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Muerte en un garaje de La Laguna, en Cádiz: «Escuché varios disparos pero no me podía imaginar algo así»

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Vecinos de la calle Pintor Godoy donde un hombre ha muerto supuestamente a manos de su propio hermano han amanecido este Lunes de Pascua entre la incredulidad y la expectación

Un hombre detenido acusado de matar a su hermano en un garaje de La Laguna en Cádiz

Una vecina observa a los agentes de la Científica en el lugar de los hechos. Antonio vázquez

M. Almagro

Cádiz

Los vecinos de la calle Pintor Godoy han amanecido este Lunes de Pascua de una manera que no se esperaban en absoluto. Con un posible crimen a las puertas de su casa. El que ha acabado de manera brutal con la vida de un hombre de 63 años, Antonio T. G., a manos presuntamente de su propio hermano, Juan Jorge T. G, de 69. Ambos, muy conocidos en el barrio por regentar varios locales comerciales y garajes como fruto de una herencia familiar. Un legado que recibieron de su padre que era dueño de supermercados y también bastante popular en La Laguna.

El suceso se vivía por tanto entre la conmoción y la sorpresa. Agentes de la Policía Nacional acudían de inmediato al lugar y acordonaban la zona después de recibir el aviso de una de estas vecinas que sobre las siete de la mañana veía a uno de los hermanos llorando en la calle y diciendo que le habían disparado. Minutos después se encontraba en el garaje anexo el cadáver de su hermano, muerto por un golpe en la cabeza con una barra de hierro, según confirmaban fuentes policiales.

«Sí, yo he escuchado varios disparos. Me han despertado pero jamás me podía imaginar que era por algo así», comentaba a LA VOZ un vecino que vive justamente enfrente del garaje donde han sucedido los hechos. «Los conocía. Son dos hermanos, sí... la familia es la propietaria, sí», seguía relatando.

«No se llevaban bien... estaban teniendo problemas entre los hermanos por una herencia... pero acabar así, es muy fuerte. No sé qué les ha podido ocurrir para terminar de esa manera», afirmaba otra vecina.

Y mientras... vecinos y peatones que pasaban por la entrada del garaje que tiene acceso además por la transitada avenida Cayetano del Toro se paraban y no dejaban de preguntar qué había ocurrido al ver la escena: la zona acordonada, las patrullas y los agentes de la Científica, UDEV, Seguridad Ciudadana, forenses o la jueza que acudía al levantamiento del cadáver que se trasladaba al anatómico sobre las once.

Una estampa que se daba así, «de repente», este Lunes de Pascua y que no es para nada habitual en este tranquilo barrio de la capital gaditana.

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