Peregrinos en tiempo real

Mientras el sector turístico y hostelero se frota las manos con el récord de peregrinos de este año ordinario que supera al último Xacobeo, en la Catedral de Santiago reordenan flujos y estudian la afluencia de fieles y visitantes al santuario. Coincidiendo con los meses estivales, los de mayor número de caminantes, el pasado julio se decidió modificar los accesos, con entrada por la Puerta de Platerías y salida por la de Azabachería, al estar cerrada la del Obradoiro por las obras. No obstante, hay excepciones, pues al ser Platerías la plaza más accesible para personas en silla de ruedas de cuantas rodean al templo, quienes tengan problemas de movilidad pueden utilizarla tanto de entrada como de salida.

Pero los cambios van más allá. Este verano, el tiempo de espera para entrar al templo en algunos momentos del día está siendo especialmente largo debido a ese incremento de personas, por lo que esta misma semana se ha decidido habilitar una parte del portón de Platerías solo para peregrinos que hayan recogido su «compostela», el documento que acredita haber recorrido a pie al menos los últimos cien kilómetros de la ruta jacobea. De esa manera, según explica a ABC el presidente de la Fundación Catedral, Daniel Lorenzo, «se evita que tengan que hacer dos colas» en poco tiempo. La medida se mantendrá en los periodos con picos de visitantes en el interior de la Catedral o cuando se complete el aforo, algo muy habitual en las últimas semanas y que está siendo más intenso en agosto, que puede convertirse en el mes con más peregrinos de toda la historia. No obstante, la próxima apertura del Centro de Acogida de Peregrinos, más espacioso, y el traslado a él de la Oficina del Peregrino permitirá una entrega más ordenada de la «compostela».

Con el objetivo de «conocer con mayor precisión el número de peregrinos» que visita la Catedral, hace varias semanas se ha instalado también un pequeño dispositivo informático que contabiliza el número de personas que abrazan al Apóstol. El recuento se lleva a cabo en tiempo real, pues se actualiza cada hora. Este «abrazómetro» —como ya lo han bautizado algunos— está instalado en las escaleras de bajada del camarín del Santo, enclave elegido para la medición ante los contratiempos que conllevaría hacerlo en las puertas.

Un recuento más certero

Lorenzo recuerda que no todos los peregrinos recogen la «compostela» (hay quien recorre el Camino en más de una ocasión y no siempre regresa con su credencial de culminación) y que hay quien acude al santuario con ese mismo espíritu de peregrinación, con motivación religiosa, pero sin haber llegado a pie. De ahí este recuento mejorado que en pocos meses permitirá extraer conclusiones para un mejor funcionamiento de la Catedral, que ya computaba a través de las entradas vendidas las visitas de tipo cultural a zonas del templo como el museo o las cubiertas.