PELEA. Moratón y Etoo intentan alcanzar la pelota en un lance del encuentro. / EFE
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El Barcelona, sin Ronaldinho, paga su falta de actitud en Santander

Los azulgrana sumaron un empate ante el Racing tras firmar un pésimo partido El conjunto cántabro aprovechó dos errores de Belletti para conseguir el botín

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El Barça acusó su falta de motivación en Santander para dibujar un mal partido que le costó ceder un empate ante el Racing. Los azulgrana confirmaron que tienen la mirada centrada en Europa ofreciendo una mediocre imagen ante un conjunto cántabro que aprovechó dos errores defensivos de Belletti para sumar un valioso punto en su lucha por evitar el descenso.

Con medio título de Liga en el bolsillo y con Rijkaard reservando jugadores, los azulgrana necesitan estímulos de enjundia para ponerse en marcha. Y cuando no los hallan echan mano de su calidad para imponer su dominio.

Tras un vuelo de Aouate ante Larsson, el Barça enhebró una acción de lujo para desnivelar el marcador. Una combinación al primer toque entre Deco, Etoo y Van Bommel la cerró un certero Larsson. Lejos de aprovechar el tanto del sueco para apagar la fiereza de un Racing muy necesitado de los puntos, los azulgrana desaparecieron del Nuevo Sardinero durante cinco minutos.

Belletti lideró la empanada visitante. Primero, al perder un balón ante Óscar Serrano e instantes después al quedarse enganchado al extremo local lastrando el fuera de juego. Dos errores del lateral brasileño que Antoñito y Óscar Serrano, aprovecharon para darle la vuelta al marcador.

Pasado el temporal, el Barça agarró de nuevo el mando. Pagaba su permisividad. Permitía un duelo muy abierto chocando una y otra vez con su escasa motivación. A pesar de captar el esférico, era incapaz de crear peligro ante un Racing perpetrado en su propio campo esperando una milagrosa oportunidad a la contra.

Tanta incapacidad permitía contemplar con mucha calma la lluvia que bañaba el Nuevo Sardinero y las dificultades de Rubinos Pérez para lidiar con un plácido envite. Valdés y Aouate estaban como espectadores ante la nulidad de sus compañeros.

Rijkaard ponía algo de salsa a la sosez general con la entrada de Maxi López. Pero ni la participación del argentino incrementó la intensidad de un partido que acabó languideciendo penosamente con la única novedad de la expulsión de Puyol por una mano involuntaria y una obstrucción.