LABORAL
Huelga de autobuses en Cádiz: A la espera de un acuerdo
Empresa y trabajadores se vuelven a reunir este martes
Tensión en la tercera reunión del transporte urbano de Cádiz, que acaba sin acuerdo y con la huelga en firme
Cádiz y San Fernando afrontan este martes la décimo tercera jornada consecutiva de huelga en el servicio de autobuses urbanos y en las conexiones interurbanas entre ambas ciudades . Las protestas, que llevan casi dos semanas afectando a miles de usuarios, se han intensificado tras el nuevo fracaso en la mesa de negociación entre la empresa y el comité de trabajadores.
La última reunión, celebrada este domingo, se prolongó durante más de ocho horas sin que las partes lograran acercar posiciones. Lejos de calmarse, el conflicto ha escalado. Buscando la resolución, el alcalde de Cádiz, Bruno García se ha reunido con representantes sindicales.
Durante la mañana del lunes, los trabajadores volvieron a manifestarse partiendo desde la plaza Asdrúbal. La marcha recorrió la principal arteria de la ciudad, provocando importantes interrupciones del tráfico. La Policía Local tuvo que desviar la circulación hacia vías alternativas, lo que generó atascos y tráfico lento durante varias horas.
También este lunes miembros del comité de empresa se reunían con el alcalde, Bruno García, quien ha hablado con la dirección de la empresa con vistas a que ambas partes se sienten a negociar de nuevo este martes.
Servicios mínimos limitados al 50%
El comité de empresa insiste en que el origen del conflicto no solo está en las condiciones laborales, sino también en la gestión del servicio: recuerdan que el contrato de concesión del transporte urbano está prorrogado desde hace años y que una de las salidas posibles podría ser la municipalización o el rescate del servicio por parte del Ayuntamiento.
Por su parte, la empresa Tranvía de Cádiz a San Fernando y Carraca S.A. asegura haber hecho «un esfuerzo muy importante» en sus propuestas, aunque mantiene que no retomará el diálogo mientras continúe la huelga indefinida, que comenzó el pasado 10 de julio.
Mientras tanto, los usuarios siguen sufriendo las consecuencias, con servicios mínimos limitados al 50 %, largas esperas en las paradas y un clima de creciente malestar ciudadano.
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