Caballero celebra la victoria de los comicios, única mayoría en Galicia
Caballero celebra la victoria de los comicios, única mayoría en Galicia - efe

La izquierda radical arrebata al PP sus ciudades y el PSOE se hunde salvo en Vigo

Caballero da al PSOE su única absoluta; Lores, excepción a la irrelevancia del BNG

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Amarga victoria para el PP gallego, con profundo sabor a derrota. Alberto Núñez Feijóo podrá exhibir un porcentaje de apoyos muy superior a la media nacional de su partido. Pero nada más. El poder urbano de los populares se resiente y, aunque son la fuerza más votada en Orense, Lugo y Ferrol, aparentemente sólo podrán gobernar en la primera. Especialmente duros son los retrocesos en las tres ciudades coruñesas, que el PP conquistó en 2011 con mayoría absoluta.

Y el origen de la conmoción electoral está en las denominadas Mareas, los conglomerados de Anova, Podemos y demás sectores de la izquierda radical, que superan ampliamente a un PSOE hundido en la mayoría de las ciudades. La excepción es Vigo, la capital más poblada de Galicia, donde Abel Caballero logra una mayoría absoluta abrumadora ante el descalabro del PP, que pone en jaque la diputación provincial, hegemónica para la derecha desde tiempo inmemorial.

En el mapa urbano, el BNG apenas aguanta en Pontevedra con notable fuerza, mientras se convierte en una formación irrelevante en el resto de ciudades. Su sangría continúa. La irrupción de Ciudadanos no ha tenido la trascendencia esperada, pero sí ha evidenciado que su caladero era el electorado del PP. En las ciudades donde consigue representación no valdrá para posibles pactos de gobierno con el PP, y donde no lo hace merma los apoyos de los populares.

Caballero, poder absoluto

El gran vencedor de las elecciones es el socialista Abel Caballero. Las encuestas ya le pronosticaban un buen resultado en Vigo, donde Feijóo apostó parte de su crédito al situar a una conselleira a apenas cuatro meses de la cita electoral. El PSOE obtiene su mayor alegría y un porcentaje superior al 50% de apoyos, difícilmente igualable en el resto de ciudades de España. Sus 17 concejales avalan su discurso localista y populista. El desplome del PP obligará a la dirección regional a evaluar su estrategia en una ciudad en la que estuvieron a apenas un edil de la absoluta en las dos convocatorias municipales precedentes.

La mayor sorpresa se produjo en La Coruña, donde contra todo pronóstico la Marea Atlántica —un conglomerado de IU, Podemos, la nacionalista Anova y otros sectores de la izquierda— ganó las elecciones aunque empatada a concejales con el PP de Carlos Negreira. En Santiago se erige como más votado Martiño Noriega, delfín de Xosé Manuel Beiras, con su Compostela Aberta. El popular Agustín Hernández no ha podido obrar el milagro en una ciudad con tres alcaldes en este mandato, sacudida por asuntos judiciales. En Ferrol, José Manuel Rey Varela pierde la mayoría absoluta, y aunque gana ampliamente no tiene con quien pactar su investidura.

En Lugo, el PP gana las elecciones pero el alcalde socialista Xosé López Orozco podrá pactar con otras formaciones de izquierda y nacionalista para seguir en el gobierno. En Orense, el PP puede tener cerca la Alcaldía, pero tendrá que pactar con los independientes de Democracia Ourensana. En esta provincia, el PP mantendrá la diputación, mientras que en Lugo el PSOE podrá conservarla gracias a posibles pactos con el BNG, tal y como estaba en este momento.

Panorama municipal

A nivel autonómico, el PP no ha perdido ni siquiera diez puntos, pero los resultados en su poder municipal van a ser muy preocupantes. Al riesgo cierto de perder dos de las tres diputaciones provinciales se suman alcaldías históricas como la de Lalín, donde José Crespo no tendrá mayoría absoluta por la irrupción del hijo de José Cuiña.

En Vilagarcía de Arousa, el PSOE recupera el gobierno tras cuatro años del popular Tomás Fole aunque necesitará pactar. Un bipartito de socialistas y nacionalistas puede desbancar al PP en Verín tras perder la absoluta y, como era previsible, Santiago Amor logra una estéril victoria en Ames con hasta siete partidos con representación. Difícil contexto.

Las buenas noticias para el Partido Popular pasan por mantener alcaldías señeras como Marín, Baiona, A Estrada, Ribeira, Vilalba, Boiro, Celanova o Melide, y tener a tiro de pacto otras como Noia, Cangas, Sanxenxo, Redondela, Cambados o Cangas, pero sin garantía a priori de éxito.

El PSOE, por su parte, consolida plazas como Viveiro, O Barco de Valdeorras, Culleredo, Ribadavia, As Pontes, Silleda, y recupera otras no menos simbólicas como O Carballiño o Monforte. Los nacionalistas mantienen Carballo, Bueu, Vimianzo o Allariz, entre sus principales feudos, al tiempo que salvan su posición como tercera fuerza en el contexto autonómico. Su batacazo urbano es caso aparte.

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