Tita Astolfi blinda su segunda boda con Fernando Mora-Figueroa
Desde su fugaz primer matrimonio con Gigi Sarasola, la sobrina de Luis Astolfi prefiere la discreción
Dos familias con solera entroncarán esta tarde en Vejer de la Frontera (Cádiz) gracias a Teresa Astolfi y Fernando Mora-Figueroa . La pareja se dará el «sí, quiero» ante 150 invitados con medidas sanitarias a prueba de Covid-19 en la la iglesia Nuestra Señora del Buen Consejo, situada en la finca Las Lomas. Propiedad de la familia del novio, Las Lomas es una finca blindada ante la presencia de fotógrafos y curiosos −en ella ha cazado el Rey Juan Carlos −, donde los recién casados disfrutarán en la más estricta intimidad su boda.
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Mantener la privacidad en todo lo relativo a su boda ha sido una de las máximas de la pareja, tanto es así que, según informó «Vanitatis», «Tita» −como llaman a la novia en círculos cercanos y no tan próximos− envió a todos sus invitados un correo electrónico la semana pasada para pedirles encarecidamente que no publicasen ninguna fotografía del enlace en redes sociales. Su primera boda con el empresario Gigi Sarasola , cuando ella solo tenía 20 años (ahora tiene 33), ya copó las páginas del papel cuché y, cuando se divorciaron un año y medio después, Astolfi se alejó del foco mediático y ha ocupado siempre un discreto segundo plano de cara a la crónica social.
Para su segunda boda con el amor de su vida, Tita ha optado por un diseño de Jorge Vázquez . Serán testigos de su camino hacia el altar Tamara Falcó , Blanca y Ángela Vanderwilde o la diseñadora Blanca Astolfi , prima de la novia.
Tita Astolfi se considera «sevillana y ciudadana del mundo», según su perfil privado en Instagram. Hija de Juan Astolfi Pérez de Guzmán y Mayte González Moguena , pertenece a una familia de la aristocracia vinculada al mundo de la ganadería y la hípica, sobre todo por su tío, el jinete Luis Astolfi , íntimo amigo de la Infanta Elena . Tras estudiar Derecho en Sevilla, cursó un postgrado en la Universidad de Georgetown y comenzó a ejercer como abogada. Cuando rompió su matrimonio con Sarasola, dio un giro a su vida y se dedicó a lo que siempre había querido: la política. Ha ocupado cargos en el Parlamento Europeo de Bruselas, en el Ministerio de Asuntos Exteriores y en el Congreso de los Diputados. Ahora, trabaja como consultora en asuntos relacionados con la diplomacia pública, relaciones internacionales y liderazgo.
De Fernando Mora-Figueroa, en cambio, se sabe poco. Tanto es así que no hay imágenes suyas en los archivos de agencias. Es hijo de Fernando Mora-Figueroa Domecq y de Clotilde Serra Goizueta , cuya familia es fundadora de la urbanización Guadalmina de Marbella. Al parecer, todos están encantados con el enlace, que pone fin a un noviazgo de varios años. Con un patrimonio de 700 millones de euros, la familia del novio figura en el listado de las cien más ricas de España. Son propietarios del Palacio Domecq de Jerez de la Frontera y del Santa Maria Club, pero la joya de la corona es la finca de Las Lomas, donde hoy todos brindarán por el amor entre Fernando y Tita.
