Cádiz salva el problema del Congreso de la Lengua en Perú pero pierde todas las opciones para celebrar el de 2025

Una noticia que ha tenido una gran acogida por parte de las diferentes administraciones, por la repercusión que tendrá para la ciudad, pero que ya ha generado ciertas hostilidades por parte de otra de las ciudades españolas candidatas, como era Salamanca, y que también le podría hacer perder apoyos de cara a una celebración más centrada en Cádiz, como es la que se estaba preparando de cara a dentro de tres años.

Una opción con nulas posibilidades de salir adelante, ya que tras la suspensión del Congreso de Arequipa (Perú) por la convulsión política que se vive en el país, los organizadores (Instituto Cervantes, Real Academia de la Lengua Española y Asociación de las Academias de la Lengua) ya han puesto sobre la mesa su intención de volver a cruzar el Atlántico para llevar allí la próxima cita que habitualmente se celebra cada tres años.

De hecho, ya hay una promesa en firme del Gobierno de España para que sea Arequipa quien albergue la décima edición del Congreso. Pero en caso de que finalmente no se pueda celebrar, con casi toda probabilidad, la cita no se moverá de Hispanoamérica.

Además, una vez que vuelva a España, ciudades como Salamanca, desplazadas por Cádiz en esta lucha por acoger el Congreso de Arequipa, van a reivindicar su organización, alegando que la capital gaditana ya ha sido sede del simposio en 2023.

El Congreso que se celebrará en la ciudad gaditana del 27 al 30 de marzo de 2023, heredará el programa que estaba previsto para la ciudad peruana. Aunque en las próximas semanas se introduzcan algunas ponencias y se incluya la participación de algún experto que desarrolle la importancia y las particularidades de ese habla de Cádiz que llegó a América y que se nutre de los intercambios que el comercio o la cultura han traído de vuelta a nuestro país, la realidad es que no se trata de un programa confeccionado para Cádiz.

Tampoco el tiempo corre a favor de la organización. Pese a que existe una unidad política en torno a este evento que dará renombre a la capital, son apenas tres los meses que quedan para recibir a los casi 300 académicos, escritores y profesionales que suelen acudir al simposio.

Es obvio que la manera en la que se ha producido este nombramiento va a quitar protagonismo a Cádiz como sede de un Congreso de la Lengua que no llevará su nombre, aunque no debe perderse de vista la repercusión mundial y el impacto económico que puede tener en la ciudad.

La planta hotelera de la ciudad, el sector de la hostelería y el comercio, además del incalculable valor de promoción que puede tener para la ciudad, son aspectos que, sin duda, han pesado para aceptar este nombramiento, que nunca sabremos si hubiera llegado por los cauces habituales.