Corbyn pide el sí a la UE en televisión con tono euroescéptico

«No soy un amante de la Unión Europea», reconoce en su última entrevista antes de la votación

CORRESPONSAL EN LONDRES Actualizado: Guardar
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Uno de los problemas de la campaña de la permanencia ha sido la abulia de Jeremy Corbyn, de 67 años, que empezó pedir con claridad el voto para la permanencia hace solo tres semanas y casi empujado por sus compañeros de partido, pero con muy pocos actos y nula convicción. El bando del «In» está capitaneado por David Cameron, que en días pasasdos ha reconocido que él también es euroescéptico, y por el líder laborista, que en el referéndum de 1975 voto «no» a seguir en el Mercado Común y también se opuso al tratado de Maastricht a comienzos de los noventa. En cualquier faceta de la vida es muy difícil vender algo confesando que a ti tampoco te gusta demasiado.

En la noche de este lunes, Corbyn concedió su última gran entrevista televisiva previa a la votación del jueves. Fue en Sky News, en un programa donde un grupo de jóvenes le hacía preguntas. Resumiendo, lo que se vislumbró fue la paradoja de un euroescéptico pidiendo el voto para seguir en la UE. El tono de Corbyn llama más la atención cuando por la mañana se había celebrado en los Comunes la solemne sesión en honor a la diputada laborista Jo Cox, que era una activa defensora de seguir en la UE y hacía campaña con gran intensidad.

«Si nos quedamos, la Unión Europea tendrá que cambiar dramáticamente», dijo Corbyn, que incluso enumeró algunos de los aspectos que le desagradan de ella: el tratado de comercio con Estados Unidos, el hecho de que según él protege la existencia de paraísos fiscales en el Reino Unido y que facilita a los empresarios burlar la legislación laboral, castigando los derechos de los trabajadores. También la acusó de machacar a Grecia con «su austeridad». «No soy un enamorado de la UE», confesó en un pasaje de la entrevista.

Quedarse en la UE, para arreglarla

La velada llegó a tal nivel que el presentador, Faisal Islam, le preguntó por los comentarios de su hermano, Piers Corbyn, que va diciendo por ahí que Jeremy al final votará por el Brexit, como él, o no votará, porque es antieuropeísta de toda la vida. Corbyn lo desmintió y dijo con media frase que irá a votar: «Sí, estaré allí. Mi hermano piensa muchas cosas…».

Al final pidió el voto para la permanencia con el argumento de que es mejor quedarse «para intentar arreglarla». Sobre la polémica acerca del tono de la campaña, muy viva tras el asesinato de Jo Cox por un nacionalista desequilibrado de extrema derecha, Corbyn tampoco apoyó mucho a Remain y repartió culpas: «Ha habido un ambiente venenoso y teorías catastrofistas en las dos partes», valoró, aludiendo claramente a las advertencias económicas de Cameron y Osborne. El líder laborista advirtió que «mi apoyo a la UE no es incondicional».

Jo Cox fue una de los treinta diputados que en su día nominaron a Corbyn para las primarias laboristas. Pero posteriormente se distanciaron y no votó por él, sino por una candidata blairista. Cox era más moderada que su líder, al que consideraba demasiado radical.

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