esfuerzo económico a la hora de afrontar el pago del alquiler, ya que los salarios apenas crecen, pero los precios suben cada vez más. La morosidad se situó en 2024 en su nivel más alto de la historia. También el precio medio del alquiler, que alcanzó los 1.117€, batió récord en 2024. Los inquilinos dedican alrededor del 34% de sus ingresos a pagar la renta. Los problemas para acceder a una vivienda y la escalada de los precios por encima del aumento de los salarios explican, en parte, las dificultades que enfrentan muchos arrendatarios y que suponen un mayor riesgo de endeudamiento para quienes no llegan a fin de mes.

Mientras a nivel nacional la morosidad aumentó un 4,23%, en Cádiz, este incremento fue mayor de la media estatal, alcanzando el 6,07 %, lo que la sitúa entre las provincias con un mayor repunte. Concretamente, Cádiz ocupa la octava posición detrás de Santa Cruz de Tenerife (+8,17 %), Valencia (+7,9 %), Huelva (+7,61 %), Alicante (+7,38 %), Málaga (+6,79 %), Sevilla (+6,59 %) y Zaragoza (+6,23 %).

No obstante, los inquilinos de la provincia de Cádiz acumulan menos deuda neta en comparación con la media nacional. Los datos del estudio desvelan que la deuda nacional alcanza los 7.957 euros, lo que equivale a siete meses de deuda, mientras que en Cádiz se sitúa en 6.271,62 euros. Esta diferencia se explica en la diferencia de los precios de alquiler entre la capital gaditana, donde una vivienda es más barata que en otros territorios como Barcelona o Madrid, con 10.996,79 y 9.812,96 euros respectivamente.

A nivel regional, Málaga registra la mayor deuda media con 9.355 euros, mientras que Jaén presenta la menor, con 3.234 euros. Cádiz se ubica en una posición intermedia, ligeramente por debajo de la media andaluza, que alcanza los 7.278 euros.

Dos casos reales

En el barrio de San José de Cádiz está el caso del propietario de una casa, Antonio Fernández (nombre ficticio). Él, junto a su mujer, compraron un piso familiar en esta zona y al cabo de los años se mudaron a otro inmueble, por lo que decidieron poner esta primera casa en alquiler. Sin embargo, lo que comenzó como un acuerdo aparentemente sencillo se transformó en «una pesadilla». Los inquilinos dejaron de pagar el alquiler a los pocos años de instalarse y continuaron «okupando» el inmueble durante más de dos años sin abonar un solo euro.

Durante ese tiempo, los ocupantes argumentaban que no podían hacer frente al pago debido a dificultades económicas, pero, según Antonio, «tampoco mostraban intención de llegar a un acuerdo o buscar una solución intermedia». La situación se agravaba porque «yo tenía que asumir los gastos de comunidad, reparaciones y recibos de agua y luz, mientras veía cómo perdía mi casa». A esto se le sumaba que los procesos judiciales para recuperar una vivienda pueden tardar largos periodos, lo que deja a muchos propietarios en situaciones de gran vulnerabilidad. Exactamente, en este caso, «dos años y medio con una propiedad que ni se le podía dar otro uso, ni recibir dinero por ella». Finalmente, el caso se resolvió en los tribunales y Antonio recuperó su vivienda.

Una situación más dramática incluso vivió Carmen. Esta mujer, de casi 70 años, es originaria de El Palmar (Vejer), donde compró con su marido «a finales de los ochenta» una parcela en primera línea de playa en la que edificaron un restaurante y una casa. En el año 2004 alquiló el bar «a una pareja de Madrid». Recuerda que «todo iba bien hasta que se divorciaron».

Como el contrato de alquiler estaba solo a nombre de la mujer, «ella fue la que se quedó al frente de todo». Ahí comenzaron los problemas. «Empezó retrasándose unos meses en el pago del alquiler», pero «como nos daba pena porque decía que estaba pasando por un momento complicado lo entendimos», pero «hubo un momento en el que decía que nos dejaba de pagar», mientras «el bar estaba abierto todos los veranos y estaba lleno».

«Nos dejó de pagar porque le dio la gana», asegura. Tras varios años de lucha judicial «al final logramos que la desahuciaran». Esta mujer «estuvo más de tres años sin pagar el alquiler», aunque «lo peor fue que nos destrozó la casa». Relata que «rompió todo los muebles, rajó los sofás, se llevó hasta el váter. Lo dejó todo lleno de pintadas y mensajes contra nosotros».

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