Entrevista

«La guerra en Ucrania ha confirmado que las capacidades que queríamos desarrollar eran absolutamente necesarias»

Rafael Roldán Tudela. Comandante General de la Infantería de Marina

El máximo jefe del cuerpo anfibio de la Armada asegura que «podemos desplegar 900 infantes en cinco días en el Mediterráneo»

El comandante general de la Infantería de Marina, general de división Rafael Roldán Tudela, en su despacho durante la entrevista. Antonio Vázquez
Verónica Sánchez

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«La Infantería de Marina aporta capacidades que son únicas en las Fuerzas Armadas y desarrolla misiones y cometidos que nadie más es capaz de hacer». El general de división Rafael Roldán Tudela, Comandante General de la Infantería de Marina, transmite seguridad, mucha, en los suyos y en el futuro. Jefe de los 'Valientes por tierra y por mar', como reza el lema de Infantería de Marina, desde marzo de 2021, este jienense que cumplirá 62 años en febrero ingresó en la Armada con 19. Diplomado en operaciones especiales, fue comandante director de la Escuela de Infantería de Marina 'General Albacete y Fuster' y ha estado vinculado durante la mayor parte de su carrera al Tercio de Armada, unidad de la que fue general desde 2018 a 2021.

«La Fuerza de Infantería de Marina es capaz de realizar operaciones de fuerza de desembarco, operaciones especiales en el ámbito marítimo, de seguridad física y marítima y además es capaz de llevar cabo operaciones en tierra como cualquier fuerza terrestre. Para ello contamos con tropas capaces de operar con medios terrestres, navales y aéreos; utilizando tácticas técnicas y procedimientos propios en muchos casos de fuerzas especiales y que no están al alcance de las unidades regulares; disponemos de material especial, moderno y sofisticado y, lo que es más importante, nuestros infantes de Marina son capaces de actuar con iniciativa y adaptarse rápidamente a cualquier situación o cometido, porque ello forma parte de su mentalidad y preparación. Creo que estas son razones que me permiten afirmar que la Infantería de Marina es la élite de las Fuerzas Armadas», afirma. Y puntualiza: «Podemos desplegar una fuerza de 900 infantes en cinco días en mitad del Mediterráneo. Con todo, armamento, vehículos, logística. Eso sólo lo podemos hacer nosotros».

–Lleva casi dos años al frente de la Infantería de Marina. ¿A qué retos se ha enfrentado durante este tiempo?

–Nuestro principal reto es mantener una permanente inmediata capacidad de respuesta. Ello requiere adiestramiento continuo, personal cualificado y una mentalidad y capacidades muy especiales. Esto es fácil decirlo, pero conlleva planificación y trabajo diario para mantener a nuestro personal motivado, preparado y alistado para intervenir allí donde se requiera en un corto espacio de tiempo. Una tarea en la que todos los escalones del liderazgo juegan un papel fundamental. Por otro lado, estamos inmersos en un ilusionante proceso de mejora y renovación de nuestro material y equipo que conlleva un buen número de acciones en el corto, medio y largo plazo y que no está exento de incertidumbre y dificultades. Creo sinceramente que lo vamos a llevar adelante y que en el futuro nuestra Infantería de Marina continuará siendo un referente de eficacia y eficiencia como lo ha sido hasta ahora.

–¿Puede contarnos qué es el proyecto de la Fuerza de Infantería de Marina 2040 y en qué estado se encuentra?

–Fue un muy buen trabajo que ha permitido definir muchas actuaciones que eran necesarias para que la Fuerza de Infantería de Marina sea capaz de responder a los retos futuros. Este estudio permitió identificar áreas de mejora y sin duda sirvió para dar unidad y coherencia a muchas de las necesidades de la Fuerza dentro de un único documento, lo que ha facilitado el lanzamiento de nuevos programas imprescindibles para nosotros.

Lo cierto es que el actual conflicto en Ucrania ha venido a confirmar que muchas de las capacidades que queríamos desarrollar eran absolutamente necesarias. También ha servido para poner de manifiesto la importancia de seguir evolucionando y no contentarnos simplemente con mantener lo que tenemos.

Creo que el proyecto 2040 ha supuesto un avance muy significativo para articular las necesidades de modernización de la fuerza y generar el interés por solucionarlas, no obstante, este es un proceso que continúa y que puede implicar la revisión de supuestos de partida e incorporar nuevas ideas y soluciones a medida que evoluciona el entorno.

–Cinco años desde que desplegó en Mali el primer contingente de infantes de Marina en la misión de la Unión Europea para el adiestramiento a las Fuerzas Armadas de ese país, ¿qué balance hacen?

–Considero que el balance es positivo pues es una oportunidad de contribuir a la estabilidad y seguridad de un área conflictiva que afecta a los países mediterráneos como España. La Infantería de Marina aporta un contingente que viene desarrollando sus cometidos de forma muy eficaz y profesional, como se ha demostrado cuando han tenido que intervenir en el cumplimiento de su misión. Otro aspecto positivo es que nuestros infantes de Marina traen a su regreso una valiosa experiencia para su desempeño futuro.

–Se ha hablado del fin de esta misión.

–Es difícil anticipar qué es lo que sucederá; todo va a depender de las decisiones que se tomen a nivel político. Se está reduciendo el contingente (el actual es de 80 infantes de Marina y en los anteriores superaba el centenar) pero aun así, en el corto plazo seguimos manteniendo nuestra participación en la misión, aportando un contingente del Tercio de Armada y personal destacado en unidades de apoyo logístico y en Cuarteles Generales.

–El adiestramiento es fundamental, pero ya hemos visto con la pandemia o la invasión rusa de Ucrania que suceden cosas imprevisibles. ¿Cómo se preparan los militares para esto?

–Es importante estar preparado para cualquier eventualidad. Está claro que el adiestramiento es un sistema que no reproduce todos los posibles escenarios. Nos entrenamos para situaciones que no son las habituales en el día a día de una sociedad: una crisis, un conflicto armado… Aun así puede haber sorpresas, bien por la forma en la que suceden las cosas, bien por el momento o por los medios empleados. Ahí entra en juego la capacidad de analizar las situaciones, adaptarse y generar una respuesta. Ello tiene mucho que ver con las operaciones militares.

–En la reciente visita de Su Majestad el Rey al Tercio de Armada y Tercio del Sur le mostraron los vehículos con mortero incorporado Eimos. ¿Qué capacidades aporta?

–El sistema de mortero Dual-EIMOS, montado sobre vehículos de alta movilidad táctica (VAMTAC), proporciona rapidez de respuesta, mejor precisión y una mayor supervivencia de las secciones de morteros de los batallones de desembarco, lo que redunda en una mayor eficacia del apoyo de fuegos a las unidades de maniobra. Ello se sustenta en un sistema de transmisión de datos y puntería automatizados que proporciona al mortero la capacidad de generar un gran volumen de fuego en un tiempo reducido, así como la capacidad de poder abandonar la posición de tiro antes de su localización por el enemigo. De ese modo se favorece enormemente la seguridad del personal y el material. El sistema continúa en proceso de adquisición y su empleo por parte de las unidades aún está en su fase inicial.

–Y por delante la adquisición de 34 vehículos de combate anfibio y una docena de 8x8. ¿Se pretende renovar la veterana flota de la que dispone la Infantería de Marina?

–La renovación de los medios anfibios es sin duda el programa más importante de todos los que hemos iniciado. Estos medios son esenciales para materializar la maniobra anfibia y proyectar la fuerza sobre sus objetivos de acuerdo a criterios operativos actuales y de forma protegida. En estos momentos el programa está iniciado y se encuentra en su fase documental. La buena noticia es que existen en el mercado sistemas como el vehículo de combate anfibio (ACV) que ofrece alternativas de obtención. Personalmente, confío en que la sustitución de nuestros actuales vehículos anfibios por medios más modernos será una realidad y ello va a suponer un salto de calidad a nuestra capacidad anfibia.

–Bajo su mando están 5.000 hombres y mujeres. Son la Infantería de Marina más antigua del mundo. ¿Qué les diría?

–Que confíen en el futuro, que es optimista, que para seguir mejorando necesitamos la ayuda y el empuje de todos y cada uno de ellos, que la mejor manera de hacerlo es que cada uno de nosotros dé lo mejor de sí mismo en su puesto, con compromiso y lealtad. Ellos han demostrado en muchas ocasiones su capacidad, profesionalidad y su amor al servicio y a la Infantería de Marina. Estoy plenamente confiado de que vamos a seguir siendo una fuerza de élite dentro de las Fuerzas Armadas.

–Una Infantería de Marina que tiene su principal fuerza aquí, en San Fernando. ¿Cómo definiría la vinculación de este cuerpo con la Bahía de Cádiz?

–Es una larga relación, que existe desde el siglo XVIII, la vinculación de la Armada y en particular la de la Infantería de Marina con las poblaciones de la Bahía de Cádiz. Pueden imaginarse los lazos afectivos y familiares que se han forjado a lo largo de todos estos años y el cariño y afecto que despierta la Infantería de Marina en la Bahía. ¿Quién no tiene o ha tenido un familiar o conocido sirviendo en el cuerpo? Estas relaciones trascienden más allá de lo familiar y tienen su reflejo en lo institucional; realmente la tradición de excelente colaboración con las administraciones locales da testimonio de un respeto y afecto que considero fundamental para el mejor servicio a la sociedad a la que servimos.

–¿Qué objetivos tiene a corto plazo la Infantería de Marina y usted como su máximo mando?

–Mis objetivos son mantener nuestro espíritu de cuerpo, que nos lleva de forma permanente a buscar la excelencia en lo que hacemos; transmitir confianza a todos los infantes de marina, el futuro es prometedor y las perspectivas son buenas; impulsar los programas de modernización de la fuerza y luchar para mantener la calidad de nuestro personal, que es para mí la clave de todo lo anterior.

Más de 500 infantes desplegados para la política de disuasión de la OTAN

El 16 de enero comenzó el despliegue en el Mediterráneo de un Grupo Anfibio Aeronaval, 'Dédalo-23'. Cinco buques, un submarino, aviones de combate, helicópteros y más de 1.500 militares en el Mediterráneo. De ellos, 517 son del Tercio de Armada (un Batallón Reforzado de Desembarco) y 11 forman un equipo operativo de seguridad marítima del Tercio de Sur. Una fuerza que está repartida por los diferentes buques. Serán más de dos meses de despliegue, «con la finalidad de incrementar su adiestramiento y mostrar el firme compromiso de España con la Política de Disuasión y Defensa de la Alianza en el contexto de la Guerra de Ucrania». Se realizarán «demostraciones de capacidades de 'strike aéreo', precisión a larga distancia y asalto anfibio, además de actividades de vigilancia reforzada de la OTAN, en coordinación con la Alianza y Marinas de países aliados presentes en la región. Como pueden imaginar, ello supone una excelente oportunidad de adiestramiento en un ambiente anfibio y multinacional».

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