Neverland, el «rancho de los horrores» de Michael Jackson que nadie quiere habitar

El «paraíso» del Rey del Pop se devalúa en menos de un lustro: de 88 millones de euros, ahora se vende por 27

Neverland EPA

María Estévez

Pasó de llamarse Rancho Sycamore Valley a Neverland cuando, en 1987, Michael Jackson lo compró por 17 millones de euros. Ubicado en el condado de Santa Barbara, lo convirtió en su parque de atracciones de Disney particular, con montañas rusas, trenecitos, castillos y un fuerte indio con tiendas tipi. Lo llamó Neverland en honor al «País de Nunca Jamás» , la tierra de Peter Pan donde los niños nunca crecían, conservando para siempre su inocencia. Y con esta intención, el Rey del Pop llenó el que fue su hogar durante 15 años de críos a los que invitaba a pasar el fin de semana. Unos días divertidos para él y terribles para los pequeños. Así lo han contado dos de sus supuestas víctimas, Wade Robson y James Safechuck , en el documental «Leaving Neverland», que recientemente ha estrenado HBO en Estados Unidos y que no tardará en llegar a España.

Ahora en el rancho ya no queda nada de aquel parque temático. Sus animales exóticos, elefantes y monos ya no habitan en sus jardines. Tampoco queda rastro de las habitaciones secretas ni de los sistemas de alarma que Michael Jackson instaló para que nadie le pillara infraganti mientras supuestamente abusaba de menores.

Jackson con una de sus víctimas en 1990 EP

Desde 2015, tras una reforma donde se invirtieron 44 millones de euros, se ha intentado eliminar cualquier detalle que recuerde la presencia de Michael Jackson. Se ha construido un departamento de bomberos , una piscina, canchas de baloncesto y de tenis, salas de juegos, un zoológico, un área para barbacoas y dos casitas de invitados. Solo queda la casa principal, que cuenta con cinco habitaciones, ocho cuartos de baño, una sala de cine y un estudio de danza.

Con este lavado de cara, el rancho ha recuperado su nombre inicial (Sycamore Valley), pero no es suficiente. La sombra de todo lo que ocurrió a lo largo de esos 11.000 kilómetros cuadrados perseguirá a la propiedad, que seguirá recibiendo comumente el sobrenombre de «rancho de los horrores». Tanto es así que, desde que se puso a la venta tras la reforma en 2015 por 88 millones de euros, su precio se ha ido devaluando hasta un 70 por ciento. Si en 2017 se rebajó a 59 millones, ahora se vende por 27 millones.

Cambio de imagen

En 2006, un año después de ser absuelto de los cargos de abusos sexuales a menores, las autoridades estadounidenses ordenaron el cierre de su rancho de Neverland . Aunque siempre pululó la idea de que la policía buscaba pruebas para incriminar al cantante en nuevos casos de abuso infantil, la versión oficial decía que el cierre del rancho estaba relacionado con un embargo a Jackson, quien acumulaba una deuda millonaria y tuvo que hipotecar la mayoría de sus bienes.

Una deuda que pudo haber ascendido a 20 millones de euros que -según un artículo de la revista «Forbes» publicado en 2008-, fue el precio por el que el multimillonario Thomas Barrack le compró el rancho a Michael Jackson en 2009 a través de su sociedad de bienes raíces Colony Capital. Barrack, hombre fuerte de Donald Trump y responsable de recaudar fondos para su campaña presidencial, fue quien capitaneó desde el principio el cambio de imagen de la propiedad y quien invirtió en su reforma, con vistas a venderla en algún momento.

Mansión en Los Ángeles

Un representante de la famili Jackson, que prefirió no revelar su nombre, afirmó a «Forbes» entonces que la familia del cantante sentía mucha impotencia al ver lo que había ocurrido con el rancho. «Estamos frustrados, decepcionados y entristecidos de que se haya llegado a este punto. Por desgracia, Michael perdió el control de Neverland durante su vida como resultado de los consejos de un exgerente que le llevaba las cuentas», explicó. Al dejar Neverland, alquiló Holmby Hills, la mansión de Los Ángeles donde falleció en 2009 a causa de un paro cardiorrespiratorio .

El próximo 25 de junio se cumplirán diez años desde su muerte y son muchos los misterios que siguen rodeando al autor de «Thriller». Neverland seguirá formando parte de uno de los capítulos más escabrosos en la vida de Michael Jackson. Quizá el mejor destino para el rancho de Sycamore Valley sea volverlo a convertir en un parque temático a los excesos del pop.

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