La incógnita del bolivariano Mélenchon

Jean-Luc Mélenchon ha sido la sorpresa de esta campaña electoral y, aunque con muy escasas posibilidades, tampoco se puede descartar del todo su pase a la final. Nadie le imagina como futuro presidente de Francia, pero su sola presencia en el pelotón de cabeza ya es una victoria para el populismo de izquierdas.

El duelo final entre Marine Le Pen y Jean-Luc Mélenchon sería el más temible, por catastrófico, para Francia y Europa. La pareja Le Pen/Mélenchon comparte los mismos e inquietantes proyectos: retirar a Francia de la UE (Le Pen) o «retirar»/«revisar» los tratados europeos (Mélenchon); salir o «alejarse» de la Alianza Atlántica; nacionalización de la economía; cierre de fronteras; alejamiento de EE. UU. y «coqueteo» con la Rusia de Putin.

La previsible ventaja sería para la extrema derecha.

En un duelo frente a François Fillon sería previsible la victoria del conservador, aunque la campaña sería acre y muy dura. El candidato de extrema izquierda atizaría con fuerza los escándalos de corrupción de Fillon e intentaría atraer no solo el voto de la izquierda desencantada, sino también el voto contestatario que se alinea con Le Pen.

Lo mismo ocurriría en un enfrentamiento final con el social-reformista Emmanuel Macron. Mélenchon siempre intentaría capitalizar el voto populista, desencantado y antieuropeísta.

Mélenchon es un firme defensor de la Alianza Bolivariana y detractor de la UE. Ante la eventualidad de que pase a la segunda vuelta, improbable pero no imposible, Francia correría un riesgo inmediato: durante dos semanas, entre el lunes 24 y el domingo 6 de mayo, todos los indicadores internacionales se pondrían automáticamente al rojo, alertando del terremoto del populismo izquierdista.