Fillon, en primer plano, en un acto electoral en Lille este martes
Fillon, en primer plano, en un acto electoral en Lille este martes - AFP

Un estudio sitúa a Fillon por delante de Macron en la primera vuelta electoral

El sondeo de «Le Point» revela un tirón conservador a cuatro días de los comicios

Corresponsal en París Actualizado: Guardar
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Por vez primera desde mediados de enero pasado, un estudio sociológico sugiere que François Fillon, candidato conservador, podría ser el próximo presidente de Francia, eliminando a Emmanuel Macron, social reformista, en la primera vuelta, el domingo día 23, y derrotando a Marine Le Pen, extrema derecha, en la segunda y definitiva vuelta, el 7 de mayo próximo.

Ante la incertidumbre, todos los favoritos intentan responder en sus últimos mítines e intervenciones pública a esta misma pregunta: ¿Cómo y quién puede evitar el eclipse, el retroceso, la decadencia de Francia?

Hasta ayer, la tendencia era esta: los favoritos (Le Pen / Macron) se estancan o bajan muy ligeramente; mientras que la pareja Fillon / Mélenchon, sube proporcionalmente.

Ayer, por vez primera, el semanario «Le Point» (el más influyente de Francia, con una tirada ligeramente superior a los 380.000 ejemplares), publicó un estudio que anunciaba que Marine Le Pen obtendría el 24,13 por ciento y daba como segundo a François Fillon, con el 21,77 por ciento.

Según el mismo sondeo, Fillon podría ser el próximo presidente de Francia, eliminando a Le Pen, el 7 de mayo, con una victoria muy nítida de 61 contra 39.

Con un margen de error del 2%, los sondeos de «Les Echos», «Paris Match» y «Le Point» vienen a decir lo mismo: cualquiera de los tres o cuatro posibles ganadores de la primera vuelta puede aspirar razonablemente a pasar y ganar la segunda vuelta.

Excesos retóricos

Al margen de la incertidumbre global, con unas intenciones de voto muy volátiles, el estudio de Le Point sí parece confirmar una tendencia a la alza del conservadurismo profundo, empeñando parte del voto final en las dudas sobre el eclipse nacional.

En su último mitin, Marine Le Pen volvió a presentarse como «salvadora de la patria», amenazada por las «turbas de la derecha fofa», el «reformismo fofo», el «socialismo fofo». A juicio de la candidata de la extrema derecha solo la salida de Francia de la zona euro y la UE podrá devolver su rango a una nación amenazada de un «retroceso trágico».

A la derecha, François Fillon utiliza un lenguaje mucho más moderado, pero todas sus intervenciones comienzan siempre como el mismo objetivo programático: «Yo prometo convertir a Francia en la primera potencia europea, en menos de diez años de reformas».

En el centro, Emmanuel Macron ha dado un giro conservador a sus últimos mítines, presentándose como heredero de un proyecto político que no duda en comparar como el proyecto del general De Gaulle, tras la humillación de la Segunda Guerra Mundial: «Devolver a Francia su rango, romper con la tradición de los últimos veinte años».

En la extrema izquierda, Jean-Luc Mélenchon estima que solo su programa político permitirá devolver a Francia su estatura perdida, con unas reformas apocalípticas: disolución del régimen de la V República, con el fin de «romper con la monarquía republicana, para devolver a Francia su estatuto de gran potencia, dialogando de igual a igual con Rusia y los EE.UU.».

Mesianismo

Incluso un candidato tan mediocre como Benoît Hamon, camino de hundir el socialismo francés en el resultado más catastrófico de su historia, en una elección presidencial (en torno al 8 % de las intenciones de voto), se deja arrastrar por la retórica milenarista de un «salvapatrias» de taberna de pueblo: «Me niego a mirar hacia atrás… yo, me proyecto hacia el futuro, creyendo en una Francia más grande y mejor para nuestros hijos».

Los candidatos ultraminoritarios, no dudan en tomar el mismo camino del calvario nacional.

Philippe Poutou, extrema izquierda (2 / 1,5 %), se presenta poco menos que como el salvador del proletariado nacional, víctima de la infame turba capitalista que encarnan los otros candidatos. François Assileneau, derecha ultranacionalista (1 %), cree que solo su ruptura inmediata con la UE y el euro puede salvar la independencia nacional…

La tendencia al mesianismo apocalíptico, ultranacionalista, es una tradición con hondísimas raíces nacionales, que van de Luis XIV a De Gaulle, pasando por Napoleón. Con el agravamiento de la crisis, las amenazas del eclipse nacional son bien visibles en la caída o el estancamiento del poder adquisitivo de las familias, durante los últimos años. Cuando los sondeos sugieren que la abstención podría ser el primer partido de Francia, la «salvación de la patria, en peligro», es el argumento supremo para todos los candidatos a la elección presidencial.

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