SUCESO EN CHICLANA
Tensa calma y miedo en el Pinar de los Franceses: «No hemos escuchado nada»
Los vecinos de este paraje de Chiclana donde un hombre ha sido asesinado a tiros mantienen un silencio prudente, mientras la vida cotidiana continúa
Investigan un asesinato por arma de fuego vinculado al narcotráfico en Chiclana
Vecinos de la zona del Pinar de los Franceses.
En el Pinar de los Franceses, una de las zonas residenciales aparentemente más tranquilas de Chiclana, las calles parecen ajenas a lo ocurrido. Apenas han pasado unas horas desde que, de madrugada, un hombre de 33 años fuera asesinado a tiros en su casa del Camino de la Perdiz, en lo que los investigadores vinculan a un posible ajuste de cuentas relacionado con el narcotráfico. Sin embargo, en la urbanización reina una calma extraña, casi forzada.
Los vecinos pasean a sus perros, algunos aprovechan para regar los jardines y otros charlan a la sombra de una cancela. Nada, a simple vista, hace pensar que la noche anterior la violencia irrumpió de forma tan brutal en la rutina del barrio.
«Yo me he despertado a las diez de la mañana y de no haber leído la noticia, no me habría enterado. Como si no hubiese pasado nada, vamos», relata una de las vecinas muy cercana al lugar de los hechos. «Esta zona es muy tranquila, nosotros solo conocemos a los de nuestra derecha y poco más. No es una urbanización muy vecinal que digamos«, interrumpe el marido.
«No hemos escuchado nada», insiste una mujer que sale del garaje con las llaves del coche en la mano. Habla en voz baja y no quiere dar su nombre. Al igual que ella, otros residentes eluden profundizar. «No sabemos nada sobre esta familia», repite un hombre que prefiere no entrar en detalles antes de despedirse con un gesto rápido.
Silencio y cautela
El hermetismo es casi absoluto. Las pocas palabras que se consiguen arrancar a los vecinos transmiten la misma mezcla de miedo y prudencia. Nadie quiere verse relacionado con un caso que, según la Guardia Civil, sigue bajo investigación y con el secreto de sumario decretado.
«Si es verdad que tiene que ver con el narcotráfico, no nos extraña nada. Chiclana está siendo escenario de mucho petaqueo y creemos que aquí no pasa nada… hasta que pasa», comenta otra residente mientras cierra la puerta de casa. Reconoce que la presencia de agentes por la mañana fue lo único que rompió la normalidad. «Cuando vi coches de la Guardia Civil me imaginé que algo grave había ocurrido, pero no sabíamos qué».
Rutina con normalidad y miedo soterrado
A pesar del crimen, el día avanza como cualquier otro viernes de agosto. Algún que otro chapuzón de lejos se escucha. Los coches pasan por las estrechas calles. Algún que otro turista pasean en bicicleta sin saber muy bien qué ocurre. Desde fuera, nada hace pensar que a escasos metros una familia vivió horas de pánico durante la madrugada.
El Pinar de los Franceses es un conjunto de calles tranquilas, con casas bajas y parcelas ajardinadas. Un lugar donde, según quienes viven aquí, lo más habitual es el silencio roto por los pájaros o el ruido de alguna obra. Quizá por eso, la irrupción de la violencia ha caído como un jarro de agua fría, dejando un poso de inquietud que pocos se atreven a verbalizar.
No todos callan por desconocimiento. Algunos saben más de lo que dicen, pero optan por no compartirlo. «Por aquí mejor no meterse», comenta un joven que, a paso rápido, evita detenerse ante los medios de comunicación. La sombra del narcotráfico, reconocen algunos de manera velada, ya ha rozado otras veces este rincón de Chiclana. Es más, algunas fuentes apuntan que a esta zona han ido llegando algunos clanes dedicados al oscuro mundo de tráfico de drogas y el petaqueo de combustible para narcolanchas.
Por ahora, la investigación sigue abierta y no se han practicado detenciones. Mientras tanto, el Pinar de los Franceses aparenta la misma calma que siempre, aunque bajo esa superficie tranquila late un miedo silencioso que mantiene a todos con la vista puesta en las puertas y las ventanas cerradas.
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