Hollande «apoya» a Macron pues teme una final entre Le Pen y Mélenchon

A once días de la primera vuelta de la elección presidencial, François Hollande ha dejado caer dos «confidencias» que parecen apoyar a Emmanuel Macron, candidato social reformista, y censurar a Jean-Luc Mélenchon, el candidato de extrema izquierda que ha hundido literalmente al candidato oficial del PS, otro viejo rival del presidente de la República.

Hollande ha concedido dos entrevistas exclusivas al vespertino «Le Monde» y al semanario «Le Point» para hablar de muy otros temas; pero, de pasada, el presidente intenta influir a su manera en la recta final de la campaña.

Presentando su entrevista, consagrada a la crisis siria, este miércoles, «Le Monde» publica confidencias indirectas de Hollande, de este tipo: «Esta campaña huele mal». Según sus íntimos, el presidente habría confesado su «temor» a una segunda vuelta entre Marine Le Pen y Jean-Luc Mélenchon.

¡Duelo entre los dos extremismos, de izquierda y derecha, disputándose la jefatura del Estado!

En su entrevista concedida a «Le Point», Hollande es algo más explícito: «Hay que dar confianza a los franceses, que esperan la renovación política». Con esas palabras, pasablemente elípticas, el presidente estaría sugiriendo su apoyo indirecto a la candidatura de Emmanuel Macron, abandonando a su triste suerte a Benoît Hamon, el candidato oficial del PS, el partido presidencial.

Renovación política

Sugiriendo el deseo de »renovación política» (¿?), Hollande consuma una doble venganza fría, contra dos viejos enemigos, Hamon y Mélenchon.

Ministro de Hollande entre 2012 y 2014, Hamon apoyó la fronda de los diputados socialistas hostiles a la política económica de Hollande y Manuel Valls. Hundido hoy en el pozo negro de los sondeos (con 8-9 % intención de voto en la primera vuelta), Hamon sufre la penúltima humillación: el menosprecio cruel de Hollande.

Mélenchon, por su parte, fue el primer crítico del presidente Hollande, desde el mes de agosto de 2012. Sugiriendo el deseo de «renovación» y «temiendo» un duelo final entre Le Pen y Mélenchon, Hollande denuncia en términos bien elocuentes el riesgo creciente de una extrema izquierda que ha hundido al PS.

Hundido él mismo en la condición del presidente más impopular de la V República, Hollande ha comenzado a preparar su salida del Elíseo. Tras dividir y hundir a su propio partido, el PS, aporta su grano de arena a la incertidumbre nacional más extrema.