Cádiz

La madre de los hermanos de la reyerta en La Laguna, en Cádiz, mató a su marido en los años 70

La mujer se entregó a la Policía y cumplió condena hasta 1984; el padre de los dos hermanos logró enjugar un importante patrimonio inmobiliario, posible causa de la pelea mortal

El dinero de unas rentas, posible detonante de la pelea entre hermanos que ha acabado en tragedia en un garaje de Cádiz

M. A. / J. M. A.

Cádiz

Este pasado lunes se produjo una reyerta mortal en el tranquilo barrio de la Laguna de Cádiz. La disputa entre dos hermanos, presumiblemente por asuntos relacionados con la herencia familiar, acabó con uno de ellos (Antonio T. G.) muerto por un golpe en la cabeza con una barra de hierro y el otro (Juan Jorge T. G.) ingresado en el hospital con tres disparos en su cuerpo.

Un auténtico drama el que sucedía a primera hora de la mañana, sobre las siete, en la confluencia entre las calles Pintor Godoy con Cayetano del Toro. Una tragedia que despertó de manera abrupta a estos vecinos que todavía señalaban con sorpresa y medio aturdidos los restos de sangre y hasta el orificio en un neumático por una bala perdida en esta lucha fratricida dentro de un garaje.

El detenido (61 años) como presunto autor de la muerte de su hermano se encuentra estable y en planta en el Puerta del Mar, recuperándose de las heridas por los disparos de bala. No se teme por su vida. Mientras, continúan las investigaciones para confirmar el origen del suceso y conocer los pormenores de esta batalla mortal.

La desgracia ya persigue a esta familia desde hace décadas. Su padre, propietario de un conocido supermercado y con un amplio patrimonio inmobiliario (presumiblemente, la causa de la pelea), fallecía en los años 70 también de manera truculenta, víctima de un crimen pasional. Su mujer lo mataba y justo después se entregaba a la Policía, por lo que cumplió condena hasta el año 84.

Este hombre, con 14 años, se mudó a Cádiz desde un pueblecito de Málaga y empezó a trabajar como chicuco en un negocio que posteriormente heredó y que se acabó convirtiendo en una tienda de ultramarinos.

La pequeña fortuna convertida en patrimonio inmobiliario pasaba a la siguiente generación y ha sido causa de disputas entre hermanos, ya que alguno ha tenido problemas a la hora de ejecutar los cobros de diferentes arrendamientos. Las primeras investigaciones apuntaban a que los dos protagonistas de la pelea se citaron en uno de estos garajes para intentar solucionar el conflicto pero el encuentro terminó con un fatal desenlace.

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