Fuerzas Armadas

Contralmirante Gonzalo Villar: «Haber mandado el Grupo Expedicionario 'Dédalo-23' ha sido un privilegio»

Este marino ha estado al mando del despliegue anfibio que realizó labores de rescate y ayuda humanitaria tras el terremoto de Turquía

El contralmirante Gonzalo Villar, comandante del Grupo 'Dédalo-23'. Armada
Verónica Sánchez

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Con las primeras luces del alba del pasado martes 28 de marzo, la silueta del portaeronaves 'Juan Carlos I' volvía a verse en el muelle de la Base Naval de Rota. Sobre su cubierta, centenares de militares que regresaban con la misión cumplida. Con la que salieron de Cádiz el pasado 16 de enero y la sobrevenida, la que tuvieron que desempeñar tras el terremoto de Turquía el 6 de febrero. Porque el Grupo Anfibio Expedicionario 'Dédalo-23', sin quererlo y sin saberlo, ha hecho historia.

Las unidades integrantes del 'Dédalo-23' se hicieron a la mar el 16 de enero para contribuir a la seguridad marítima en el Mediterráneo y a la Disuasión y Defensa de la OTAN, además de preparar su calificación y certificación para su incorporación en la 'NATO Readinees Initiative' (NRI) en 2024 y fortalecer la imagen de las Fuerzas Armadas en el contexto internacional. Iban a pasar más de dos meses en los que realizarían actividades frente a las costas de Italia, Francia y Egipto, interactuando con otras agrupaciones y unidades de la OTAN.

Pero el 6 de febrero, tras el terremoto que tuvo lugar en la frontera entre Siria y Turquía, recibieron la orden de ir a ayudar. Dos días después llegaban al país turco, donde estuvieron hasta el 15 de febrero. Allí realizaron labores de búsqueda y desescombro, rescatando a dos personas, descargaron y repartieron ayuda humanitaria, montaron campamentos para damnificados y escoltaron convoyes de ayuda humanitaria. Al frente de estos más de 1.500 militares españoles, ha estado el contralmirante Gonzalo Villar.

El contralmirante, en el centro y primer plano, a la llegada a Rota. Armada

–¿Qué ha supuesto para este Grupo Anfibio Expedicionario la participación en la misión de ayuda humanitaria tras el terremoto de Turquía?

–La operación de ayuda humanitaria en Turquía se ha convertido en el principal hito del despliegue. Sin duda, tener la oportunidad de ayudar a los demás en una situación tan dura como la que nos encontramos al llegar a Alejandreta, contribuyendo además a salvar dos vidas, es algo que nunca olvidaremos.

–¿Ha hablado con el personal que estuvo desescombrando?

–Aunque el teniente coronel Ferreira, comandante del Batallón, me mantenía perfectamente informado, dediqué una parte importante del tiempo que pasé en tierra a hablar con todo el personal que pude para conocer de primera mano cómo se encontraban. Sin excepción, aunque el trabajo fue muy duro, todos estaban encantados de poder ayudar y deseando volver al trabajo.

–¿Cómo se encuentran tras su labor en esa tragedia, ya que usted comentó a la Ministra de Defensa que estaban «emocionalmente tocados»?

–Es cierto que aquellos momentos fueron muy duros para ellos, no solo por el cansancio de la gran actividad desplegada, sino también por tener que convivir durante largas horas con el dolor de las familias que estaban esperando junto a ellos sin saber si recuperarían a sus seres queridos de entre los escombros. Ayudaron mucho a sobrellevar esa dureza las continuas muestras de cariño recibidas, tanto de parte de la población turca mientras estuvimos allí, como de toda España a través de la repercusión tan grande que el trabajo realizado tuvo en los medios de comunicación y las redes sociales. A los pocos días retomamos la actividad operativa sin ningún tipo de contratiempo y así hemos seguido hasta finalizar el despliegue.

–Además, 'Dédalo-23' ha realizado las acciones de contribución a la seguridad marítima en el Mediterráneo y disuasión en el ámbito de la OTAN y ha llevado a cabo ejercicios con otros países. ¿Puede contarnos algo más al respecto?

–Efectivamente, esas eran las finalidades principales del despliegue. Destacaría nuestra incorporación, bajo mando OTAN, a las actividades de vigilancia reforzada en el flanco Este. Durante ocho días, junto con el portaaviones norteamericano 'George H.W. Bush' y el italiano 'Cavour', nuestros Harrier estuvieron realizando misiones en los espacios aéreos de Rumanía, Eslovaquia, Hungría, Croacia, Macedonia del Norte, Grecia e Italia, y nuestros infantes de marina realizaron diversos desembarcos en Albania. De esta manera, pudimos demostrar nuestra capacidad y el compromiso de España con la seguridad de nuestros aliados.

–¿Cómo 'cambiaron el chip' de la labor inicial a la ayuda humanitaria en el terremoto y después al revés?

–La agilidad es una parte muy importante del ADN de las fuerzas navales. Nada más conocer la noticia nos pusimos a trabajar para estar listos para prestar ayuda lo antes posible. Sabíamos que en situaciones así, el tiempo es el factor más importante y conseguimos comenzar a trabajar en Alejandreta en las primeras 48 horas desde el terremoto. Igualmente, cuando recibimos la orden de replegarnos, comenzamos a planear la actividad con la OTAN que he comentado antes y, tan solo cinco días después, teníamos Harrier realizando misiones en Rumanía, a 20 kilómetros de la frontera de Ucrania, e infantes de Marina liderando un golpe de mano anfibio en Albania.

–¿Qué ha significado este despliegue para usted?

–Haber mandado el Grupo Expedicionario 'Dédalo-23' ha sido un privilegio, una suerte haber podido formar parte de esa gran familia que ha trabajado sin descanso durante dos meses y medio para demostrar la capacidad y el compromiso de España con la seguridad y la estabilidad en Europa.

–¿Qué tal les han recibido en Valencia, en la escala previa a Rota durante el pasado fin de semana?

–El pueblo valenciano nos ha recibido con un gran cariño, como siempre que va a esa ciudad un buque de la Armada. En esta ocasión, pese a que apenas estuvimos abiertos al público 10 horas, recibimos 4.000 visitas.

–Ahora que ya están en casa, ¿qué le diría a los 1.550 militares que han compuesto el Grupo Anfibio Expedicionario 'Dédalo-23'?

–Que ha sido un orgullo mandar el Grupo 'Dédalo-23' y que nunca olvidaré las lecciones de humanidad, generosidad y profesionalidad que me han dado.

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