El candidato a liderar la derecha francesa, François Fillon, vota en la segunda vuelta de las primarias de su partido, de las que es favorito
El candidato a liderar la derecha francesa, François Fillon, vota en la segunda vuelta de las primarias de su partido, de las que es favorito - AFP

Arranca la segunda vuelta de las primarias de la derecha francesa, la batalla final entre Fillon y Juppé

La votación de este domingo está abierta, de nuevo, a todo aquel que desee participar. El único requisito es figurar en los censos electorales, pagar dos euros y firmar una simbólica declaración

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François Fillon y Alain Juppé, antiguos primeros ministros de Francia, se enfrentan en la segunda y definitiva vuelta de las primarias del centro-derecha que acaban de comenzar este domingo, en las que Los Republicanos elegirán a su candidato a las presidenciales de 2017. Fillon ha pasado de ser la sorpresa al favorito indiscutible. El centro-derecha francés, en general, y Los Republicanos, en particular, vivieron el 20 de noviembre una primera vuelta que deparó más de una sorpresa. Un 44,1 % de los 4,2 millones de votantes que participaron en esta primera vuelta respaldaron a Fillon, vencedor contra pronóstico. Las encuestas, de hecho, sí detectaban una tendencia al alza para el exprimer ministro, pero en el mejor de los escenarios le auguraban una lucha encarnizada por el segundo puesto.

Finalmente, esta segunda posición recayó en Juppé, que logró el 28,6 % de los apoyos, menos de los esperados.

El gran derrotado fue el expresidente Nicolas Sarkozy, que llegó a imaginar estas primarias como un paseo hacia el Elíseo. Sin los niveles de popularidad de los que gozó al anunciar su vuelta a la primera línea política en 2014 y salpicado por escándalos políticos y judiciales, se tuvo que conformar con el 20,7 % de los sufragios. Sarkozy ha quedado relegado a mero espectador, pero su voz —y voto— podría ser clave para la segunda vuelta. El expresidente anunció la misma noche electoral que respaldaría a Fillon, descrito por todos los analistas como un «sarkozysta» y al que considera más «próximo ideológicamente».

No en vano, Fillon cuenta con un perfil similar al del antiguo jefe de Estado y tiene entre sus principales respaldos a los electores más a la derecha del espectro político. Juppé, en cambio, tiene seguidores en el centro e incluso en la izquierda, gracias a una imagen de moderación que no termina de convencer entre sus compañeros de filas, temerosos del «sorpasso» del Frente Nacional.

Primarias abiertas

La votación de este domingo, que ha comenzado a las 08.00 horas de esta mañana, está abierta, de nuevo, a todo aquel que desee participar. El único requisito es figurar en los censos electorales, pagar dos euros y firmar una simbólica declaración: «Comparto los valores republicanos de la derecha y del centro y me comprometo con la alternancia para lograr la recuperación de Francia».

Los análisis realizados en los últimos días por los medios franceses constatan una especial movilización del electorado de derechas e incluso hablan de una participación mayor de lo esperada de potenciales votantes del Frente Nacional en las primarias teóricamente reservadas a Los Republicanos.

Una encuesta de IFOP-Fiducial divulgada esta semana por varios medios galos, entre ellos la cadena iTele y la revista «Paris Match», sitúa a Fillon como el preferido del electorado más conservador, ya que por él estarían dispuestos a votar el 75 % de los simpatizantes de Los Republicanos y el 84 % de los seguidores del Frente Nacional. Juppé, en cambio, conseguiría el 83 % de los votos entre los franceses de izquierdas y el 66 % entre los que se definen de centro, según el sondeo, que concede a Fillon una intención de voto general del 65 %, 30 puntos por encima de su rival directo. La expectación, en cualquier caso, es máxima, como lo demuestra el hecho de que el «cara a cara» que ambos candidatos mantuvieron el jueves en televisión fue seguido por casi 8,5 millones de telespectadores, un 33,8 % de la audiencia.

Dos programas

En términos programáticos, Fillon y Juppé acuden a esta histórica cita con un marcado mensaje económico. Los Republicanos han criticado especialmente el legado de este quinquenio socialista y, conscientes de que parten con opciones en 2017, han afinado algunas propuestas clave con cifras concretas. Fillon y Juppé coinciden en la necesidad de elevar a 65 años la edad de jubilación, eliminar el impuesto sobre el patrimonio y aparcar la jornada laboral de 35 horas. También quieren reducir el tamaño del funcionariado, aunque Juppé plantea suprimir entre 200.000 y 300.000 puestos y Fillon habla de hasta medio millón.

En temas de seguridad, el vencedor de la primera vuelta quiere retirar la nacionalidad a los franceses que se hayan unido a la lucha armada en Siria o Irak y dotar de armas a la Policía Municipal. Juppé, por su parte, quiere crear una policía penitenciaria y reclutar a 10.000 nuevos miembros de las fuerzas de seguridad, según una comparativa de la cadena BFMTV.

Ambos defienden un sistema de cuotas para contener la inmigración, pero en cuestiones de sociedad el programa de Fillon es más conservador. Así, mientras Juppé plantea por ejemplo respetar la ley de matrimonio homosexual, Fillon quiere volver a redactarla y retirar la posibilidad de adopción. Los dos candidatos suman a su lista de discrepancias cuestiones de política exterior y temas de actualidad como la guerra siria. Fillon es partidario de un acercamiento a Rusia y de una alianza con el régimen de Bashar al Assad para combatir al grupo terrorista Estado Islámico, lo que le habría valido buenas palabras por parte del mandatario ruso, Vladimir Putin. Por su parte, Juppé se ha mostrado especialmente crítico con la alianza Moscú-Damasco y ha recazado de plano una intervención militar en territorio sirio.

El día después

Las primarias del centro-derecha marcan un punto de inflexión clave en la carrera hacia las elecciones presidenciales de abril y mayo de 2017, en las que la ultraderechista Marine Le Pen ya tiene puestas todas sus energías. Los socialistas, en cambio, desconocen incluso si el actual presidente, François Hollande, se presentará a la reelección.

Una victoria de Fillon supondría la reafirmación de Los Republicanos como partido conservador tradicional y serviría como dique de contención de cara a la posible fuga de votos al Frente Nacional de Le Pen, considerado el rival a batir en la inminente cita con las urnas. Si vence Juppé, en cambio, Los Republicanos estarían apostando por una moderación que, en términos electorales, les permitiría pescar algún voto adicional en la zona centro del espectro ideológico, lo que en última instancia podría terminar apuntalando la previsible debacle del Partido Socialista.

La pelota en los próximos meses estará precisamente en el tejado del actual partido gobernante, que celebrará sus primarias los días 22 y 29 de enero. Hollande deberá despejar antes la incógnita sobre su futuro político y quedará por ver también si algún peso pesado se suma a nombres como los de los exministros Arnaud Montebourg o Emmanuel Macron.

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