Infieles, nazis y de la realeza británica: los hombres que marcaron la vida de Coco Chanel

Su ascenso de la pobreza a la riqueza fue impulsada por su genio creativo y su indiferencia ante cuestiones políticas y religiosas

Coco Chanel
Rocío F. de Buján

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Chanel, una de las marcas de moda más distintivas de la actualidad, le debe todo a la mujer que le dio su nombre: Gabrielle Chanel , más conocida como Coco Chanel. Una mujer alta, delgada e impecablemente vestida. Conocida mundialmente por adaptar las prendas masculinas al cuerpo de la mujer, en una época en las que las féminas -como consecuencia de la Primera Guerra Mundial- comenzaron a incorporarse en el mercado de trabajo. En resumidas, una mujer tan enigmática como energética.

Para entender a la fundadora de esta marca que se impuso como la más elegante de todos los tiempos, habría que conocer algunos de los episodios de su vida antes de llegar a la cima. Su ascenso de la pobreza a la riqueza fue impulsada por su genio creativo y su indiferencia ante cuestiones políticas y religiosas, mientras que su vida personal se caracterizó por sus relaciones de «alto standing» y su poder seductor sobre algunos de los hombres más influyentes del momento. A pesar de que jamás se casó, ocho fueron los hombres que marcaron su vida. De todos ellos, el único que consiguió dejar huella en su corazón fue Arthur Capel .

Coco Chanel junto a Arthur Capel

Traumática infancia

Nacida en 1883 en Saumur (Francia), Gabrielle Chanel pasó los primeros años de su infancia en una residencia de una sola habitación junto a sus padres y sus cuatro hermanos. Cuando su madre murió en 1895, Albert Chanel envió a sus tres hijas a un orfanato de monjas y utilizó a los varones para que trabajasen en el campo.

La primera relación de la diseñadora con el género masculino no fue especialmente bueno. Su padre era un mujeriego, alcohólico e irresponsable que trataba con desprecio a su madre. Albert Chanel jamás volvió a recoger a sus hijas al orfanato. Este abandono marcó la infancia de Gabrielle. «Solo ansiaba ser amada. Todos los días pensaba en cómo quitarme la vida, aunque, en el fondo, ya estaba muerta. Solo el orgullo me salvó», reconoció en una ocasión.

A pesar de su severidad, las monjas enseñaron a la joven Chanel la lección más valiosa de su vida: el arte de coser. Una vez fuera del orfanato, Grabielle comenzó a trabajar como costurera durante el día, a la vez que cantaba en un cabaret por las noches. Fue ahí donde conoció a Etienne Balsan, el hombre que la bautizó como Coco y que la sacó del mundo del cante para llevarla a su castillo de Royallieu y educarla en cuanto a protocolo y estilo.

Coco Chanel junto a Etienne Balsan

Amantes

Durante tres años vivió como su amante en una impresionante mansión en las afueras de París, donde comenzó a mezclarse con la alta sociedad francesa . Se aficionó a la equitación y al tenis y comenzó a utilizar la ropa de Étienne para su día a día. Fue aquí cuando Gabrielle empezó a marcar la diferencia utilizando unos pantalones de lino anchos, prenda jamás utilizada antes por las mujeres.

Fue en una de las fiestas que Balsan organizaba en su mansión, donde conoció al que sería el amor de su vida: Arthur Capel, apodado cariñosamente por ella como «Boy Capel». Coco dejó a Etienne por el inglés, que además de ser uno de los hombres más importantes de su vida fue quien le apoyó abriendo su primera tienda en París: Una sombrería que se convertiría en el imperio Chanel. Su relación duró una década y solo terminó cuando su amado falleció en un accidente automovilístico. Tras su muerte, Coco vistió de luto durante varios años, convirtiendo el sencillo vestido negro en un clásico.

La diseñadora siempre afirmaba que el éxito de una mujer se mide por sus joyas: «Pocas mujeres saben llevar joyas». Coco Chanel siempre llevaba dos joyas. El anillo de topacio que una vieja le dio como talismán cuando tenía 16 años y el fino collar de perlas que le regaló Arthur Capel como prenda de amor.

Durante las siguientes dos décadas, Chanel disfrutó de un éxito continuo. En 1921, se extendió a los accesorios, joyas y fragancias. Durante este período, mantuvo algunas relaciones -todas ellas con hombres de alta cuna e incluso con la realeza británica al mantener una breve relación con el duque de Westminster y el Príncipe de Gales, Eduardo VIII -. Sin embargo, al estallar la Segunda Guerra Mundial, Chanel inició un romance con el barón Hans Gunther von Dincklage , un oficial alemán y hombre de propaganda del Reich en París, con quien compartió la vida durante y después de la Ocupación y que dañó notablemente su reputación.

Coco Chanel saluda a Hitler junto al barón Hans

El 10 de enero de 1971, Gabrielle Chanel murió mientras dormía en su habitación del Hotel Ritz, que a día de hoy continua intacta. Sus ayudantes continuaron su trabajo hasta que Karl Lagerfeld asumió el cargo de director creativo en 1983.

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