Don Juan Carlos y Doña Sofía con Aga Khan y su primera mujer, la modelo británica Sarah Croker Poole que se convirtió al islam y pasó a ser conocida como Princesa Salimah
Don Juan Carlos y Doña Sofía con Aga Khan y su primera mujer, la modelo británica Sarah Croker Poole que se convirtió al islam y pasó a ser conocida como Princesa Salimah -  RUE DES ARCHIVES
Aniversario

El príncipe Aga Khan celebra sus bodas de diamante

El líder espiritual de los ismaelitas festeja el 60 aniversario de su entronización y prepara su traslado a Portugal

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En Italia es reconocido por haber diseñado la Costa Esmeralda en Cerdeña y por su gran fortuna personal, estimada por «Forbes» en unos 800 millones de euros. El nombre de Aga Khan evoca riqueza y aristocracia, un personaje protagonista de crónicas mundanas, que atraía la atención por los caballos de carreras o la belleza de las mujeres de su entorno.

Pero es ante todo un descendiente directo del profetaMahoma y líder espiritual de los ismaelitas, que con sus 15 millones de fieles en unos 25 países, fundamentalmente en África y Asia central, es la segunda comunidad islámica chiíta del mundo, después de la iraní.

El filántropo, de 80 años, instalado en París, celebra en estos días el sexagésimo aniversario de su entronización como líder espiritual de esa comunidad, con el título de «Su Alteza Aga Khan IV», siendo el 49º imán de los ismaelitas.

Y es también noticia porque el Aga Khan prepara ahora su sucesión y la instalación en Lisboa de su «Vaticano», la «santa sede» de los ismaelitas.

Fue en 1957, con solo 20 años, cuando se convirtió en el 49º líder espiritual de los ismaelitas, siendo estudiante en la universidad de Harvard, donde se licenció en Historia islámica. Heredero de una rica dinastía real fundada en el siglo XVIII en Persia, sucedió a su abuelo, Aga Khan III, quien se enamoró perdidamente de la bailarina del teatro de Montecarlo, Teresa Magliano, y la conquistó regalándole un diamante de 61 quilates.

Pero el Aga Khan III no veía con buenos ojos el estilo de vida de su hijo Aly Khan, famoso playboy, que se enamoró de la mujer más deseada la época, la bella actriz Rita Hayworth, con la que se casó en 1949 en segundas nupcias y tuvo una hija; después se divorció y perdió la cabeza con otros amoríos. Esa vida «agitada» le costó a Aly el ser privado del titulo de 49º imán, que fue transferido a su hijo Karim, quien a su vez pasó por varios matrimonios y divorcios.

Primero se casó con la modelo inglesa Sarah Croker, con la que tuvo tres hijos, y en 1998, con la alemana Gabrielle Thyssen, 28 años más joven. El matrimonio tuvo un hijo y acabó también en divorcio, que le costó más de 65 millones de euros, según recogió la prensa.

Segunda boda de Aga Khan
Segunda boda de Aga Khan - PERSONALITIES

Al margen de su fama por sus líos amorosos, Karim Aga Khan, como filántropo, ha tenido siempre en su horizonte la misión de su dinastía, realizando actividades de caridad. Es fundador y presidente de la Aga Khan Development Network (AKDN), una gran red que trabaja para el desarrollo económico, social y cultural en África y Asia, con numerosas agencias que intervienen en la sanidad, educación, arquitectura, micro-financiación y prevención de catástrofes.

Ahora Karim Aga Khan ha anunciado en una entrevista con diversos medios su compromiso con los valores del pluralismo: «En el Islam, los líderes tienen la responsabilidad de mejorar la calidad de vida y las sociedades en las que viven los fieles», ha manifestado.

En junio del 2015, Karin a-Husayn firmó con Portugal un acuerdo para que Lisboa fuera la sede de su centro de operaciones como líder espiritual de los ismaelitas. Compró el palacio Henrique de Mendonça por unos 12 millones de euros, y tras la restauración, la sede mundial de la comunidad se va a trasladar desde Pakistán a Lisboa.

De su visión para organizar proyectos da idea su invención de la Costa Esmeralda. En 1962 se aproximó con su yate a una playa desierta en el norte de Cerdeña: se llamaba Porto Cervo, porque fue una zona con ciervos.

El Aga Khan compró a pastores unas 3.000 hectáreas de terreno rocoso. Era un paraíso natural en el que nadie se había fijado antes. La transformó en un lugar mágico, con inversiones millonarias de un grupo de amigos. Su lujosa villa, de 1.100 metros cuadrados y 13 habitaciones con baño, la puso en venta en el 2014. Para la Costa Esmeralda se cerró una época. Ahora para el príncipe Aga Kham se abre otra a partir de esta celebración de sus bodas de diamante.

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