La visita sorpresa de la Reina Letizia a las monjas dominicas de Lerma

«Pasó a saludarnos a cada una, te miraba a los ojos, nos preguntaba cómo estábamos, nos dio las gracias por escribir desde el amor y ayudar a tantas personas... Nos encontramos con una persona con corazón, sencilla y cercana», escribieron las religiosas a través de su página web

La Reina Letizia junto a las monjas dominicas de Lerma Facebook

ABC

La Reina Letizia acudió ayer a Lerma (Burgos) para inaugurar «Angeli», la nueva edición de la exposición de artesacro «Las edades del hombre». En su visita a la localidad, Doña Letizia aprovechó para visitar por sorpresa a las monjas dominicas en el Monasterio de San Blas en un acto que no estaba previsto en su agenda. Las religiosas se hicieron numerosas fotografías junto a la Reina y expresaron su alegría a través de una carta publicada en su página web.

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«Hace una semana nos comunicaron que la Reina Letizia vendría a Lerma a inaugurar la Exposición de las Edades del Hombre . Invitaron a la Priora a asistir al acto, pero, como nosotras somos monjas contemplativas, la Priora les contestó con mucho cariño que les acompañábamos con nuestra oración. Sin embargo, hablando sobre esto, se nos ocurrió la idea de llamar a la Zarzuela y preguntar si podíamos pedir que la Reina Letizia viniera al Monasterio . Parecía una locura, ¡pero nos lanzamos a ello!», comienzan diciendo a través del escrito.

«Llamamos y, muy amablemente, nos indicaron que teníamos que escribir una carta de protocolo solicitándolo . ¡Ufff, menudo lío! Sin embargo, lo cierto es que nuestro objetivo era hacer llegar a la Reina nuestra oración y cercanía, y esa carta era nuestra oportunidad. Así pues, nos animamos y escribimos invitando a la Reina a nuestro Monasterio, pero, sobre todo, compartiéndole nuestra oración por ella y su familia . Al poco, desde Protocolo nos contestaron con una carta muy cercana y una foto, aunque indicándonos que no era posible la visita».

«Pero, ayer, a primera hora de la mañana, nos comunicaron que, al acabar la inauguración, vendrían al convento a saludar. Imagina los nervios, pues, la verdad, con tanto protocolo como habíamos hecho, la persona de la Reina Letizia se nos quedaba un poco lejana e inaccesible.

Sin embargo, cuando llegó, lo que nos encontramos fue... ¡una persona! Pasó a saludarnos a cada una, te miraba a los ojos, nos preguntaba cómo estábamos, nos dio las gracias por escribir desde el amor y ayudar a tantas personas... Nos encontramos con una persona con corazón, sencilla y cercana ».

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