Rafa Nadal confiesa cómo llama a su mujer cuando están enfadados
El tenista ha confesado en el programa «Mi casa es la tuya» de Bertín Osborne algunos aspectos de su vida con Mery Perelló
Pese a su fama mundial, Rafa Nadal es un deportista muy modesto y discreto al que no le gusta que sus intimidades se hagan públicas en los medios de comunicación. Cuando no está compitiendo -y casi siempre ganando-, lleva una vida tranquila junto a los suyos, alejada de los focos. Sin embargo este viernes ha hecho una excepción al recibir a Bertín Osborne y al equipo de su programa «Mi casa es la tuya» en la academia de Manacor.
Poco dado a torear en estos ruedos y con la timidez que le caracteriza, Rafa Nadal contó algunos aspectos íntimos de su vida junto a la mujer de su vida, Mery Perelló . La conoce desde que era un crío porque es la gran amiga del colegio Pureza de María de Manacor de su hermana Maribel. Sin embargo no fue hasta el verano del año 2005 cuando empezaron a escribir su historia de amor. Desde entonces no se han separado aunque tuvieron que pasar 14 años hasta que finalmente decidieron pasar por el altar. Fue el 19 de noviembre del pasado año en la villa mallorquina de Sa Fortalesa.
Fue un día muy especial para la pareja. El propio Rafa Nadal en la entrevista contó como anécdota que Mery llegó una hora tarde al altar mientras que él, impaciente, aguardaba su llegada muerto de calor. Además, repartieron un kit antiresaca : «Llevaban una botella de agua, ibuprofenos... pues las cosas para levantarse mejor al día siguiente».
Su relación es envidiable. Pocas veces se enfadan. «Se llama María Francisca Perelló Pascual, pero solo la llama así su madre o yo cuando tenemos algo de tensión , pero como nunca tenemos problemas... pues casi no la llamo así», ha contado Rafa Nadal sobre su mujer en la entrevista con Bertín Osborne. Ahora les queda tener un bebé, algo en lo que ya piensan: «Yo pensaba que tendría hijos al retirarme, pero claro, se ha ido alargando el tema...».
Un confinamiento difícil
No han sido meses fáciles para Rafa Nadal. Como para el resto, el confinamiento no ha sido plato de buen gusto para una persona que está muy acostumbrada a hacer deporte. Pasó los meses de encierro por la pandemia junto a su mujer en su apartamento. Ha reconocido que para Mery Perelló resultó más sencillo pues continuó trabajando desde casa en la Fundación Rafa Nadal: «Estuvimos en nuestro apartamento y ella trabajaba sus horas de oficina y hacía sus cosas, así que no lo pasó tan mal como yo, que solo podía hacer un poco de preparación física».
