Operación bikini: cuando esos «kilitos de más» son severamente castigados por la sociedad

La socióloga Alicia Aradilla analiza la presión social existente ante la operación bikini y las imperfecciones que tratamos de ocultar

S. F.

Llega el calorcito y, la subida que viene, no es solamente de temperatura, sube la presión social sobre la estética femenina. De hecho, apunta la socióloga Alicia Aradilla, experta en neurolingüística, «el mismo nombre ya es el primer delator: "operación bikini" como algo exclusivo de la mujer . La presión social, como tal, afecta también a la estética masculina, pero la diferencia de intensidad en esta presión es casi escandalosa». Ante esto, Aradilla, explica que «la lingüística da pistas. Un claro ejemplo, es el nuevo término “fofisano” para aquellos hombres que no cumplen totalmente los cánones de belleza, un término nuevo que en su significación social excusa a todas aquellas barriguitas masculinas, mientras que para ellas continúan en nuestro lenguaje, los términos “gordita” “rellenita”, que guardan un regusto peyorativo».

La famosa operación bikini , prosigue, «bien podría llamarse también "operación reseteo" pues, en su acepción más radical, pretende que las mujeres luzcan un cuerpo del que todo lo importante esté borrado o no haya dejado huella estética alguna. Bikinis que visten cuerpos en los que no se note, por ejemplo: la maternidad, el paso del tiempo, manchas en la piel, cicatrices resultado de experiencias vitales».

«Pero dar vida a otro ser humano -continua esta socióloga-, deja huella en el cuerpo, afortunadamente. criar y educar esos hijos, también deja huella el paso del tiempo, que es sinónimo de vida vivida, ¿pretendemos borrar nuestras trayectorias vitales? Entonces corremos el riesgo de que sólo se paseen por las playas los bikinis, pues los cuerpos no serán el representante de nuestra trayectoria vital»

«Los casos de mujeres famosas sometidas a está perversión social generan siempre polémica en torno a este asunto, pero, ¿son realmente un modelo a seguir?», se pregunta esta experta, para quien, «excluyendo los casos de sobrepeso relacionado con la salud, “esos kilitos de más” son severamente castigados por la sociedad, paradójicamente formada por hombres y mujeres».

«Cuando seamos capaces, como sociedad, de promover lo que procuramos esconder, podemos considerarnos una sociedad con cierta inteligencia emocional, más útil en relación a nuestra identidad corporal, psicológica y emocional», concluye Aradilla.

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