Las lujosas mansiones sin vender de los famosos
A pesar del lujo que representan, sus dueños no consiguen deshacerse de ellas de ninguna manera
Son imponentes viviendas de un valor millonario. Pero, a pesar del lujo que representan, sus dueños no consiguen deshacerse de ellas de ninguna manera y, por ello, continúan todavía en venta. Una de ellas es la impactante mansión que supo ser el hogar de la condesa de Romanones en el barrio de El Viso, que en los últimos cuatro meses ha sido rebajada en más de 5 millones de euros. En un contexto de crisis como el actual, los valores de estas propiedades se devalúan, mientras estos enormes casones aguardan un dueño que no acaba de llegar .
Noticias relacionadas
La impresionante vivienda donde residió Aline Griffith, condesa de Romanones –fallecida dos años atrás y que alcanzó la fama por su trabajo junto a la CIA- ubicada en pleno distrito de Chamartín se ofrecía a comienzos de año por 5,5 millones de euros y ahora su precio de venta apenas supera los 5 millones de euros. Con una superficie total de 620 metros cuadrados, la devaluada vivienda cuenta con cuatro plantas de lujosa decoración, un jardín y una piscina privada para disfrutar los días de verano.
Joyas a la venta
Pero no es ésta la única lujosa casa en España difícil de vender. El músico Pau Donés –que reside en Los Ángeles junto a su hija- también intenta por estos días deshacerse de su mansión en el Valle de Arán. Valuada en 2,3 millones de euros, esta propiedad perteneciente al líder de Jarabe de Palo posee unos 1000 metros cuadrados de vivienda habitable y una amplísima parcela que supera los 6000. Además de la casa, el inmueble incluye también una cabaña, especialmente pensada para los invitados . En total, la mansión posee capacidad para albergar a 13 personas en sus siete dormitorios y cuenta con seis cuartos de baño.
Leticia Sabater es otra de las que se encuentra desesperada por quitarse de encima una glamorosa vivienda que no consigue vender desde hace años. La casa, ubicada en Villafranca del Castillo, no despierta el interés de los compradores, lo que le ha llevado en el mes de marzo a aceptar una negociación del precio original, que es de 899.000 euros. La propiedad cuenta con unos 2000 metros cuadrados, de los que la casa ocupa casi unos 400. A pesar incluir una piscina, solárium y espacios pensados para la meditación, esta casona de lujo continúa por el momento sin pretendientes a la vista. La mansión data del año 1982 y, ante la imposibilidad de venderla, su dueña ha intentado ocasionalmente sacarle algún tipo de rédito, alquilándola por Airbnb a un valor de 300 euros la noche.
Estrategias
Otra de las personalidades que busca con desesperación concretar la venta de su mansión es la periodista María Teresa Campos . En inmobiliarias desde el año 2017, su lujosa casa ubicada en Las Rozas no consigue despertar el interés de ningún comprador. Las últimas estrategias de la presentadora para conseguir que se lleve a cabo la anhelada operación han consistido en una depreciación de su valor original , en realizar un cambio en la inmobiliaria y hasta en renovar las imágenes de la propiedad que figuran en Internet. Todo este esfuerzo, por el momento, parece no haber tenido ningún éxito.
La propiedad, que resulta casi imposible de vender, cuenta con unos 2000 metros cuadrados de edificación y un amplísimo jardín de una extensión superior a los 6000 metros cuadrados. La vivienda está equipada con cuatro salones, dos cocinas y un total de 10 habitaciones, además de una glamorosa piscina con vistas al jardín.
En estos días también el periodista Alfonso Arús se encuentra en plena búsqueda –sin éxito- de alguien que quiera comprar su exclusiva mansión ubicada en Sant Pere de Ribes. Meses atrás la puso a la venta por un precio de 2,9 millones de euros, pero aún no consigue interesados. Ubicada a apenas cinco minutos de Stiges, la vivienda sigue todavía con el cartel de «en venta». Sin embargo, a diferencia de su colega, Arús no está dispuesto aún a disminuir el precio de propiedad.
La mansión posee una superficie de más de 2800 metros cuadrados en los que se emplaza una edificación de 920 metros. Además de la comodidad propia de una vivienda de esas dimensiones, gran parte del encanto de la propiedad se encuentra en su exterior, donde es posible disfrutar de un extenso campo de fútbol, una piscina enorme y hasta un jacuzzi. Estos atractivos, sin embargo, no han sido suficientes para atraer a los esquivos compradores .
