Cádiz
Un artículo revela cuáles son las ventajas y desventajas de vivir en uno de los pueblos más bonitos de Cádiz
Hay pueblos que parecen hechos para visitarlos en vacaciones… y otros que te invitan a quedarte. Pero, antes de hacer las maletas, conviene saber lo mejor y lo menos cómodo de esta postal andaluza hecha realidad
Ni Setenil ni Tarifa: este es el pueblo más bonito de Cádiz según la revista Viajar
La pequeña y secreta cala de Cádiz que muchos desconocen: tiene aguas cristalinas y está rodeada de acantilados

Todos tenemos un amigo que sueña con dejarlo todo, mudarse a un pueblo blanco, desayunar tostadas con manteca colorá en una placita al sol y, por las tardes, ver cómo el cielo se derrite en mil tonos naranjas sobre el mar. Y cuando ese amigo hace zoom en el mapa, inevitablemente, acaba señalando Vejer de la Frontera.
Vejer es de esos lugares que parecen diseñados por un pintor enamorado de Andalucía. Tiene casas encaladas, callejuelas laberínticas, geranios colgando de cada balcón y una postal distinta en cada esquina. No en vano, ha sido elegido uno de los pueblos más bonitos de España por revistas como Viajar, y no falta en ninguna lista de lugares imprescindibles del sur. Pero claro, como en todo, una cosa es ir de visita y otra muy distinta quedarse a vivir.
Luces y sombras de Vejer
¿Es tan idílico como parece? ¿Qué tiene de bueno (y no tan bueno) mudarse a este rincón con sabor a historia y mar? Pues como dicen, en esta vida todo tiene su luz y su sombra. En el portal idealista.com realizan un repaso de lo que supone vivir en el municipio gaditano analizando sus precios y sus grandes ventajas
Las calles empinadas y empedradas de Vejer son preciosas, pero no siempre cómodas. Las casas con siglos de historia tienen encanto, pero también mantenimiento. Por otra parte, si tu idea es encontrar trabajo en el propio pueblo, el sector servicios (hostelería, turismo rural, restauración…) es el motor principal.
Para otras profesiones, lo habitual es trabajar en remoto o desplazarse fuera del núcleo urbano... pero aunque Vejer tenga sus limitaciones, tiene algo que compensa todo lo demás: una forma especial de mirar la vida. Y eso —te lo dirán quienes ya han hecho el cambio— no tiene precio.