Patrimonio Cádiz

El hierro que guarda la ciudad: Cádiz repone sus guardacantones históricos

El Ayuntamiento inicia la reposición de estos elementos que antiguamente servían para proteger las fachadas

La vulnerabilidad de los guardacantones gaditanos

Ana Mendoza

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En las calles estrechas del centro histórico de Cádiz, las esquinas hablan. Y lo hacen a través de los guardacantones, esas piezas de hierro fundido procedentes de antiguos cañones reciclados y que durante años protegieron las imponentes fachadas de las fincas de Cádiz del roce de carruajes y carros de carga.

La Delegación de Cultura del Ayuntamiento de Cádiz, en colaboración con la de Mantenimiento Urbano, ha iniciado la reposición de varios de estos guardacantones en distintas calles del casco antiguo. Muchos de ellos fueron retirados en los últimos años debido a su deterioro, y ahora vuelven a ocupar su lugar tras un proceso de restauración que recupera su volumen, su pátina y, en ocasiones, su inesperada belleza. Las piezas, elaboradas entre los siglos XVIII y principios del XX, son testimonio de una industria local que dominó la fundición en hierro con un marcado sentido decorativo.

La actuación forma parte de la Campaña de Conservación de Guardacantones iniciada el 8 de septiembre, desarrollada con el asesoramiento del historiador Antonio Ramos Gil, autor del estudio de referencia Guardacantones de Cádiz: cañones y esquinales, en el que contabiliza 150 piezas en la ciudad.

Desde las 10.00 horas de este lunes han comenzado a reponerse algunas de las piezas más singulares. En la calle Sagasta, esquina con Benjumeda, vuelve a su emplazamiento un esquinal de 1899, obra de la Fundición de A. Gaviño, con cuerpo ornamentado mediante volutas y relieves que recuerdan a un pequeño retablo urbano.

Imagen principal - El hierro que guarda la ciudad: Cádiz repone sus guardacantones históricos
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ANTONIO VÁZQUEZ

A este le ha seguido la colocación del guardacantón de la calle Sacramento con Alcalá Galiano, una pieza de dos cuerpos que destaca por las incisiones de su tramo superior. Por último, se ha reinstalado el esquinal de la calle Carmen Coronada con Vea Murguía, más sobrio, rematado por una cornisa curvilínea que suaviza la silueta de la esquina.

Cada uno responde a una idea de ciudad: la de la artesanía aplicada a lo cotidiano. Eran elementos prácticos, colocados para evitar destrozos en los edificios, pero terminaron convirtiéndose en una forma de ornamento urbano que sobrevivió al paso de los siglos.

Según el Ayuntamiento, la campaña concluirá este mes. Actualmente se trabaja en los guardacantones de los barrios de El Pópulo y Santa María. Aproximadamente un 80% del plan ya está ejecutado, quedando por intervenir todavía las piezas situadas en torno a la calle San Miguel, la plaza del Palillero y las calles interiores de ambos barrios históricos. Cádiz, que cuenta su historia trimilenaria a través de murallas, plazas y torres miradores, la guarda también en sus esquinas. Y ahora, vuelve a hacerlas visibles.

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