CAMPAÑA. El presidente provincial del PP, Antonio Sanz, sostiene uno de los dípticos. / Ó. CHAMORRO
CÁDIZ

El PP reparte 35.000 pasquines en el segundo «cumpleaños infeliz» del gobierno del PSOE

Recogen los incumplimientos socialistas en empleo, seguridad ciudadana o vivienda Sanz culpa a González Cabaña de que Junta y Ejecutivo «maltraten» a la provincia

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Más paro, más inseguridad ciudadana y fracaso escolar, viviendas e hipotecas más caras, peor sanidad y parálisis de las infraestructuras son el balance que ayer hizo el PP del segundo «cumpleaños infeliz» para la provincia desde la llegada del PSOE al frente de los gobiernos central y andaluz. Una celebración que pretenden festejar con el reparto de 35.000 dípticos con los que harán partícipes a los gaditanos de lo que consideran son dos años «perdidos» y plagados «de mentiras».

El presidente del PP de Cádiz, Antonio Sanz, desgranó ayer el contenido de estos pasquines, que forman parte de una campaña más amplia que se completará con cinco convenciones comarcales, 30 actos en la calle y 20 ruedas de prensa, y con la que quieren motivar una «reacción» ciudadana ante el «coste de oportunidad» que supone para Cádiz el que sus inversiones estén «volando» a otras comunidades autónomas, en especial, la catalana.

Sanz situó el origen del «maltrato» a Cádiz en la falta de «liderazgo político» y de «padrino» del PSOE gaditano en otras instancias superiores, como el Consejo de Gobierno o el Consejo de Ministros, y apuntó como principal responsable al secretario provincial socialista y presidente de la Diputación, Francisco González Cabaña. Un dirigente al que acusó de ser un «fantasma» dentro de la corporación provincial, donde «no está ni se le espera», y a quien criticó por actuar bajo la directriz de «no molestar» ni al presidente andaluz, Manuel Chaves, ni al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero.

Para el presidente popular, esta campaña, amén de su carácter informativo para la ciudadanía, es para «exigir» un cambio de actitud en el PSOE y que deje de ser una «ruina» para Cádiz por su falta de peso específico ante la Junta de Andalucía y Gobierno, lo que les convierte en «traidores».

En cuanto al contenido de los impresos, éstos simulan las hojas de una agenda detenida en los días 17 y 18 de abril y recogen por capítulos los 32 incumplimientos del PSOE. Así, en empleo se recuerda que Cádiz tiene más de 23.000 parados; en seguridad ciudadana se menciona el incremento en un 7% del número de delitos y la falta de 181 policías nacionales, y en vivienda se cita la subida de las hipotecas y la no construcción de las 180.000 viviendas protegidas comprometidas. También se critica la parálisis en infraestructuras con el retraso del AVE a Cádiz hasta 2012 o la liberación de las autopistas de peaje en Cataluña y no en Andalucía, y en educación el incremento de la violencia y el fracaso escolar.

El díptico, que guarda similitud con el repartido a nivel local en la capital gaditana, por el empleo de titulares de la prensa diaria, se diferencia en que sí se identifica su autoría con el logo y siglas del PP. El presidente del PP de Cádiz, Antonio Sanz, anunció ayer que en breve cuantificarán las inversiones que Cádiz pierde en beneficio de otras provincias. Según Sanz, ese tratamiento distinto se puede detectar en las inversiones no provincializadas de los Presupuestos Generales del Estado, donde no está determinado su destino final, y en los fondos de libre disposición. Dos capítulos presupuestarios que entiende que pueden ser utilizados para el «pago de favores políticos», en este caso, «a favor de unas comunidades y detrimento de otras» y con porcentajes «espectaculares».

Para Sanz, Cádiz está siendo testigo de cómo sus inversiones se «fugan» o se van «volando» hacia otros destinos más al norte de la geografía española, y en especial, a Cataluña, fruto de los «pactos políticos» del Gobierno de Rodríguez Zapatero para «mantenerse en el sillón» y en beneficio de un «nacionalismo insolidario», que «nos cuesta un ojo de la cara tanto a Andalucía como a Cádiz», sentenció.