Andrés Sardá recibe a título póstumo la Medalla de Oro al Mérito de las Bellas Artes

Esta mañana ha tenido lugar la ceremonia de entrega de la Medalla de Oro al Mérito de las Bellas Artes , presidida los Los Reyes de España y el ministro de Cultura en la que el diseñador catalán Andrés Sardá ha recibido a título póstumo este reconocimiento que pone el broche de oro a su carrera en el mundo de la moda que ha durado más de cuatro décadas. Un premio que ha recogido su hija Núria, quien desde 1998 ha tomado el testigo de su legado. «Estamos muy agradecidos por este reconocimiento a la labor de nuestro padre. El dedicó su vida a la mujer, a hacerla sentir mejor, y este premio, estamos seguros, le hubiese hecho muy feliz», ha expresado.

Allá por la década de los setenta, en una España en la que todavía la industria no se caracterizaba por la innovación, el de Barcelona decidió arriesgar y romper con los convencionalismos para dar un giro al concepto que se tenía de la ropa interior. En aquella época se veía como un elemento práctico mientras que él aunó todos sus esfuerzos por hacer sentir a todas las mujeres bellas por dentro y por fuera gracias a piezas que ensalzasen su figura con patrones en los que el ‘glamour’ y la sofisticación se equilibraban con la comodidad y el confort.

Se atrevió además a utilizar por primera vez tejidos con prestaciones tecnológicas como el Teflón, la Lycra o el Nailon, todo ello acompañado de colores y estampados cargados de fuerza que hacían cada elemento de sus colecciones resultase único. Un trabajo que hizo que la firma alcanzase el éxito dentro y fuera de nuestras fronteras y que le hicieron recibir galardones como el de Creador del año del Salon de la Lingerie de París o el Premio Nacional de la Moda otorgado por S.M. la Reina Letizia. Además, Desde el año 2000 los diseños de Andrés Sardá están presentes en la Mercedes-Benz Fashion Week Madrid, y previamente, en el año 1996, en la Pasarela Gaudí.

Hoy en día su universo sigue muy vivo gracias a la labor de su hija, que ha sabido dar continuidad a la marca, transmitiendo con cariño y delicadeza la esencia de su padre. La diseñadora hace de cada propuesta –tanto de lencería como de baño- una oda a la sensualidad, realizando un viaje a través de los sentidos gracias a su maestría para jugar con los diferentes materiales y patrones.