'Dédalo-23': Un intenso mes y medio en el Mediterráneo para mostrar la fuerza naval española

Verónica Sánchez

Cádiz

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09/10/2023 a las 07:36h.

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Una muy apretada agenda, dividida en cuatro fases, con el objetivo de mostrar, tanto a los países de la OTAN como de la Unión Europea, que, en palabras de la ministra de Defensa en funciones, Margarita Robles, «ahora que todo el mundo sabe que nuestra seguridad es vulnerable», España «es un punto de referencia» que cuenta con «una Armada preparada». Esa es la misión del Grupo de Combate Expedicionario 'Dédalo-23', que ya demostró en su anterior despliegue en el Mediterráneo a principios de este año que sus capacidades van mucho más allá, prestando asistencia humanitaria a los afectados del terremoto que asoló la frontera de Turquía con Siria el pasado mes de febrero. Desde desescombro hasta rescate de víctimas y supervivientes, pasando por repartir comida y agua y montar un campamento para damnificados. Todo con sello español y gaditano. El de los más de 1.000 hombres y mujeres de unidades de Cádiz que conforman este Grupo.

Al frente, como en la anterior ocasión, el contralmirante Gonzalo Villar. «Para un oficial de la Armada no puede haber mayor satisfacción que ejercer el mando en la mar», declara a este periódico. «En mi caso, tengo la inmensa suerte de tener a mis órdenes a una fuerza naval capaz de desplegarse en cualquier lugar del Mediterráneo durante el tiempo que sea necesario para llevar a cabo operaciones de todo tipo, desde las de la máxima complejidad militar a las de la ayuda humanitaria. Así que mi satisfacción es inmensa», contesta cuando le preguntamos qué supone para él volver a mandar 'Dédalo-23'.

Este Grupo de Combate Expedicionario, que zarpó de la Base Naval de Rota el pasado 27 de septiembre, está formado por buques anfibios y de escolta, aviones 'Harrier' y helicópteros de la Flotilla de Aeronaves de la Armada, así como infantes de Marina. En concreto, el núcleo de este despliegue lo componen el portaaviones 'Juan Carlos I' y los buques anfibios 'Galicia' y 'Castilla', que llevan embarcados aviones 'Harrier', helicópteros SH60F y AB212 y drones 'Scan Eagle', así como 588 infantes de Marina del Primer Batallón de Desembarco del Tercio de Armada, con sus respectivos vehículos, artillería y embarcaciones de asalto anfibio.

Todos ellos van a realizar hasta mediados de noviembre, en palabras de su comandante, «una gran variedad de actividades por el Mediterráneo a lo largo de seis semanas para demostrar el compromiso de España con la seguridad europea y con nuestras responsabilidades en materia de Defensa como aliado de la OTAN y como miembro de la Unión Europea». «Paralelamente», explica, «nos integraremos en los sistemas de seguridad marítima español y de la OTAN para contribuir a que el Mediterráneo sea cada vez un entorno más seguro».

El despliegue se ha dividido en cuatro fases. Actualmente se encuentra realizando la primera, en la que lleva a cabo operaciones anfibias con la Marina de guerra estadounidense. El escenario es el Campo de Adiestramiento de la Sierra del Retín y las aguas adyacentes. «Se trata de profundizar en la compenetración tanto entre nuestros buques anfibios y Estados Mayores, como entre los infantes de Marina y los marines», detalla el contralmirante Villar. «Para ello, se han integrado en 'Dédalo-23' el buque anfibio norteamericano 'USS Mesa Verde' y su batallón de marines. La principal actividad ha sido un desembarco en el Retín para neutralizar dos objetivos de manera coordinada. Posteriormente, ambas fuerzas de infantería de Marina han continuado desarrollando un calendario de ejercicios durante una semana para asegurarse de que la interoperabilidad entre ambas es adecuada a todos los niveles. Mientras tanto, los buques han hecho lo propio en la mar».

El buque 'Galicia' y los 'Scan Eagle' de la Undécima Escuadrilla de la Armada sólo participan en esta fase, en las siguientes y hasta el final del despliegue será sustituido por el portaaviones 'Juan Carlos I'.

Pasada esta fase llegará el turno del ejercicio 'Milex-23' de la Unión Europea. Por primera vez, la Unión Europea probará su nueva capacidad militar de acción rápida y lo hará del 16 al 22 de octubre. «Las aguas de Cádiz van a ser un punto de referencia esencial y fundamental para la historia de la UE», aseguraba al respecto la ministra de Defensa en funciones. Tanto es así que el Alto Representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad y vicepresidente de la Comisión Europea, Josep Borrell, visitará la Base Naval de Rota el próximo 17 de octubre, donde presenciará una demostración del ejercicio. Habrá una exhibición de fuerzas aéreas, navales y terrestres, estará acompañado por el Presidente del Comité Militar de la Unión Europea, general Robert Brieger y por el Jefe de Estado Mayor de la Defensa (JEMAD) español, almirante general Teodoro E. López Calderón.

Este ejercicio, subraya el contralmirante Villar, «es un hito muy importante para la puesta en marcha de la Capacidad de Respuesta Rápida de la Unión Europea, acordada el pasado año por los 27 estados miembros en la Brújula Estratégica». El Grupo de Combate Expedicionario 'Dédalo-23' con el Primer Batallón de Desembarco del Tercio de Armada es el «núcleo principal» en torno al que la Unión Europea desplegará por primera vez una fuerza militar para poner a prueba su Capacidad de Respuesta Rápida. «A nuestras unidades se van a sumar buques, aviones, helicópteros y fuerzas terrestres y de infantería de Marina de otros 15 países, hasta alcanzar una entidad de 3.000 efectivos», cuenta el comandante.

El supuesto del ejercicio es que un país no europeo, incapaz de garantizar su seguridad por la presión terrorista que sufre, pide ayuda a la Unión Europea. «Nuestra misión es desplegarnos lo más rápido posible para apoyar a sus fuerzas armadas y policiales y para establecer un entorno de seguridad apropiado que permita un posterior despliegue de una fuerza de estabilización de Naciones Unidas y una misión civil de la Unión Europea», explica el jefe de 'Dédalo-23'. Al tiempo que puntualiza que ahora mismo están terminando la fase de planeamiento de la misión, en coordinación con el Estado Mayor de la Unión Europea en Bruselas. Para lo que cuenta en su Estado Mayor con un refuerzo de 36 militares y civiles de 11 países diferentes.

Terminada esta segunda fase, durante la tercera el Grupo de Combate Expedicionario español participará en las actividades de vigilancia reforzada de la OTAN 'Neptune Strike'. Una «demostración de compromiso con la defensa de los aliados del flanco este, reforzando los dispositivos aéreos allí desplegados con la aviación embarcada en los portaaviones, entre ellos los 'Harrier' del 'Juan Carlos I'».

Los caza de la Armada española volarán a diario en misiones sobre los países del flanco este de la Alianza Atlántica, junto con aviones de otros portaaviones aliados, como el estadounidense 'Eisenhower', el italiano 'Cavour' y el británico 'Queen Elizabeth'. Asimismo, 'Dédalo-23' llevará a cabo operaciones anfibias que «servirán para mostrar la cohesión y la solidaridad de la OTAN y el compromiso de España con la Alianza», afirma el contralmirante Gonzalo Villar, que es también comandante del Grupo Anfibio y de Proyección de la Flota.

Por último, el Grupo de Combate Expedicionario 'Dédalo-23' tomará parte en el ejercicio 'Dynamic Mariner/Mare Aperto'. El mayor ejercicio anual de la OTAN para medir la capacidad de la Alianza de llevar a cabo desembarcos anfibios. El escenario será la isla de Cerdeña, donde los infantes de Marina desembarcarán junto con otros muchos compañeros de otros países. «Se espera una gran participación de buques, aeronaves y fuerzas de Infantería de Marina de toda la Alianza», detalla el contralmirante Villar.

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Y de Cerdeña a la Base Naval de Rota. Será mediados de noviembre y habrá terminado el despliegue. Pero hasta ese día quedan muchos vuelos y desembarcos que hacer y millas náuticas que recorrer. Por la proa, varias singladuras en la que mostrar y demostrar. «El Grupo debe mantenerse en todo momento listo para realizar operaciones, así que la mayor parte de nuestro esfuerzo se centra en mantener el nivel de adiestramiento de todo el personal y en asegurar que nuestros sistemas están a punto. Para ello, realizamos un sinfín de ejercicios de todo tipo a diario», explica el contralmirante cuando le preguntamos cómo es un día a bordo. «Paralelamente, estamos permanentemente integrados en las redes de intercambio de datos de las agrupaciones navales de nuestros aliados y de la OTAN, de sus fuerzas aéreas y, por supuesto, nacionales. Esto nos permite un conocimiento instantáneo de la situación en cada momento, que nos facilita tanto nuestra preparación como nuestra contribución a ese entorno de seguridad en el Mediterráneo».