ARMADA ESPAÑOLA

De norte a sur: «Le debíamos este recibimiento en Cádiz»

La brigada Dorila Fernández ha sido recibida entre abrazos, vítores por sus amigos y familiares llegados de Campo de Criptana (Ciudad Real) y Madrid al bajarse del buque escuela de la Armada Española tras seis meses a bordo

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Así ha sido el recibimiento de la brigada Dorila. ANTONIO VÁZQUEZ
Esther Macías

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El sol propio de julio no ha brillado más que las sonrisas de quienes esperaban desde primera hora en el muelle. Pancartas hechas a mano, ramos de flores, ojos empañados. Entre los más esperados estaba Dorila Fernández, la brigada que este lunes ha puesto pie en tierra firme tras completar su Crucero de Instrucción a bordo del buque escuela de la Armada Española, el Juan Sebastián de Elcano.

Lo que Dorila no imaginaba era lo que le esperaba al bajar del barco: una verdadera fiesta de bienvenida organizada por sus amigos y familiares, que llegaron desde Campo de Criptana (Ciudad Real) y Madrid solo para abrazarla. Todos y cada uno de ellos llevaban puesta una camiseta con la cara de ella. Entre los vítores y abrazos, uno de sus amigos lo resumía con sencillez y cariño: «Le debíamos este recibimiento en Cádiz. Ha sido muy valiente y se merece este momento».

Dorila, visiblemente emocionada, no pudo contener las lágrimas al ver a los suyos ondeando una bandera con su nombre y coreando su llegada. «Ha sido increíble. No me lo esperaba. Ha sido un crucero exigente, pero precioso. Llegar a casa así, con este recibimiento, no se me va a olvidar nunca», ha confesado con la emoción aún a flor de piel.

«Hemos aprendido muchísimo»

Durante los últimos seis meses, ha navegado más de 20.000 millas náuticas junto a sus compañeros de promoción en un recorrido que les ha llevado por puertos de América del Sur y el Caribe. A bordo ha vivido jornadas de formación intensas, guardias, temporales, y también momentos únicos: «Hemos aprendido muchísimo». En cuanto a la presencia de la princesa Leonor, Dorila ha insistido en que «ha sido una más. Se ha vivido con toda la normalidad del mundo».

El recibimiento de Dorila no ha pasado desapercibido entre el resto de familias y dotación. Su grupo, formado por amigos y familiares, convirtió su llegada en un pequeño acontecimiento. «Ha sido una sorpresa organizada con mucho amor. Dorila es muy querida», explicaba una de sus amigas de la infancia, mientras la abrazaba entre risas.

Mientras se sacaban fotos con el fondo del histórico bergantín-goleta, el 'Elcano', Dorila ya pensaba en su próximo destino, pero también en disfrutar del presente: «Ahora toca estar en casa, descansar, y recargar fuerzas. Pero me llevo una experiencia inolvidable».

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