El exdeán de la Catedral a su llegada a los juzgados
El exdeán de la Catedral a su llegada a los juzgados - Miguel muñiz

El exdeán de la Catedral, «tranquilo» ante su declaración en el juicio del Códice

Este miércoles están llamados a declarar un total de nueve testigos del caso, todos ellos vinculados con el templo compostelano

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El deán de la Catedral en el momento de la desaparición del Codice Calixtino, José María Díaz, ha llegado a los juzgados de la capital gallega minutos antes de las 9 de la mañana. Con paso calmado y lento, el religioso ha dicho sentirse «muy bien» y tranquilo de cara a su intervención de esta mañana. Ante el tribunal encagardo de juzgar el mediático robo, Díaz deberá responder a las preguntas de acusación, fiscalía y defensa a propósito de su relación con el ladrón confeso. Una conexión que este martes Castiñeiras calificó «como de tío y sobrino», pero que más tarde «cambiaron».

Convertido en presunto centro de las venganzas del exlectricista del templo, Díaz está obligado, en calidad de testigo, a responder a todas las preguntas que se le formulen en sala.

Está previsto que este miércoles declaren nueve testigos, todos vinculados con el templo compostelano. Entre ellos está citado el actual deán de la Catedral, Segundo Pérez.

Por su parte, Castiñeiras y su esposa se negaron a hacer declaraciones a su entrada a los juzgados, que apuraron hasta pocos minutos antes del arranque de la sesión, prevista para las 9.30 horas.

La declaración de Díaz

En los primeros compases de su intervención, el exdeán ha declarado que había dicho en público en numerosas ocasiones que el «mayor disgusto» que le podía suceder era algún contratiempo con el «Códice». Por otra parte, cuando el fiscal le ha mostrado diversos lotes de documentos encontrados en posesión de Castiñeiras, Díaz los ha reconocido como propios y «personales», por lo que el exelectricista de la Catedral supuestamente los habría sustraído de su despacho. Entre ellos, ha destacado el borrador de una carta que se dirígía al presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo.

Su relación con el principal imputado por el robo del Calixtino ha sido uno de los temas centrales de la sesión. El exdeán ha asegurado que cambió cuando lo nombraron en el cargo, entonces Castiñeiras se volvió «agresivo», ya que «creía que podía solucionar todos sus problemas», en referencia a la supuesta petición del exelectricista de hacerse con un puesto fijo en el templo y a su reclamación de 40 millones de pesetas en concepto de indemnización por despido.

Desfases desde 2003

En su turno, el administrador de la Catedral ha reconocido desfases de dinero desde el año 2003. Ha declarado que, junto con el contable, se dió cuenta que el supuesto ladrón tenía copia de las llaves y dejaron cantidades «como reclamo» en una de las cajas fuertes del templo.

Por otra parte, Manuel Iglesias, que ocupó el cargo de 2002 a 2011, ha denunciado que recibió amenazas de Castiñeiras, que le decía que había pagado «300 euros a un marroquí» para que le diese una paliza. «Es el dinero mejor invertido» asegura que le dijo en su día el exelectricista. Tiempo más tarde, según la versión del administrador, un ciudadano magrebí se presentó en el templo para «arreglar cuestiones» con él.

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