La izquierdista Elizabeth Warren se pone por delante de Joe Biden en Iowa
Los sondeos previos de las primarias señalan el auge de la candidata demócrata
«Momentum« es una palabra muy utilizada en inglés. Todavía más en política y más que nunca en unas primarias disputadas entre varios candidatos. Significa algo así como «coger impulso». Es algo que tiene el delantero en racha y el torero que encadena triunfos. Elizabeth Warren, la senadora por Massachussets y candidata presidencial demócrata, tiene «momentum». Arrancó su carrera presidencial a finales de año dentro del pelotón de candidatos de corte izquierdista, otra más a la sombra de Bernie Sanders, el tótem socialista de EE.UU. Su gran desempeño en campaña la han hecho despuntar y disputar a Sanders el voto de izquierdas en las primarias.
La prueba más clara de este impulso ha llegado este fin de semana. Warren se ha colocado en una encuesta clave por delante de Joe Biden, el que fuera vicepresidente con Barack Obama y favorito en las primarias. Se trata de un sondeo entre votantes demócratas de Iowa, el primer estado que celebra primarias, el próximo febrero, y que suele marcar la temperatura de la carrera electoral. Es un estado bisagra, decisivo para las primarias y al que los candidatos ponen mucha atención.
En la encuesta de Des Moines Register/CNN/Mediacom, Warren obtiene un 22% de los apoyos , justo por encima de Biden, con un 20%. Es la primera vez que la senadora aparece por encima del favorito en una encuesta. Le sobrepasa también entre los votantes que le eligen como segunda opción.
Lo más decisivo, sin embargo, no es que Warren recorte terreno frente a Biden, sino que se postule como la alternativa izquierdista dentro de las primarias. La carrera por conseguir la nominación demócrata se disputa entre Biden y el resto. En el primer grupo de perseguidores están Sanders -en un principio, favorito del voto izquierdista- y Warren, seguidos por una segunda línea con menos opciones - Pete Buttigieg y Kamala Harris - y del resto de candidatos, ya sin apenas posibilidades.
Lo decisivo es que Warren parece ganar terreno frente a Sanders. Las primarias de 2016 fueron una guerra interna entre las dos almas de los demócratas: la del ‘establishment’ moderado que representaba Hillary Clinton y la de la corriente izquierdista que alumbró Sanders, con una éxito inesperado. Ahora, con el partido más inclinado hacia la izquierda que entonces, quien aglutine al electorado más progresista tendrá posibilidades de tumbar a Biden.
Un cóctel explosivo
El comienzo de la campaña ha confirmado de momento el adelanto de Warren. Se ha multiplicado en mítines electorales por todo el país, ha tenido un muy buen desempeño en los tres debates electorales celebrados hasta ahora y ha convocado a multitudes, cosa que no han logrado sus contrincantes. En un reciente mitin en Nueva York, habló ante cerca de 20.000 personas. Todo eso se ha trasladado a las encuestas: en la media de sondeos nacionales que elabora RealClearPolitics, Warren tiene un 19,8% de los apoyos, frente al 16,6% de Sanders (Biden sigue destacado, con un 30,2%).
Warren supone un cóctel peligroso para sus rivales: presenta una imagen afable y una agenda rotundamente izquierdista -sistema público de sanidad universal, impuesto a los más ricos para pagar la deuda estudiantil y hacer gratuita la educación universitaria, escisión de las grandes tecnológicas, ley anticorrupción-, pero con la base de una carrera de gestión eficiente como senadora -donde ha sido el azote de Wall Street- y como creadora de la Oficina para la Protección Financiera del Consumidor, bajo Obama.
La otra señal evidente de su ascenso es la batería de ataques de sus contrincantes: Buttigieg ha calificado de «extremadamente evasiva» sus respuestas sobre si subirá los impuestos a la clase media, algo que se da por seguro para costear el sistema público de sanidad. «Al menos Bernie es honesto», le dedicó Biden, que hasta ahora ha sido el blanco preferido de los ataques, sobre el mismo tema. «Decidle a Elizabeth que va a subir los impuestos a la gente».
El próximo debate entre candidatos, el 15 de octubre, será la ocasión para certificar si Warren mantiene el liderazgo de la izquierda en las primarias demócratas.
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