Obama comparece en la Casa Blanca
Obama comparece en la Casa Blanca - reuters

Estados Unidos pasa al contraataque en el «caso Sony»

Obama considera un error la retirada de «The interview» y avanza que responderá a Corea del Norte

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Después de varias semanas en las que los piratas informáticos marcaron el ritmo en el caso Sony Pictures, tras un ciberataque, efectuado el 24 de noviembre por el grupo Guardianes de la Paz, que tiene en jaque a uno de los principales estudios de Hollywood, el presidente estadounidense, Barack Obama, dio un paso adelante. «No podemos tener una sociedad en la que un dictador de algún lugar pueda imponer la censura aquí, en Estados Unidos», afirmó Obama durante una rueda de prensa en la Casa Blanca.

[Mira el tráiler de «The interview»]

Se refería a la decisión de la compañía de cancelar el estreno de la película satírica «The interview», sobre un plan para asesinar a Kim Jong-un

, dictador norcoreano. Medida motivada por las amenazas de los hackers, que prometieron un nuevo 11 de septiembre si el filme llegaba a las salas, y la negativa de las principales cadenas de cines a proyectar la cinta. «Sí, creo que cometieron un error», aseguró Obama sobre el movimiento de Sony. «Ojalá hubieran hablado antes conmigo. Les hubiera dicho que no entraran en esa dinámica de sentirse intimidados», añadió.

Obama confirmó lo que había avanzado el FBI horas antes a través de un comunicado: que Corea del Norte participó en el ataque. La agencia explicó que han descubierto coincidencias entre los métodos empleados contra el estudio de Hollywood y acciones similares pergeñadas en Pyongyang. «Causaron mucho daño y responderemos de forma proporcionada», aseguró Obama, quien rechazó entrar en detalles.

La sospecha de que Corea del Norte movió los hilos en el golpe a Sony como una venganza por «The interview» hunde sus raíces en el pasado mes de junio. Entonces llegaron las primeras muestras de indignación desde el país asiático. Los medios calificaban de «sucia y maldita» la comedia, protagonizada por Seth Rogen y James Franco, como dos periodistas que aceptan participar en una trama para asesinar a Kim Jong-un. En julio, Pyongyang se quejaba ante Naciones Unidas mediante un comunicado, donde aseguraba que, si continuaba la promoción del filme, constituiría «una manera de apoyar al terrorismo y un acto de guerra».

Dudas de Sony

Los directivos de Sony, según revelan correos electrónicos filtrados esta semana, comenzaron a plantearse la idoneidad de «The interview». Consultaron con expertos que les tranquilizaron sobre una réplica del régimen norcoreano. En última instancia, sin embargo, instaron a Seth Rogen a rebajar el tono de la escena final:un proyectil alcanza el helicóptero del dictador y se ve cómo su cara se incendia y explota.

El 24 de noviembre los hackers asestaban el mazazo: un ataque que burlaba la seguridad del estudio y se apropiaba de material muy sensible. Corea del Norte no quiso ni confirmar ni desmentir entonces su participación, aunque un portavoz en la ONU recomendaba «esperar y ver». Los piratas iniciaban un juego sádico en el que fueron dosificando el material que hacían llegar a los medios de comunicación estadounidenses, cuyo papel ha quedado en entredicho, acusados, por actores como Brad Pitt, de hacerles el trabajo sucio.

Tras desvelarse el robo de películas por estrenar, como la nueva versión de «Annie» o «Corazones de acero», protagonizada por el propio Pitt, comenzó a circular un reguero de correos electrónicos que los responsables de Sony habían cruzado entre sí y con otros miembros de la industria. Desde los sueldos de la cúpula de la compañía a las palabras poco amables que la presidenta de la división cinematográfica, Amy Pascal, dedicaba a estrellas como Angelina Jolie y Leonardo DiCaprio.

Otro 11-S

La sospecha de que todo formaba parte de una maniobra para vetar el estreno de «The interview» se confirmaba el 9 de diciembre, cuando los hackers instaban a Sony a no estrenar el filme. Sus protagonistas respondían con mofas en las redes sociales. Esta semana, sin embargo, los piratas iban más allá. Tras amenazar con un «regalo de Navidad» en forma de nuevas filtraciones, lanzaban un comunicado en el que anunciaban otro 11 de septiembre. Sony canceló el preestreno en Nueva York y, finalmente, claudicó: el estreno, previsto para el 25 de diciembre, quedaba cancelado.

Actores y directores como Ben Stiller o Mia Farrow criticaron la decisión de Sony y alertaron del peligroso precedente. Obama fue más allá: «Era una oportunidad para demostrarle a los hackers que no cedemos a los chantajes». El estudio no desvela qué hará con la cinta. Si se lanza en streaming, podría batir récords. Hoy es la película más cotizada del mundo.

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