Un grito de auxilio contra el maltrato

Se definen como un grupo de mujeres víctimas de la violencia de género que, ante los obstáculos que les ha puesto la vida y las experiencias vividas, han decidido unir sus fuerzas para ofrecer ayuda «a todas las víctimas de la violencia machista que acuden a nuestra asociación y que necesitan un apoyo, un acompañamiento, un abrazo o cualquier tipo de ayuda», relata su presidenta, Rosa Núñez.

Bajo el nombre Las Desamparadas quieren que se les escuche en todas las instituciones, ya sea en los ayuntamientos, en la Diputación o en el Parlamento de Andalucía, objetivo por el que están luchando para transmitir la problemática que tiene este colectivo que se encuentra en muchos momentos «desamparado».

Aseguran que «solo quien ha sentido ese maltrato, ya sea físico o psicológico, es capaz de entender el desamparo que sentimos en muchos momentos», señala Núñez. Ella misma ha sido víctima de violencia de género, tiene dos hijos y perdió a un tercero que estaba esperando como consecuencia de una de las palizas de su agresor, que sigue en busca y captura. Estuvo 22 días hospitalizada y pasó por una depresión.

Poco a poco fue creciendo y decidió dedicarse a ayudar a mujeres que habían pasado por una situación similar a la suya creando la asociación. Actualmente, la junta directiva está formada por cinco mujeres que también han vivido una situación de maltrato. Y en total, hay 87 mujeres y 107 niños y niñas.

Piden a las diferentes administraciones que se implanten unas medidas más eficaces para las mujeres víctimas de violencia de género y sus agresores.

La representante de la asociación asegura que la típica pulsera de la orden de alejamiento y los dispositivos que ponen en los móviles no son eficaces «y ha habido muchas veces en los que han fallado. Por eso, necesitamos medidas realmente eficaces y que no se quede todo en un mero titular en los medios de comunicación o en los minutos de silencio».

Otra de sus reivindicaciones es que las administraciones «no nos silencien ya que se han vivido casos en los que no nos han dejado decir lo que teníamos que decir y le han dado voz a algún experto en violencia cuando somos nosotras las que hemos pasado estas situaciones y las que sabemos el horror que es. Nadie tiene que hablar por nosotras».

Por otra parte, insisten en que no cuentan con ningún apoyo económico por parte de las administraciones para las mujeres que se encuentran en una situaciones precaria o de riesgo. «No tenemos ninguna subvención y he visto a muchas mujeres que, después de sufrir palizas y de haberse ido de sus casas han tenido que vivir de nuevo con sus agresores porque no tenían ni un plato para comer ni un techo para sus hijos».

Añade que «no hay derecho a esto. ¿Eso es lo que están haciendo bien los políticos?».

Por eso, asegura la presidenta de la asociación «queremos ayudar constantemente, porque esto es algo actual, es algo que está pasando ahora mismo».

Como iniciativa propia y desde hace años, las integrantes de esta entidad gaditana piden permiso a distintos supermercados de la ciudad para ponerse en la puerta y pedir ayuda y alimentos para todas esas mujeres que vuelven con sus agresores «porque no tienen nada. Esto es nefasto, nos dejan sin nada y, en el peor de los casos, nos pueden hasta matar».

Para Rosa Núñez, además de ser fundamental el apoyo directo y constante a las víctimas, «necesitamos que aumenten las penas de prisión para los maltratadores. Normalmente lo que ocurre cuando hay una agresión es que los cogen, los meten en el calabozo, al día siguiente pasan a disposición judicial y suelen salir libres porque no les cae ni dos años de pena y no tienen antecedentes, por lo que, nuevamente, vienen a por nosotras porque las órdenes de alejamiento son un mero papel insignificante para ellos».

Quieren dejar de ver titulares y minutos de silencio y que se implanten «de una vez» medidas eficaces porque «nos siguen asesinando y esto tiene que parar ya».

Rosa Núñez señala que esta asociación está abierta para todas aquellas personas víctimas de violencia de género y en situación de riesgo de exclusión social. Pueden ponerse en contacto con ellas a través de su perfil de Instagram: @lasdesamparadas o en su sede situada en la calle Barbate de la capital.