El candidato de la «Francia insumisa», Jean-Luc Mélenchon
El candidato de la «Francia insumisa», Jean-Luc Mélenchon - AFP

Jean-Luc Mélenchon, Pablo Iglesias y Marine Le Pen, tres políticos con un mismo combate

Según dos de los sondeos más significativos publicados por los medios franceses, el candidato de la «Francia insumisa», de extrema izquierda, tiene posibilidades de pasar a la segunda vuelta de las presidenciales

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Jean-Luc Mélenchon, candidato a la presidencia de «Francia insumisa» (PCF y extrema izquierda), tiene el programa de izquierda populista más radical de Europa, con más «gancho» personal que Pablo Iglesias, en España, y sus mismas simpatías por los socialismos caribeños y tropicales.

A finales de enero, Mélenchon era un candidato «minoritario». Tres meses más tarde, no se puede descartar un duelo final, en la segunda vuelta, entre Marine Le Pen, extrema derecha, y el líder de «Francia insumisa».

Según dos de los sondeos más significativos, publicados diariamente por «Les Echos» (matutino de referencia financiera) y «Paris Match» (semanario independiente), las intenciones de voto de la primera vuelta (23 abril) de los cinco principales candidatos, el 1 de febrero pasado, eran las siguientes:

—Marine Le Pen, 26%.

—Emmanuel Macron, 22/24%.

—François Fillon, 19/20%.

—Benoît Hamon, 16/13,5%.

—Jean-Luc Mélenchon, 10/11,5%.

Dos meses y medio más tarde, el 13 de abril, a diez días de la primera vuelta, las intenciones de voto son estas:

—Emmanuel Macron, 23,5%.

—Marine Le Pen, 22,5%.

—François Fillon, 20%.

—Jean-Luc Mélenchon, 18/19%.

—Benoît Hamon, 7/8,5%.

Los institutos de opinión franceses se dan a sí mismos un margen de error del 2,5%. Con ese margen, los sondeos parecen sugerir que todo es posible en la inminente elección presidencial francesa. A la segunda vuelta, el 7 de mayo, solo pasarán los candidatos que consigan más votos en la primera vuelta.

Fino observador de la política nacional, el presidente François Hollande ha dejado caer entre sus «íntimos» este comentario sibilino: «Esta campaña huele mal. Y puede temerse una segunda vuelta con Le Pen y Mélenchon».

¿Cuál es el «motor» que ha «lanzado» Mélenchon? Un programa muy semejante al de Marine Le Pen y de Pablo Iglesias, con diáfanos rasgos populistas de izquierdas:

Disolver el régimen de la V República, abolir su «monarquía presidencial» para fundar un nuevo régimen, la VI República. En el terreno institucional Mélenchon quizá sea más radical que la pareja Le Pen / Iglesias.

«Salir de los tratados europeos». Allí donde Le Pen propone el «Frexit», la salida de Francia de la UE a través de un referéndum, Mélenchon propone una «salida negociada». Se trata de una posición a la izquierda del difunto programa del ex primer ministro griego Yanis Varoufakis.

«Independencia de Francia». Allí donde Le Pen propone salir pura y simplemente de la OTAN, Mélenchon propone una «revisión» para «equilibrar» las relaciones de París con Moscú y Washington. Si Pablo Iglesias ha llegado a «cooptar» algún general próximo a Zapatero, Mélenchon está visceralmente alejado de todas las jerarquías militares francesas

«Planificación ecológica» y «progreso humano», con inversiones estatales superiores a los 100.000 millones de euros, una subida «importante» del salario y la contratación «masiva» de varias decenas de millares de funcionarios. Se trata del capítulo presupuestario más demagógico de Europa.

Francia «en vanguardia de la paz y la humanidad», lanzando una gran negociación continental sobre las fronteras europeas, incluyendo a Rusia y excluyendo a los EE.UU. La retórica «melencholiana» está muy próxima a las retóricas caribeñas (cubanas) y tropicales (venezolanas), a las que parecen sensibles los líderes de Podemos.

Nacido en Tánger (1951), de padres franceses y abuelos españoles, Mélenchon hizo carrera como socialista más o menos moderado, antes de «independizarse» y descubrir su vocación final de tribuno populista, gran admirador de los caudillos tropicales, caribeños y sur americanos. Es un orador grandilocuente, demagogo, con un lenguaje callejero salpicado de temibles gracietas truculentas.

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