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Gibraltar durante la visita de David Cameron, el pasado jueves - Nono Rico

El Brexit obligaría a renegociar todas las relaciones con Londres

La situación de Gibraltar, así como los lazos de España y el Reino Unido, perderían su base legal

Madrid Actualizado: Guardar
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Toda Europa se juega mucho en el referéndum británico del próximo 23 de junio y España no es una excepción. El Brexit no solo tumbaría al proyecto europeo en el diván, sino que obligaría a revisar por completo las bases de las relaciones bilaterales hispano-británicas, hasta ahora cimentadas y vehiculadas en la pertenencia al club común de los Veintiocho.

Donde primero se sentirían las consecuencias sería en las bolsas. Ya en los últimos días se han registrado pérdidas ingentes por la incertidumbre. Aunque la deuda soberana española no es tan vulnerable como en lo peor de la crisis, en los últimos días la prima de riesgo ha repuntado. El Banco Central Europeo anunció que tomará las medidas necesarias para mantener la estabilidad del euro pero, como vaticinó el ministro español de Exteriores, García-Margallo, «volatilidad va a haber».

Margallo advirtió que, en caso de Brexit,

Las bursátiles serían las inmediatas, pero el Brexit tiene potenciales repercusiones económicas profundas y duraderas. Todos los analistas prevén una depreciación de la libra esterlina, lo que perjudicaría a las exportaciones de la zona euro. Esa pérdida de competitividad dañaría a los exportadores españoles que ahora se nutren de un comercio bidireccional cuantificado por la entidad pública ICEX España Exportación e Inversiones en 55.000 millones.

El Reino Unido es un nodo vital para la economía española. Es el primer receptor de inversión directa española y el quinto inversor directo en España. Gran parte de esas inversiones tienen su fundamento en la uniformidad y seguridad jurídica del marco comunitario. Un directivo de Recursos Humanos de una empresa española de servicios que opera en Inglaterra cuenta, bajo condición de anonimato, que «para nosotros sería terrible, porque enviamos allí trabajadores españoles y, sobre todo, rumanos; si se altera el marco que regula la circulación de la mano de obra, afectará a todo el negocio».

Los vínculos socioeconómicos son estrechos y benéficos para ambas partes, pero el Brexit obligaría a reconstruir todo lo que ahora la UE garantiza en materia arancelaria y de intercambio de bienes y servicios. La salida de un estado miembro no tiene precedentes y requeriría arduas negociaciones a nivel político y técnico. La Cámara de los Lores británico ha estimado que llevarían hasta 9 años, un periodo en el que, como alerta Salvador Llaudes, investigador del Instituto Elcano, podría producirse «una desinversión mutua». Ante esta perspectiva, cabe pensar que Londres y Madrid buscaran asegurar acuerdos bilaterales sin esperar al farragoso diálogo con todos los socios europeos. El Santander, Iberia y otras empresas españolas con fuerte presencia en las Islas Británicas serían las primeras interesadas.

Sanidad pública española

Quienes más atención pondrán en el recuento serán los 200.000 nacionales residentes en el Reino Unido, destino preferente para la emigración de los últimos años. Como los españoles allí, la colonia británica en España es numerosa y estimada. Son entre 300.000 y un millón de personas que ahora pueden beneficiarse de los servicios de la sanidad pública española si poseen la tarjeta sanitaria europea. También eso quedaría en entredicho.

Y luego está Gibraltar. El Gobierno de la colonia tiene pavor a que se ponga fin a los privilegios derivados de su pertenencia a una UE en la que España ha denunciado reiteradamente que opera como paraíso fiscal. Fuentes diplomáticas españolas aseguran que «el Brexit supondría el cambio de situación más importante desde nuestro ingreso en la Comunidad Europea», y ven probable una ofensiva diplomática de Madrid. El mismo día de la visita de David Cameron, Margallo advirtió que, en caso de Brexit, «o se acepta la cosoberanía española o Gibraltar sale de la Unión; así de sencillo». Aunque las fuentes consultadas creen que dependerá de la voluntad del gobierno que se forme en España tras el 26-J, lo cierto es que Gibraltar puede verse empujada a aceptar ser española para seguir en Europa.

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