Los tres imputados por el robo del manuscrito
Los tres imputados por el robo del manuscrito - Miguel Muñiz

«En la Catedral había silencio acerca de la información económica»

Un excontable del templo compostelano desvela ante el tribunal los desfases en las cuentas de la basílica. Calcula en «unos 20 millones de euros» los ingresos de una década

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El juicio por el robo del «Códice Calixtino» se ha retomado esta mañana con la declaración de un excontable del templo, Pedro Ceán. Mano a mano con el administrador de la Catedral por aquel entonces, Ceán ha revelado ante el tribunal encargado de juzgar el robo del valioso documento y de 1,7 millones de euros los «desfases» que detectó en la contabilidad desde su llegada al puesto en 2002 para informatizar un sistema que hasta entonces se llevaba de forma manual. «La sorpresa llega cuando detectamos que en contabilidad había más dinero del que había en caja», ha afirmado ante la sala.

En un primer momento, el administrador Manuel Iglesias achaca esta falta de dinero «a que hay un problema con la máquina, que suma mal», ha aclaro el testigo para comentar que «se le pide al administrador que haga arqueos de cajas mensualmente, pero no se hacen».

La situación se dilata en el tiempo pese a la insistencia del contable, hasta que en 2007 se traslada un informe al Cabildo en el que se informa de los desfases en las cuentas y se relatan una serie de medidas para paliarlos. «Lo que se pedía es que el Cabildo delegase en una oficina de gestión económica con técnicos. En 2008 se hacen cuatro arqueos porque se empieza a funcionar con esa oficina de gestión, pero el tema se paraliza y se da marcha atrás», ha declarado el economista ante las preguntas de Fiscalía y acusación particular dejando al descubierto el «silencio acerca de la información económica» que reinaba en el templo.

En su turno de palabra, el excontable ha calculado que los ingresos de la basílica en una década podrían rondar los 20 millones de euros y que la cantidad sustraída estaría en el entorno del 10 por ciento. Durante la jornada de hoy también ha testificado la encargada de la limpieza de la Catedral, que sorprendió en dos ocasiones al ladrón confeso en dependencias privadas. «Una de las veces estaba en el despacho del deán manipulando el ordenador», ha señalado.

La pista del hijo de Castiñeiras

Según la declaración del jefe de la Brigada de Patrimonio, fue el propio hijo de Manuel Castiñeiras el que puso sobre la pista a la Policía de la existencia de un trastero que los investigadores desconocían y en el que, finalmente, se encontraría el Códice. «Si no fuese así, no lo habríamos registrado», ha apostillado.

Durante el transcurso de su intervención, el agente también ha señalado que el registro en la casa «acabó a las 5 de la tarde, pero no acabamos de contar el dinero hasta dos horas más tarde. Fue una labor ardua, tuvimos que hacerlo varias personas sentadas en la mesa del salón».

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