Dom Phillips, el periodista asesinado que quería contar una historia feliz de la Amazonía

Fue asesinado cuando recopilaba información para un libro con los pueblos indígenas del Amazonas como protagonistas

Viajaba acompañado de un indigenista brasileño que estaba amenazado de muerte

'Tierra de nadie', el paraíso amazónico que han tomado las mafias

El periodista británico toma notas mientras habla con indígenas del estado Roraima, en el corazón del Amazonas AFP

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El experimentado periodista británico Dom Phillips no buscaba peligro en el viaje que terminó cruelmente con su vida y con la historia que pensaba escribir. Tampoco era «un aventurero», como le calificó el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, con quien ya había estado frente a frente en una rueda de prensa. Con casi dos décadas cubriendo el país como corresponsal, Phillips era un extranjero que conocía este territorio gigante mejor que muchos locales, incluso la Amazonía, que había decidido amar.

Phillips no viajaba por primera vez ni por el Valle del Javarí , ni por la Amazonía brasileña. Los indígenas del área lo conocían y lo llamaban «socio», por su vocación de mostrarlos y defenderlos con sus trabajos periodísticos. El corresponsal de medios tan influyentes como The Guardian, Financial Times y del New York Times, estaba exento de su trabajo periodístico para escribir el libro ¿Cómo salvar el Amazonas? , donde quería mostrar soluciones y la esperanza en un territorio que el crimen organizado y el abandono del estado, están poniendo en riesgo.

Nacido en 1965 en Merseyside, la región donde está la ciudad de Liverpool, en el noroeste de Inglaterra, Phillips llegó a Brasil en 2007 como periodista cultural y de música electrónica , dirigiendo la Mixmag, la principal revista británica de ese género, recuerda uno de sus primeros amigos en São Paulo, el periodista Camilo Rocha. En esa época, el británico publicó el libro «Superstar DJs Here We Go», un clásico de ese movimiento.

«Ayer releí los innumerables correos electrónicos y mensajes que intercambiamos a lo largo de los años. Dom siempre fue reflexivo, amable, de buen humor y un interesado estudioso de Brasil . La tristeza es inmensa«, cuenta el colega brasileño.

Una ejecución

La generosidad de Dom Phillips es una de las cosas que más recordamos los colegas que convivimos con él, como amigos o entre conferencias de prensa. Su imagen delicada, la expresión amable y su gran estatura profesional hacen que la forma violenta y las circunstancias crueles de su ejecución , al lado del indigenista Bruno Pereira, hayan conmovido aún más a quienes lo conocíamos y los que pasaron a saber de él a partir de su desaparición, el 5 de junio.

Phillips, que vivió en São Paulo y Río de Janeiro, se había mudado hace poco tiempo con su esposa, Alessandra Sampaio, a Bahía, una de las principales ciudades del norte de Brasil, con una agitada vida cultural, de raíces africanas e indígenas. Estaba allí un poco más cerca de la Amazonía, que se había vuelto su principal interés de cobertura en los últimos tiempos. «Amazonía, como eres linda», escribió al pie de una imagen en la que aparecía viajando de barco en la región.

El libro que estaba escribiendo ya estaba en su cuarto capítulo y el viaje al Valle del Javarí había sido planeado para terminarlo, según contó su esposa en una entrevista a la cadena Globo. «Tenía un amor profundo. A partir de ese amor, un respeto, una fascinación y un interés por comprender esa complejidad», declaró Alessandra Sampaio.

Ausencia del estado

En una rueda de prensa con Bolsonaro, Phillips cuestionó al presidente justamente sobre la Amazonía, el aumento de su deforestación que llamó «aterrador» y cómo le explicaría eso al mundo. «Primero, tienen que entender que la Amazonía pertenece a Brasil y no a ustedes», le respondió el mandatario acusado de haber debilitado los órganos que protegen a los territorios y a los indígenas. Esa ausencia del estado, es apuntada por especialistas, como una de las razones para el aumento de la violencia y el avance del crimen organizado en la región.

El libro de Phillips buscaba contar una Amazonía diferente a la que Bolsonaro trata de mostrar como un área problemática. Con apoyo de una beca internacional de la Fundación Alicia Patterson, el libro que consta está en la página de la agencia literaria Janklow & Nesbit, era un cuaderno de viaje al corazón de la Amazonía mostrando los pueblos que la habitan y las vivencias que pueden evitar su colapso, inminente, según científicos climáticos y especialistas.

Viajaba con un indigenista amenazado de muerte

El peligro del viaje de Phillips estaba en su decisión de viajar con indigenista amenazado de muerte. Bruno Pereira, uno de los principales especialistas en pueblos indígenas y aislados de la Amazonía, conocía esa región como nadie, pero estaba jurado de muerte por diversos bandos, en una región ocupada por mafias y por el narcotráfico . Ni los indígenas de la Asociación de la Unión de Pueblos Indígenas del Valle de Javari (Univaja), que vigilaban a los viajeros, consiguieron impedir la emboscada contra el defensor de la Fundación del Indio (Funai), que había sido exonerado de su cargo por el gobierno, presionado por los grupos violentos que pedían abiertamente su cabeza.

La policía detuvo a Amarildo da Costa Oliveira, alias «Pelado», y a su hermano, Oseney da Costa de Oliveira, que confesaron un crimen cruel, y apunta que habrían actuado solos, pero los indígenas denuncian que los presos son la punta de lanza de una organización criminal interesada en sus tierras. La muerte trágica de Phillips y Pereira ha iluminado la peor cara de un paraíso en manos de bandos, y nos ha dejado sin la mejor historia que el periodista inglés quería contar: la de los pueblos que la pueden salvar.

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