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Maria Grazia Churi, la primera mujer al timón creativo de Dior

Ha tomado finalmente el relevo de Raf Simons en la casa francesa

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Un año y medio ha sobrevivido la casa Dior huérfana de una cabeza creativa, desde que el belga Raf Simons dejase su cargo en diciembre de 2015. La recién elegida es Maria Grazia Chiuri, una italiana de 52 años con una completa experiencia, que hasta el 23 de junio era la mitad creativa de la casa Valentino junto a Pierpaolo Piccioli. Dior ha esperado, con tacto y buena cabeza, a que se presentase la última colección de alta costura a manos del equipo temporal que quedó en la casa francesa, formado por Lucie Meier y Serge Ruffieux, para empezar en folio limpio con la nueva creativa, que toma su cargo este mes de julio.

El proceso de selección ha sido largo, pero ha primado el interés del grupo LVMH –propietario de Dior– por evitar creadores conflictivos y «primadonnas».

Deseaban a alguien resuelto, creativo y firme, pero con gran capacidad de trabajo y de retomar los valores de la casa, evitando polémicas infructuosas. Observando el panorama de los creadores globales, y una vez descartado el retorno de Hedi Slimane, rechazadas la insinuaciones a Marc Jacobs y refutada la conveniencia de mover a Ghesquière desde Louis Vuitton a Dior, Bernard Arnault ha escogido a un valor seguro: Maria Grazia Chiuri.

Chiuri, que completó sus estudios en Roma con Pier Paolo Piccioli –su alter ego en Fendi y Valentino–, es una «conocida» del grupo LVMH, ya que durante diez años trabajó con Piccioli en el equipo de diseño de Fendi, propiedad –en parte– del imperio de Arnault. El tándem Chiuri y Piccioli se llevó bien desde el principio, cuando estudiaban juntos, y en Fendi fueron artífices de muchos de los bolsos icónicos de la casa.

En 1999, Valentino Garavani contrató al «duo romano», Chiuri y Piccioli, para que desarrollaran una colección de accesorios para su marca, algo que llevaron a cabo con exquisitez. Tras el retiro voluntario de Valentino en 2007, fueron ellos dos los que -con el beneplácito del modisto y de los nuevos propietarios- sucedieron al maestro en la elaboración de las lineas de costura, accesorios y prêt-à-porter de la marca.

Un hito en la maison

Tras un año y medio desde la polémica marcha de Raf Simons, quejoso de un ritmo de trabajo y exigencias extremas, y tras haber «tarifado» con John Galliano, Dior buscaba la creatividad pero también la continuidad que ha encontrado en Chiuri, una elección equilibrada. Es novedoso para la casa fundada por Christian Dior, un hombre relativamente machista –a su manera–, que una mujer se sitúe al timón creativo. Monsieur Dior, que fundó su casa en 1947, había nombrado como sucesor a Yves Saint Laurent, un casi infantil pupilo con extraordinarias capacidades, que un año después de la muerte de su mentor fue «enviado a galeras» –servicio militar y manicomio incluidos– por el socio y nuevo propietario de Dior en aquel momento, Marcel Boussac.

Tras la «marcha forzada» de Saint Laurent, Boussac buscó a alguien con opiniones menos marcadas, con menos empuje y sin un asociado tan asertivo como era Pierre Bergé para Yves. Lo encontró en Marc Bohan, quien estuvo fielmente a cargo de la casa durante varias décadas y cuyo mayor hazaña fue hacerse íntimo de Carolina de Mónaco, consiguiendo que la princesa vistiese Dior en las ocasiones importantes. Tras Bohan llegó el ahora desaparecido Gianfranco Ferré, el creador italiano con formación de arquitecto que revitalizó la marca con su sensualidad opulenta durante ocho años, dándole nueva vida desde 1989 a 1996, para más tarde continuar su propio proyecto, libre de restricciones.

La sombra de Galliano

Dior acudió entonces al genial John Galliano, que devolvió el esplendor a la casa durante su «tenure», de 1997 a 2011, saliendo del grupo de modo conflictivo por el caso de sus insultos antisemitas en una velada nocturna. En realidad, Galliano era la alternativa más brillante para la casa parisina, si bien la más conflictiva. El purista y algo soso Raf Simons tomó su relevó entre 2012 y 2015, aunque sus inexistentes hazañas no pudieron hacer sombra al genial Galliano.

En 1999, Chiuri comenzó su carrera diseñando accesorios para Valentino

La recién anunciada sucesora, Maria Grazia Chiuri, tras sus 17 años en Valentino, ha declarado que respetará la visión del fundador de la casa y se espera que replique más bien el barroquismo de Galliano que la austeridad de Simons. Valentino se queda cojo, pero su fantástico archivo, sus excelentes talleres y la media naranja profesional de Chiuri, Pier Paolo Piccioli, asegurarán la dulce continuidad de la casa italiana.

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